AL debe aumentar tasas de ahorro interno e inversión, dice Rosenthal
Agencias, San José, 16 de abril El secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Gert Rosenthal, aseguró que las corrientes populistas en el mundo prácticamente han muerto, los procesos macroeconómicos así como la globalización son inevitables, y los gobiernos latinoamericanos ``se están dando cuenta de ello''.
Advirtió que no hay opciones ante la globalización económica y sólo se pueden modificar detalles o el ritmo de la aplicación de políticas macroeconómicas y la apertura comercial. ``Para avanzar sostenidamente hacia el desarrollo, América Latina y el Caribe necesitan aumentar sustancialmente sus tasas de ahorro interno e inversión, llevando a cabo las profundas reformas que esto requiere'', señaló.
Para alcanzar un crecimiento rápido y sostenido la región requiere una tasa de inversión del 28 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB), siete puntos arriba de la actual. Esta inversión permitiría un crecimiento cercano al 6 por ciento anual y un incremento sistemático del ingreso real por habitante a razón de 4 por ciento anual. En este momento sólo un país se acerca a esta cifra y es Chile, que ha alcanzado un coeficiente estable de inversión del 25 por ciento del PIB en los últimos tres años, señaló la Cepal.
En su 26 periodo de sesiones la Cepal discute con los representantes de los gobiernos latinoamericanos una nueva propuesta, que pretende duplicar el crecimiento económico de la región del 3 por ciento observado en el último quinquenio, a 6 por ciento en los próximos cuatro años como fórmula para alcanzar el desarrollo.
Para ello, la Comisión propone ``una interacción de los procesos macroeconómicos con la microeconomía, el fomento del ahorro interno, impulsar la competitividad de las empresas para crear más fuentes de empleo y propiciar la transferencia de tecnología y la formación de recursos humanos''.
Rosenthal señaló que ``un mundo globalizado como el actual no tolera ensayos populistas'' como los que se aplicaron en el pasado en países de América Latina como Perú y Argentina. Insistió en que ningún país puede en la actualidad ``aislarse de la economía mundial'', lo cual fue posible en la década de los sesenta.
Según Rosenthal, el camino para América Latina y el Caribe, al igual que para el resto del mundo, es continuar la apertura comercial, ``definir la frontera'' entre la acción pública y privada, así como llevar a cabo una gestión macroeconómica ``prudente y coherente''. Agregó que veía muchas posibilidades de innovar ``cuando uno baja a detalles, en ritmos, en secuencia y contenido político. Allí veo opciones para mezclar las políticas macroeconómicas con políticas selectivas sectoriales'', puntualizó.
En el plenario circuló un documento sobre la evolución de la fecundidad en el área, donde se señala que el crecimiento demográfico en América Latina bajó en las últimas tres décadas, pero la región enfrenta ahora el riesgo de un envejecimiento de la población acompañado de presiones sobre los sistemas de salud y seguridad social.
El reporte indica que el número de hijos promedio por mujer descendió de seis en 1950, a tres en 1995 y se estima que llegará a 2.7 en el 2000. También la esperanza de vida del latinoamericano promedio mejoró sustancialmente, al pasar de 52 años en 1950, a 69 en 1990 y se espera que sea de 70 años a fines de siglo.
El drástico cambio en el mapa poblacional del subcontinente que se observó en los últimos años estuvo marcado también por modificaciones en la tasa de mortalidad infantil, que pasó de 125 por cada mil nacimientos en 1950, a 45 por mil nacimientos en la primera mitad de la década, y bajará a 40 por mil a fines del siglo.
Actualmente en la región coexisten 479 millones de personas, tres veces más que hace 40 años. En cambio, la tasa de fecundidad es mucho menor que hace 35 años y descendió de 2.7 por ciento entre 1950 y 1960, a 1.8 por ciento en el primer lustro de los noventa. Se estima que la tasa de crecimiento demográfico se reducirá a 1.6 por ciento en los próximos cinco años.
Según los expertos de la Cepal los cambios operados en las variables demográficas y sociales repercutirán en los próximos años en la calidad de vida de la población. Así, se estima que se incrementará el desempleo y habrá una mayor demanda de asistencia pública para la población anciana. El subcontinente enfrentará además retos hasta ahora inéditos, como mayores exigencias de pensiones de jubilación, de servicios médicos y de seguridad social.