La Jornada 13 de abril de 1996

En aparente crítica a la IP, el Ejecutivo elogia a campesinos

Roberto Garduño Espinosa No es encrespando el ánimo social ni buscando exacerbar los problemas como construiremos el clima de trabajo y certidumbre que el país requiere, advirtió ayer el presidente Ernesto Zedillo.

En lo que se consideró una respuesta a la postura de la iniciativa privada en torno al manejo gubernamental de la inflación y la falta de aplicación del presupuesto oficial, el mandatario dijo que la confianza no la construye sólo el gobierno:

``No es congruente, por ejemplo, lamentarnos de las elevadas tasas de interés y contribuir a exaltar las condiciones que propician sus altos niveles. Debemos aprender de los millones de hombres y mujeres que en el campo y en la ciudad mantienen, día tras día, el aliento y la determinación; la serenidad y la confianza en su esfuerzo y su capacidad''.

En la ceremonia de toma de protesta al Consejo Directivo del Colegio de Ingenieros Civiles de México, el Presidente informó que las actividades productivas y económicas en el país ya han transitado por la etapa más difícil de la crisis, y que se avanza paulatina, y sólidamente hacia la recuperación.

En el salón Adolfo López Mateos, Ernesto Zedillo repasó los principales aspectos económicos, en los que el gobierno federal fundamenta su visión de crecimiento.

Recordó el incremento del empleo que arrojan las tendencias que registra el Instituto Mexicano del Seguro Social, mismas que Genaro Borrego ya había dado a conocer dos días antes, cuando informó que en marzo pasado, el número de trabajadores asegurados aumentó en 82 mil personas, respecto al cierre del mes anterior.

``De hecho, esta es la primera vez -en los últimos 14 meses- en que el nivel de trabajadores asegurados permanentes es mayor que el del mismo mes de 1995. Conviene destacar que entre el punto más bajo de ese indicador registrado en julio del año pasado y las cifras de marzo del presente, hay una recuperación de 236 mil trabajadores asegurados permanentes. Ello representa el 48 por ciento del total perdido durante los primeros siete meses de 1995''.

También destacó que el índice de producción industrial creció 1.9 por ciento en enero, respecto a diciembre de 1995, y si bien ese dato es 0.2 por ciento inferior al nivel de 1995, dicha diferencia negativa es la más baja de los últimos 12 meses.

En el ámbito del sector manufacturero, éste creció 3.3 por ciento frente a diciembre, y 1.5 en comparación con enero de 1995, ``fenómeno que ha contribuido fuertemente al sector externo de nuestra economía''.

Destacó que en el primer bimestre del año, la balanza comercial registró un superávit de mil 122 millones de dólares, que se compara ``muy favorablemente'' con el déficit de 163 millones de dólares que se registró en el primer bimestre de 1995.

También mencionó que las exportaciones totales crecieron más del 20 por ciento en los dos primeros meses de este año, comparado con lo ocurrido en 1995 y respecto de las exportaciones manufactureras, éstas se incrementaron 35 por ciento.

En la misma tónica de respuesta a los reclamos empresariales, el presidente Zedillo habló sobre la inversión pública y la disciplina fiscal.

``Tal y como lo hemos anticipado, la inversión pública debe coadyuvar a la recuperación en un marco de disciplina fiscal, si bien cabe insistir en que el motor fundamental de la recuperación y de un crecimiento sólido y duradero debe consistir en el aumento en las exportaciones, la inversión privada nacional y extranjera, y la recuperación del consumo'', indicó.

En ese ámbito señaló que durante el primer trimestre del año, la inversión física del sector público presupuestal creció 34 por ciento en términos reales, respecto al mismo periodo de 1995, a pesar de que dicha comparación está influida por el bajo nivel que tuvo el año pasado.

Reiteró que estos no son momentos de lamentaciones, para construir el entorno de confianza que se necesita.

Sobre el tema de la ingeniería, instruyó al secretario de la Contraloría y Desarrollo Administrativo, Arsenio Farell, para que examine junto con el Colegio de Ingenieros Civiles, las formas de mejorar la normatividad que se aplica a las obras públicas, con la intención de velar por los intereses de todas las partes en cuestión. Ese anuncio provocó el aplauso de los constructores que se dieron cita en la residencia oficial de Los Pinos.

El mandatario se refirió a la formación de los ingenieros, cuya matrícula en las escuelas superiores se mantiene constante, pero cuya evolución depende de la capacidad de atención a los propios institutos y universidades. No obstante, reconoció: ``Al parecer, la caída en la matrícula está obedeciendo, principalmente, a lo que está ocurriendo en las escuelas privadas''.

Y en respuesta a su propia aseveración, dio instrucciones al secretario de Educación Pública, Miguel Limón, y al director del Conacyt, Carlos Bazdresch, para que vigoricen los apoyos y estímulos para preparar mejor a los ingenieros.

El presidente Zedillo manifestó su convicción de que con tezón, con perseverancia y con inteligencia, se van a superar las adversidades que hoy enfrentan los mexicanos.

Por su parte, Eugenio Laris Alanís, presidente entrante del Colegio de Ingenieros Civiles de México, advirtió que en el país no existe una cultura de conservación, y que los efectos de la crisis ya se manifiestan en una mayor pérdida de empleos por parte de los ingenieros, una disminución generalizada de sus ingresos y el descenso en la escala social.

Puntualizó que el Estado ha disminuido su participación como el principal ejecutor de obra, tanto, que se ha presenciado el desmantelamiento de cuerpos técnicos de diferentes secretarías y no se han consolidado grupos de la iniciativa privada para invertir.

``El Estado no puede perder su papel de promotor y rector de la obra pública. No ejecutar oportunamente los proyectos puede generar cuellos de botella o problemas sociales, cuyo costo posterior siempre ha sido más alto'', concluyó.