Miseria, vergüenza nacional: Servitje
Raúl Llanos Samaniego La corrupción ``desorbitada'' de funcionarios, los asesinatos políticos no aclarados, la falta de vigencia plena del Estado de derecho, la carencia de espacios para la democracia participativa y la ``percepción de ciertas vacilaciones del Presidente y de la dificultad para afirmar su necesaria autoridad'' son causas por las cuales aún persiste en México el clima de incertidumbre y descontento, afirmó el empresario Lorenzo Servitje.
Al hablar ante integrantes de la Unión Social de Empresarios de México (USEM), el industrial expresó que gran parte de los problemas políticos, económicos y sociales del país tienen su raíz en la corrupción e irresponsabilidad de muchas autoridades y ciudadanos.
``En lo económico, las empresas enfrentan una espiral diabólica. En lo social, vivimos una alarmante falta de seguridad personal y un incremento de los cinturones de miseria, con el consecuente aumento de la delincuencia, las presiones políticas y el ambulantaje. La forma en que viven millones de personas hacinadas en habitaciones exiguas y sin los más elementales servicios es una vergüenza nacional'', indicó.
De lo político, citó: ``Hoy la autoridad, con demasiada frecuencia, no tanto por prudencia explicable sino por consideraciones de política electoral, se acomoda y claudica ante presiones de personas, grupos y partidos, definitivamente violatorias de la ley. Al presidente de la República le faltó experiencia política y ha tenido que enfrentar problemas de una magnitud que nunca sospechó, pero tiene a su favor que recibió un mandato claro y sin duda está aprendiendo''.
Y de lo moral, subrayó: ``Nuestra sociedad se enfrenta actualmente a un creciente deterioro en esta materia, que se manifiesta en falta generalizada de honradez y de respeto a la autoridad y a la ley; imperan desintegración familiar, violencia, corrupción y un egoísmo desbordado, por lo que ante este doloroso hecho se hace indispensable una profunda renovación moral''.
Por ello llamó a la población y al gobierno a sumar esfuerzos y evitar ``retrocesos lamentables''. Es bien claro que ``la ausencia y abstención política de gran parte de la población es lo que ha permitido los malos gobiernos que hemos padecido''.
Expresó que a pesar de que persiste el clima de incertidumbre y descontento, para 1996 el panorama ``se ve más tranquilo''. Hizo énfasis en que el conflicto de Chiapas, va encontrando salidas, las elecciones locales no adelantan mayores tensiones y vemos una concientización de la necesidad de la participación cívica y política, con lo que ``el PRI tendrá que irse ajustando a una nueva posición de menor peso político, ya que el cambio democrático no retrocederá''.
Consideró asimismo, que la mayor parte de las presiones que el gobierno afronta y los quebrantos que el PRI sufre, se deben al severo deterioro económico. Dijo que subsisten tanto el endeudamiento enorme de empresas y personas, como una situación crítica de los bancos. La necesidad urgente de reactivar la economía no se resuelve y a pesar del compromiso gubernamental de aumentar el gasto público, éste no será suficiente para salir de la recesión.
En su ponencia, Servitje explicó que la falta de demanda y liquidez, la baja en las ventas, el alza en las tasas y el endeudamiento lleva a las empresas a una ``espiral diabólica: no tenemos crédito, no podemos pagar intereses altos, no producimos, quitamos gente, no hay consumo, no nos compran, no vendemos... y así al abismo''.
Respecto al narcotráfico, expuso que es un problema social enorme y creciente, sin solución fácil, porque tiende a corromper funcionarios, policías y jueces, ``y esta lacra se extiende no sólo en relación con las autoridades, sino a otras actividades de la población''. Por ello convocó a los mexicanos a recomponer la parte moral, en donde la familia, la escuela, la Iglesia y también la empresa insistan en la necesidad de los principios morales y valores fundamentales.
De igual manera consideró importante la participación de la ciudadanía en el ámbito político. Reconoció que en los últimos años se ha dado una apertura de parte de las autoridades al diálogo y la participación, ``pero ésta es aún insuficiente. Como punto clave debemos insistir en la absoluta necesidad de que rija un Estado de derecho, en el que la ley y la autoridad sean respetados. No puede aceptarse que minorías audaces puedan conseguir con su presión y violencia lo que la ley no les otorga''.
También se debe pugnar por una pronta reactivación económica, ``presionar al gobierno para que tome las medidas necesarias, porque el proceso va demasiado lento y la planta productiva resiente daños, en muchos casos irremediables. Asimismo, resolver el problema financiero de los bancos y de sus acreditados, toda vez que lo efectuado hasta ahora es insuficiente''.
Del tamaño del Estado, comentó que tendrá que seguir adelgazándose; reducir la burocracia, sus privilegios y prebendas. ``Todavía hay mucho que recortar en Pemex, CFE, IMSS y en otras dependencias''.
Concluyó que es prioritario vigilar que no se vuelva a sobrevaluar nuestra moneda; cuidar que los créditos del exterior sean a largo plazo y para bienes de capital; diseñar una política de desarrollo a largo plazo con metas de crecimiento del 6 por ciento anual; fomentar el ahorro interno; trazar una política industrial realista, y fomentar el fortalecimiento de una clase empresarial dinámica y responsable.