Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Otro Aguas Blancas; otro video
Responsabilidad: en lo más alto del gobierno estatal

El 10 de abril, cuando Ernesto Zedillo rendía un homenaje a Emiliano Zapata, cuando se comprometía ``con los ideales que guiaron su lucha, que guiaron su vida hasta su muerte'', a pocos kilómetros de Tlaltizapán, Morelos, la policía estatal disparaba contra un grupo de morelenses que también querían participar en el aniversario 77 de la muerte del Caudillo del Sur. El resultado, un muerto y una docena de lesionados.Otra vez, sólo que ahora muy cerca del Presidente de la República, la violación de las garantías individuales, la impunidad de las autoridades, el crimen contra la población indefensa, la represión y la violencia contra quienes sólo aspiran a reclamar sus derechos, contra aquéllos que sólo quieren ser vistos y escuchados.

Y otra vez, la mentira de las autoridades, la estupidez del procurador estatal, Carlos Peredo Merlo; el secuestro y posterior intento de desaparecer un cadáver, los apuros por destruir evidencias y, otra vez, el engaño monumental a la sociedad cuando se insistió en que los manifestantes agredieron a la policía desarmada. Pero también otra vez, un video que exhibe la brutalidad contra los mexicanos, no de la frontera de Estados Unidos, sino en México, muy cerca del presidente Ernesto Zedillo.

Quién ordenó que fuera detenida la marcha de tepoztecos? Cuál era la razón de esa prohibición? Qué ley sirvió a la policía estatal para amparar su acción, para impedir el libre tránsito, la libre manifestación de los tepoztecos? En realidad, la razón de instalar el retén en la carretera intermunicipal Villa de Ayala-Tlaltizapán, fue la presencia del presidente Ernesto Zedillo en Tlaltizapán, donde enviaría un mensaje a los campesinos morelenses con motivo del 77 aniversario de la muerte de Emiliano Zapata. El dispositivo fue conocido por el gobernador, Jorge Carrillo Olea, por el Estado Mayor Presidencial y llevado a cabo por la policía estatal.La razón: impedir que los tepoztecos, agrupados en el Comité de Unidad Tepozteca, llegaran hasta donde Ernesto Zedillo encabezaría el acto agrario de su gira por Morelos. El gobernador no podía correr el riesgo de que los escandalosos tepoztecos deslucieran la visita presidencial; que con sus demandas de impedir la instalación de un club de golf, provocaran desorden en el aniversario luctuoso del Caudillo del Sur. En realidad, el retén policiaco fue instalado desde la noche previa a la agresión, y la orden era detener, a como diera lugar, a los inconformes tepoztecos. Luego vino el engaño. Ya conocida la trifulca, cuando ya se estaba al tanto de que había sido necesario que la policía diparara contra los tepoztecos, fue secuestrado el cadáver de Marcos Olmedo Gutiérrez, y posteriormente tirado en un paraje lejano. Todas las autoridades policiacas, los jefes y hasta el procurador, negaron la existencia de armas y menos que se hubieran producido disparos. Se montó la farsa de que los policías fueron agredidos y que estaban desarmados.

Más aún, la mañana del jueves 11, entrevistado por José Gutiérrez Vivó en el noticiero Monitor, de Radio Red, el procurador Carlos Peredo Merlo exhibió su monumental estupidez: negó de manera insistente el uso de armas de fuego, reiteró que se trató de un operativo rutinario, solicitado por la ciudadanía a causa de la inseguridad y hasta retó a los periodistas, al corresponsal de la emisora de radio, a demostrar que se usaron armas de fuego contra los tepoztecos.También en la casa presidencial, en la residencia oficial de Los Pinos, el asunto tomó mal parados a quienes debieron reaccionar de inmediato. Veinticuatro horas después, y una vez descubierta la dimensión del escándalo, aún no había respuesta. Pronto se habían conocido las filtraciones del propio Estado Mayor, destacamentado en la avanzada de la gira presidencial por Morelos, en torno a que el operativo para detener a los tepoztecos había sido preparado previamente. De hecho, la seguridad extrema en torno al Ejecutivo se sintió en gran parte del estado.

Pero ante la insistencia de los periodistas, el vocero presidencial, Carlos Almada, recurrió al viejo expediente: hablar directamente al noticiero 24 horas, de Televisa. Y todos los periodistas, los mexicanos en general, se enteraron por el noticiero de Zabludowski que el presidente Ernesto Zedillo ``hizo llegar a las autoridades morelenses, un respetuoso exhorto'' a fin de llevar a cabo, con estricto apego a derecho, las averiguaciones judiciales correspondientes y fincar responsabilidad en torno a los hechos violentos ocurridos la víspera.

Ya se habla de policías cesados y hasta procesados, pero la responsabilidad en la agresión está en los primeros niveles del gobierno de Morelos. Y quién va a llegar hasta allá?