La Jornada 11 de abril de 1996

Murió Luis Sandi, artífice de la docencia musical en México

Pablo Espinosa El compositor Luis Sandi, último sobreviviente entre los creadores locales del lenguaje musical nacionalista, falleció ayer al mediodía a los 91 años de edad. Su legado es múltiple: autor de partituras significativas en su marcado acento idiosincrático, promotor cultural encargado de tareas mayúsculas en la administración cultural, fundador de un vasto movimiento coral cuyos frutos son aún notorios, artífice de la educación musical en nuestro país.

Luis Sandi Meneses nació en la ciudad de México el 22 de febrero de 1905. Estudió violín, composición y canto en el Conservatorio Nacional de Música, del que fue profesor y secretario. Fue jefe de la Sección de Música del entonces naciente Instituto Nacional de Bellas Artes, al cual sirvió durante cuatro décadas.

Fundador de instituciones, integró la prestigiada Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (1933-1938) y presidió la Liga de Compositores de Música. Director de orquesta, fundador de clubes corales y orquestas rítmicas de las escuelas primarias y secundarias de la Secretaría de Educación Pública, es autor de Introducción al estudio de la música, que por décadas ha sido libro de texto en las secundarias. Interminable es su lista de méritos.

En su casa de la colonia Reforma Iztaccíhuatl nunca cejó en su labor como compositor. En ocasión de su 90 aniversario, hace apenas 13 meses y medio, respondía el maestro en entrevista a este reportero: ``He escrito en estos últimos meses una sonata para trompeta y percusiones, una sonata para viola y piano, una miniatura para viola, una obra para soprano y flauta y ahora estoy escribiendo una obra para flauta sola'', además de un proyecto para una nueva ópera.

``La mía platicaba durante aquella póstuma entrevista es música tradicional, no es música nueva. Por clásico se entiende lo contrario de lo popular; a la música de concierto la llaman generalmente clásica, y en ese sentido mi música es clásica. Otra acepción de clásico es el paradigma. En ese sentido, también sigo las normas del pasado. Durante mucho tiempo yo escribí en el estilo nacionalista''.

La musicóloga Yolanda Moreno Rivas situó así la personalidad de Luis Sandi Meneses como compositor: ``Sobriedad de espíritu neoclásico que campea a través de sus temas indigenistas o folclóricos. Cierta sequedad y el rechazo a una seducción armónica u orquestal restan convicción y originalidad a sus ideas musicales (Norte, 1941). En décadas posteriores, concretamente en la Segunda sinfonía (1979), alejada del hieratismo de la escuela mexicana de los años 30 y 40, aparece Sandi como un compositor igualmente neoclásico pero más experimentado y de oficio más seguro que se atreve a manifestar un lirismo espontáneo y más romántico en el que aparecen por momentos las viejas evocaciones indígenas''.

Gloria Carmona, por su parte, además de glosar las actividades de Sandi como fundador de instituciones culturales musicales (el Coro de Madrigalistas, entre muchas otras) y como crítico musical (labor que ejerció en varios periódicos nacionales), ubica su trabajo composicional: ``Su catálogo es digno de consideración. Figura en él desde la más pura canción a capella hasta la ópera, el ballet y la sinfonía. Si como compositor no ocupa un lugar al lado de los grandes de la música mexicana, no por ello su obra es menos relevante. Es frecuente, sobre todo en el estrecho panorama que ofrecen nuestros países americanos, carentes de tradición y arraigo, de abundancia propiciatoria de la oferta y la demanda, conceder poca o nula importancia a aquello que no es genial o excepcional, como si los grandes creadores no fueran casos de excepción incluso a siglos de distancia entre uno y otro'.

Los restos del maestro Luis Sandi Meneses fueron velados ayer en una agencia funeraria de la colonia San Rafael. Hoy recibirá un homenaje póstumo de cuerpo presente en el Palacio de Bellas Artes, de las 12 a las 13 horas, y de ahí partirá el cortejo hacia el Panteón Dolores.