Riesgo de racionamiento, por falta de inversión en infraestructura
Juan Antonio Zúñiga El retraso de la inversión pública para construir obras de infraestructura básica alargará no sólo los tiempos de inserción de México en la economía globalizada, sino orillará a aplicar programas de racionamiento particularmente de agua y energía eléctrica, advirtió ayer el presidente del consejo de administración del consorcio Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Bernardo Quintana Isaac.
Al intervenir en los trabajos del segundo y último día de la Séptima Convención del Mercado de Valores, señaló que aun cuando el aparato productivo lograra avances notables en tecnología, productividad y competitividad, los beneficios no podrían concretarse sin el respaldo de comunicaciones terrestres, aéreas y marítimas suficientes.
Agregó que la carencia de medios eficientes de telecomunicaciones frenaría los beneficios de la alta competitividad de las más avanzadas tecnologías informáticas.
Bernardo Quintana planteó que postergar la realización de obras de infraestructura implica costos sociales y hasta políticos de gran cuantía, que si bien algunas veces se han ignorado, el paso del tiempo siempre ha hecho que la falta de estos proyectos se exprese en cuellos de botella, con frecuencia mayores a los que se evitaron en las áreas a las que se dio prioridad.
Las necesidades de infraestructura del país se mantienen en ascenso, agregó, como resultado del incremento constante del número de habitantes que demandan equipamiento y servicios en forma creciente. ``Cada día resulta más preocupante la ausencia de una intensa actividad y un dinamismo sostenido en las diversas áreas de la infraestructura, considerando que prolongar aún más su demora tendrá consecuencias de la mayor gravedad'', dijo.
Ejemplificó con el caso del agua potable, cuyos requerimientos en los próximos 15 años implican incrementar la capacidad de dotación en 40 metros cúbicos por segundo, para beneficiar a 15 millones de habitantes en 100 ciudades.
Si se considera que actualmente se generan en todo el país alrededor de 170 metros cúbicos por segundo de aguas residuales, y que sólo el 10 por ciento se trata de manera adecuada, ``será necesario construir no menos de mil 500 plantas de diverso tamaño para su tratamiento y reuso'', expuso.
De no realizarse estas obras, advirtió, México llegará a condiciones extremas de insalubridad urbana, así como a incrementar los niveles de contaminación de ríos y cuencas cuyo grado de deterioro puede ser irreversible.
Por lo que respecta a los atrasos en la construcción de obras para aumentar la generación y suministro de electricidad en ascendente demanda, Bernardo Quintana pronosticó que habrá cortes en el suministro de energía, lo que se manifestaría en apagones rurales y urbanos con la consecuente interrupción de las actividades industriales y comerciales.
Frente a las enormes necesidades de seguir construyendo infraestructura, puntualizó, ``enfrentamos algunos obstáculos relacionados con el financiamiento, el aprovechamiento del ahorro interno y otros de carácter jurídico, que impiden romper la inercia y alentar la participación privada en los proyectos que exige el país''.
Es indispensable explorar fórmulas que permitan aprovechar mejor los financiamientos, subrayó, y en ese sentido propuso estudiar esquemas de inversión ciudadana que puedan extenderse a los municipios y abrir la participación hasta al pequeño ahorrador mediante la emisión de bonos de infraestructura, con el respaldo y garantía de las autoridades.