Por lo menos 40 inmigrantes han perecido en carreteras del sur de California en ese lapso
De los corresponsales Funcionarios del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) de Estados Unidos y de la oficina del fiscal federal para la frontera con México, Alan D. Bersin, proponen castigar con cadena perpetua a los traficantes de indocumentados que pongan en peligro la vida de los migrantes y con la pena capital a quienes sean responsables de accidentes como el ocurrido el sábado en Temecula, donde fallecieron siete mexicanos.
En protesta por esas muertes y en contra de la golpiza a tres connacionales en Riverside, la Coalición de Derechos Fronterizos bloqueó este domingo, durante media hora, el lado estadunidense del puente internacional Santa Fe, colindante con Ciudad Juárez, Chihuahua, al tiempo que se daban a conocer nuevas denuncias sobre el maltrato a mexicanos indocumentados.
Por su parte, la organización civil Comité de Servicios Amigos de las Américas calculó que alrededor de 50 personas, la mayoría indocumentadas, han muerto en la red carretera del sur de California entre 1992 y esta fecha, según informó la agencia de noticias Notimex.
Gustavo de la Viña, director del SIN en el sur de California, aseguró que en días pasados se presentó una iniciativa legal en la que se contemplan una serie de reformas constitucionales que permitan a la Patrulla Fronteriza combatir de manera más eficaz a los traficantes de indocumentados e instrumentar sanciones más severas.
Destacó que se propone crear la lista de los diez polleros más buscados, catalogados por la Patrulla Fronteriza como ``el enemigo número uno de la sociedad fronteriza'', por lo que serán el objetivo de un grupo especial de agentes investigadores. Asimismo, se busca un acercamiento con las autoridades mexicanas para que ambos gobiernos busquen la forma de homologar el castigo a personas dedicadas a esta actividad.
En una entrevista previa, Alan Bersin comentó a La Jornada que sólo con sanciones más severas se logrará combatir a los traficantes de indocumentados que a raíz del reforzamiento de la vigilancia fronteriza, utilizan cada vez rutas y métodos más peligrosos para los migrantes, lo que ha ocasionado cada vez más muertes.
Respecto a las muertes de indocumentados en la red carretera del sur de California, el Comité de Servicios Amigos de las Américas, destacó en San Diego que solamente hasta junio de 1995 se registraron 40 muertes en esa zona.
Añadió que agentes de la Patrulla Fronteriza participaron aproximadamente en 20 de esos accidentes automovilísticos, semejantes al que ocasionó la muerte de siete indocumentados y 18 heridos el sábado pasado, después de una persecusión.
En todos los casos la corporación fronteriza ha indicado que sus agentes evitaron el exceso de velocidad y el uso de sirenas. También en todos los casos los patrulleros fueron exonerados de posibles delitos.
La Patrulla Fronteriza ha aprehendido a 24 mil 678 indocumentados en los tres primeros meses del actual año fiscal en El Paso, un aumento del 40 por ciento en relación al mismo periodo del año anterior.
La vigilancia de la red carretera de la frontera con Estados Unidos fue reforzada con la instrumentación del Operativo Guardián desde 1994, así como con la construcción de trechos de barda para delimitar territorio entre ambos países.
En otro intento por disminuir el flujo de indocumentados la Patrulla Fronteriza fortaleció y colocó en fecha reciente un total de cuatro retenes en las carreteras que conducen del este de San Diego y de ahí a los Angeles, a saber, San Clemente, Temecula, Pine Valley y Jamul.
Nuevas agresiones
En Mexicali, Baja California, familiares del niño Miguel Torres Morales, un niño potosino de 12 años de edad, denunciaron que el menor fue golpeado por un alguacil de Yuma, Arizona, arrestado durante cuatro días en una institución tutelar y finalmente deportado por el SIN.
Detallaron que el pasado 1 de abril cuatro alguaciles y un oficial de la patrulla Fronteriza lo sacaron por la fuerza de la casa de su tía Gloria Guzmán Torres, quien reside legalmente en Yuma, donde recibió jalones y golpes en el estómago por uno de los agentes que le gritaba ``ladrón de armas''.
El menor fue trasladado al sheriffato de Yuma, donde permaneció hasta el 5 de abril cuando el SIN lo entregó a la Oficina de Servicios Migratorios de San Luis Río Colorado, Sonora, donde fue recibido por el oficial Rafael Villegas.
Protestas a través de Internet
Respecto a las protestas, este domingo grupos defensores de los derechos humanos de la franja fronteriza bloquearon durante media hora el puente internacional Santa Fe, del lado estadounidense, y se retiraron de ahí luego que enviados de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes hablaron con ellos.
La protesta fue vigilada por elementos de la policía de El Paso, Texas, mientras que los automovilistas mostraron simpatía con los manifestantes, quienes portaban grandes mantas exigiendo que termine el maltrato a los connacionales que buscan trabajo.
También en El Paso, decenas de usuarios de la red de comunicación por computadoras, Internet, protestaron contra la golpiza a tres inmigrantes mexicanos a manos del sheriff del condado de Riverside.
Los usuarios distribuyeron el formato de una carta en la que se condena el ataque y solicitan al lector enviarla a las direcciones electrónicas de la Junta de Supervisores del Condado de R`verside y de cada uno de sus siete integrantes.
Allí mismo, la Patrulla Fronteriza anunció que a partir de este domingo se decidió duplicar el número de agentes que patrullan a caballo la línea internacional ante ``la probada efectividad'' de esa forma de vigilancia El jefe de ese cuerpo policiaco en esa ciudad, William Veal, informó que el número de agentes montados se elevará el próximo verano de ocho a 16. En este año en ese sector se situó a 71 nuevos agentes.
La Patrulla Fronteriza abandonó en 1970 el uso del caballo para las labores de vigilancia y lo retomó en 1986 al observar la conveniencia de ese animal para el patrullaje de ciertas áreas de terreno, recordó un despacho de Notimex.
(Jorge Alberto Cornejo, Antonio Heras y Rubén Villalpando, corresponsales, y Notimex).