Sin ser indígena puro, pretendo opinar sobre la realización de la investigación científica agrícola (en sentido amplio, es decir, incluyendo las áreas pecuaria y forestal) para, con y bajo las condiciones de las comunidades indígenas y campesinas del país.
Muchos temas se han tratado en los diferentes foros sobre derechos indígenas, pero creo que, como casi siempre, el de la ciencia se ha dejado de lado. No hemos logrado hasta el momento conjugar la ciencia tradicional indígena y campesina con la ciencia occidental. Ello se debe principalmente a la falta de una atención adecuada por parte de las instituciones del Estado (salvo, tal vez, el INI), especialmente las encargadas de la investigación agropecuaria y forestal.
El primer resultado de lo anterior fue el casi total fracaso de la ``Revolución Verde''. Otros resultados que están a la vista son: el deterioro constante de los recursos naturales (especialmente bosques, selvas y suelo), la alta migración campesina hacia las ciudades, la pérdida de un rico acervo de conocimiento acerca de las plantas, su utilización y manejo. El momento que está viviendo el país es propicio para abrir por lo menos la discusión para que la investigación científica agrícola, pecuaria y forestal, y de otras áreas, sea, por derecho, obligación de las instituciones dedicadas a ello. Llamo la atención hacia este tema, pues existe una tendencia creciente de las instituciones, por lo menos en el sector agropecuario y forestal, a destinar más recursos y esfuerzos a los productores que tengan posibilidades de incorporar, en el corto plazo, sus productos al mercado. Con ello se corre el peligro de dejar de atender o destinar una cantidad de recursos muy reducida a las comunidades indígenas y campesinas pobres del país. Es importante recordar que estas comunidades forman la mayoría de la población en las áreas rurales. Se nos presenta la oportunidad de proponer, analizar y concluir respecto a este tema. Ojalá.