La Jornada 17 de abril de 1996

Son mínimas las denuncias de mexicanos que son vejados: Colegio de la Frontera Norte

Carlos Figueroa, corresponsal /II y última, Nuevo Laredo, Tamps., 16 de abril Los actos de violencia, maltrato y racismo de que son objeto los indocumentados al ser detenidos por agentes de corporaciones policiacas estadunidenses, son mucho más numerosos de lo que puede documentarse en esta frontera, pues las denuncias son mínimas en comparación con lo que ocurre en otros puntos limítrofes, señala un estudio del Colegio de la Frontera Norte en esta ciudad.

Su director, Eduardo Alarcón Cantú, indica que los migrantes son en su mayoría campesinos y en segundo término miembros de la clase media baja urbana con algún oficio como ebanistas, carpinteros o albañiles, cuyos servicios son bien pagados.

Los mexicanos que logran establecerse ``laboran más de ocho horas diarias, lo que demuestra su gran capacidad de trabajo'', además de que mantienen un marcado sentido de responsabilidad respecto a sus familiares en México, a quienes envían dinero que en conjunto suma importantes cantidades.

La conservación de sus raíces ideológico-culturales, se demuestra en el hecho de que en fechas tradicionales como el Día de Muertos o en la celebración de la Navidad, los mexicanos radicados en Estados Unidos retornan a sus lugares de origen para reunirse con sus familias.

Quienes intentan cruzar por esta zona hacia Estados Unidos proceden en su mayoría de los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, seguidos de Jalisco, Guanajuato, Zacatecas, Michoacán y el resto del país, y se dirigen preferentemente a Texas, además de Michigan, Florida y otros sitios del norte y noroeste del vecino país.

El análisis realizado por la institución, comenta Alarcón Cantú, revela que hay una disminución en el flujo de quienes intentan llegar sin documentos a trabajar del otro lado de la frontera, debido en parte a los altos costos de traslado y al endurecimiento de las medidas adoptadas por las autoridades norteamericanas en toda la frontera.

La Border, el río, el desierto y los asaltantes, riesgos para los migrantes

Durante los primeros tres meses de este año han muerto en esta frontera cuatro indocumentados mexicanos en accidentes ferroviarios o ahogados en el río Bravo, y uno de ellos víctima de un ataque al corazón, mientras se escondía de la Patrulla Fronteriza. Entre los varios lesionados, uno fue baleado por un granjero estadunidense.

Este último caso ocurrió el pasado 17 de marzo, cuando Maximino Puente Espinoza, de 34 años y originario de San Luis Potosí, fue baleado con un rifle por un ranchero, cuando se dirigía a Texas.

``Caminé varias horas hasta llegar a un rancho ubicado cerca de Cotulla, Texas; ahí un norteamericano me vio, se dirigió a su camioneta, sacó un rifle y me disparó en varias ocasiones''. Cuando el estadunidense lo vio caer, herido en un pie, subió a su camioneta y se alejó a toda prisa, aseguró. Más tarde fue deportado, luego de recibir atención médica.

La cifra de mexicanos muertos que pretendían llegar a Estados Unidos el año pasado, fue de 22; perecieron en accidentes de tren, atropellados en la carretera, ahogados o por insolación, mientras caminaban por zonas semidesérticas, informó José Luis Díaz Mirón, canciller de Protección del Consulado de México. En 1994 fallecieron 17 personas, quienes murieron por causas similares.

Por su parte, el cónsul de México en Laredo, Texas, Raúl Cárdenas Heraldez, destacó que el número de connacionales deportados por Nuevo Laredo, se ha incrementado en un 54 por ciento. Agentes de la Patrulla Fronteriza Sector Laredo y elementos del Servicio de Inmigración y Naturalización (SIN) de Estados Unidos, han detenido a más de 20 mil indocumentados en los primeros dos meses de este año.

Pero estos trabajadores no sólo enfrentan riesgos al intentar penetrar en territorio estadunidense. También quienes regresan temporalmente con sus familias, son presa frecuente de salteadores en localidades cercanas a la zona limítrofe.

El pasado 24 de marzo, Fabián Martínez fue asesinado a golpes por asaltantes, cuando se dirigía de Austin, Texas, a San Luis Potosí, a visitar a sus familiares. Sus agresores lo despojaron de una fuerte suma de dinero, producto de varios meses de trabajo, de acuerdo con las declaraciones de su amigo Miguel Angel Jaime, residente legal en Estados Unidos.

Jaime informó que para que su amigo no tuviera problemas al regresar a Estados Unidos, le prestó su tarjeta del Seguro Social y su acta de nacimiento, pero el 22 de marzo empleados de seguridad de la empresa ferroviaria Unión Pacific, al realizar una revisión en un tren carguero estacionado en los patios de la compañía, 12 millas al norte de Laredo, encontraron su cuerpo sin vida.