En fecha reciente se creó oficialmente el Consejo de Ciencia y Tecnología del estado de Guanajuato (Concyteg). La petición, avalada y acariciada por decenas de guanajuatenses involucrados en formas diversas en el quehacer científico y técnico, ha recibido el apoyo explícito y entusiasta para su concreción por parte del gobernador estatal, Vicente Fox Quezada.
La historia podría resumirse así: durante la primer campaña política para gobernador de don Vicente, hace cerca de cinco años, y específicamente durante su visita al Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav) en Irapuato, me permití proponerle la creación de un consejo que apoyara y fomentara la ciencia a nivel estatal, siguiendo los modelos del Conacyt y de los pocos consejos estatales existentes en el país, como el del vecino estado de Querétaro.
El año pasado, durante su segunda campaña política, algunos investigadores le volvimos a formular la misma propuesta. Ya en funciones de gobernador, él sugirió la formación de un comité para estudiar tal iniciativa. El comité fue encabezado por el rector de la Universidad de Guanajuato (UG), funcionarios gubernamentales, miembros de la comunidad científica estatal, dentro de la que tuve el privilegio de participar en algunas acciones, y sectores privado y social. Después de diversas deliberaciones y análisis se tomó la inteligente decisión de su creación.
El Plan Nacional de Desarrollo del sexenio 1995-2000 establece la necesidad de que México adquiera mayor capacidad para participar decorosamente en el avance científico mundial, y transformar algunos de los conocimientos generados en aplicaciones útiles, sobre todo en materia de innovación tecnológica. Está claro que esta participación requiere de grupos de investigadores con la más alta calificación, y que dispongan para su desenvolvimiento y expresión de un sólido sistema de investigación científica. Todo ello debe acompañarse de cambios estructurales y de imaginación en el aparato productivo para identificar y seleccionar óptimamente los conocimientos generados, con el objetivo de incrementar su capacidad competitiva.
La experiencia de los países más avanzados tecnológicamente, y la de aquellos de reciente desarrollo como los denominados tigres asiáticos, muestra sin lugar a dudas que la creación y fortalecimiento de un eficiente aparato científico influye favorablemente en el mediano y largo plazos en la productividad y en el ingreso nacionales. Es necesario ser cuidadosos en reconocer que el impacto del desarrollo científico no se limita solamente al escenario económico; influye favorablemente en la manera de ser y de vivir en una sociedad, en su patrimonio, sus tradiciones, su lengua y sus artes. Y sirve de sustento a sus ideales, a sus aspiraciones, a sus programas y a sus realizaciones, y de sólido soporte a su capacidad para buscar y encontrar su propio destino.
Por otro lado, en las últimas dos décadas se han logrado consolidar en Guanajuato varios grupos científicos en diversas disciplinas; pequeños en tamaño pero de buena calidad. La mayoría de estos grupos ofrece maestrías y doctorados. En esta entidad existe una oferta no inferior a 30 programas de maestría y cerca de 10 doctorados. Los programas en el padrón de excelencia de Conacyt son 11 de nivel maestría y siete de doctorado localizados en instituciones como el Cinvestav-Unidad Irapuato, Centro de Investigación en Matemáticas, Centro de Investigación en Optica asociado a la UG para este efecto, Instituto Tecnológico de Celaya (ITC) y en diversas facultades de la UG; la mayoría de los posgrados están adscritos a esta última institución.
Es pertinente señalar que algunos de los posgrados guanajuatenses tienen no sólo un sobresaliente reconocimiento nacional sino también latinoamericano, como es el caso, entre otros, de ingeniería química del ITC y el de biotecnología agrícola y alimentaria del Cinvestav.
En relación a los investigadores guanajuatenses miembros del SNI, es posible visualizar los siguientes aspectos: el total de investigadores inscritos, sin incluir estudiantes, asciende a 142; los líderes científicos considerados aquellos en el nivel 3 ascienden a cinco, la mayoría de los cuales están en el Cinvestav; en el nivel 2 están 14 investigadores y el resto pertenece al nivel 1 y a candidatos a investigador.
En estos escenarios nace el Concyteg con una dirección general y otras direcciones específicas, una junta directiva y una junta de asesores científicos. La mayoría de sus integrantes, que no todos, gozan de un amplio reconocimiento en el ámbito estatal a su labor relativa al quehacer científico y técnico. Inexplicablemente han quedado fuera algunos de los más brillantes líderes científicos, y también grupos con una visión tan respetable y estimable como los del Instituto Tecnológico de Celaya. Ojalá lo anterior no represente una simulación en el estado de la historia e infructuosa controversia entre instituciones nacionales, como la que ocurría entre el IPN y la UNAM. El Concyteg cuenta con un dinámico y experimentado director general, antiguo funcionario de la UG, que esperamos que con apoyos definidos a la ciencia y no solamente labor de gestoría, pueda conducir la nave con rumbo seguro y definido, y a una velocidad óptima.
Aquellos que nos desempeñamos en la trinchera de la investigación, sin obligaciones administrativas de ninguna especie, estamos llamados a ofrecer toda nuestra colaboración, ya que contamos con los elementos básicos necesarios para intentar convertir a Guanajuato en el polo científico y técnico por excelencia de la nación.
Finalmente, vale la pena insistir ante todas las instancias, y Guanajuato es una de ellas, que la investigación científica no debe ser considerada como una tarea aislada o como un pasatiempo fugaz; debe considerársele como una función básica de nuestra trama social.