La Jornada 12 de abril de 1996

Niegan los cargos los presuntos plagiarios del empresario Perrusquía; muestran huellas de golpes

Maribel Gutiérrez, corresponsal, Acapulco, Gro., 11 de abril Con visibles lesiones y huellas de golpes en la cara y cuerpo, presentaron hoy su declaración preparatoria ante el juez tercero penal los campesinos Arnulfo Nazario Mendoza y Francisco Avila Arroyo, consignados por el secuestro y homicidio del empresario Melchor Perusquía.

Los inculpados, el primero por secuestro, homicidio y asociación delictuosa, y el segundo por complicidad en los mismos delitos, negaron su participación en los hechos y denunciaron que fueron detenidos durante ocho días y torturados en una cárcel clandestina por policías judiciales, para obligarlos a firmar una declaración en la que confiesan su responsabilidad en el crimen.

Acerca de Antonio Avila Arroyo, el tercer inculpado por esos delitos que tiene orden de aprehensión, su hermano Francisco dijo en su declaración que hace más de dos meses se ausentó de su comunidad, por lo que ``es mentira'' que haya participado en el secuestro del empresario, que ocurrió el 13 de marzo, y en el asesinato, el 30 del mismo mes.

Después de las declaraciones, la defensora de los consignados, Santa Cruz Ceballos, pidió la libertad bajo caución de Francisco Avila Arroyo, que podrá obtener en las próximas horas porque sólo está acusado de encubrimiento.

Asimismo, solicitó que el juzgado tercero penal certifique las lesiones y huellas de tortura que presentan los detenidos, ya que en el expediente constan certificados médicos firmados por el médico legista Santos Galeana Hernández, de los servicios periciales de la Procuraduría General de Justicia del estado, quien dictaminó que no presentan huellas de lesiones.

Según la averiguación previa TAB/COL/196/96, el testigo Florencio Castro Venancio, vecino de El Salto, señaló como autores del secuestro y homicidio a los hermanos Avila Arroyo y a Arnulfo Nazario Mendoza, a quienes dice que vio con mucho dinero en una cantina y los escuchó platicar que se iban del poblado porque habían matado a un empresario. Los detenidos negaron esa versión y pidieron carearse con el supuesto testigo.

La abogada informó que Castro Venancio es madrina de la Policía Judicial del Estado, y tiene antecedentes de acusar a campesinos inocentes para aparentar que se aplica la justicia, como en el caso de la violación a mujeres extranjeras y mexicanas el 8 de febrero en un autobús, de lo que acusó a vecinos de los poblados cercanos al lugar de los hechos, que fueron detenidos y torturados como chivos expiatorios; entre éstos se encontraba Antonio Avila Arroyo, quien por ese motivo se alejó de su comunidad.

En la averiguación previa que consignó la agente del Ministerio Público de El Coloso, Felipa Miranda Torres, se asienta que los inculpados fueron detenidos el 6 de abril. Sin embargo, hay pruebas de que se les detuvo el 3 de abril, y que Miranda Torres negó haberlos recluido en los separos.