La Jornada 17 de abril de 1996

No se estimulará un crecimiento efímero con el gasto público o la relajación monetaria: Ortiz

Juan Antonio Zúñiga El camino para reanudar el crecimiento no se encuentra en una reversión irresponsable de la política económica, porque ésta no es patrimonio de grupos o personas, sino que ha sido una respuesta nacional ineludible ante los profundos cambios en la escena económica mundial, manifestó ayer el secretario de Hacienda y Crédito Público, Guillermo Ortiz Martínez.

Al intervenir en el segundo y último día de la Séptima Convención del Mercado de Valores, el funcionario subrayó que esta administración gubernamental no caerá en la tentación, ``que impulsan algunas voces'', de estimular un crecimiento efímero basado en el gasto público o la relajación de la política monetaria.


El secretario de Hacienda y Crédito Público durante
su intervención en la Convención Anual del Mercado
de Valores.
Foto: Raúl Ortega

Señaló que ``frente a planteamientos que ofrecen expectativas sin sustento, es necesario reiterar que la expansión de la producción y el empleo sólo pueden basarse en dos pilares fundamentales: uno, el incremento de los flujos destinados a la inversión y, dos, la elevación de la eficiencia del aparato productivo''.

Consideró que el entorno más favorable y la congruencia de la política económica se reflejarán en los próximos meses en una recuperación paulatina pero sostenida del consumo y la inversión.

Ratificó: ``No estamos creando, como señalan algunos, falsas expectativas en torno a la recuperación. Las condiciones de estabilización y los indicadores disponibles muestran una clara tendencia positiva con respecto al punto más bajo que se alcanzó a mediados del año pasado''.

Estimó entre 2 y 2.5 por ciento la caída del Producto Interno Bruto en el primer trimestre del año, respecto al mismo periodo de 1995, pero puntualizó que en relación al último trimestre del año pasado ese mismo resultado será 2 por ciento superior.

Esto no quiere decir, aclaró, que se hayan alcanzado los niveles de producción previos a la crisis. ``Mucho menos significa que se hayan logrado los niveles de consumo existentes entonces; este proceso debe comenzar a recuperarse ya a mediados o finales de este año''.

Agregó Ortiz que la naturaleza de los desequilibrios que se han ido corrigiendo implica que el consumo ha caído sustancialmente más que la producción, por lo que el crecimiento se dará, en primera instancia, por el impulso del sector exportador; mientras la recuperación del mercado interno y del consumo vendrá en una segunda etapa. Quizá el principal obstáculo para el crecimiento del mercado interno es el problema de sobreendeudamiento de empresas y familias, dijo.

No hay proceso de crecimiento, postuló Ortiz Martínez, ``que pueda desplegarse en un marco de incertidumbre e ineficiencia. Por ello, al margen de las etiquetas ideológicas, los instrumentos de política económica a los que el Estado recurre sirven, en última instancia, al propósito colectivo de propiciar condiciones para una recuperación sólida y sostenida de la economía mexicana''.

Se refirió al propósito de promover el ahorro interno para evitar que la inversión productiva dependa en exceso de flujos de financiamiento de corto plazo, y enmarcó las recientes reformas a las leyes del Seguro Social y de los Sistemas de Ahorro para el Retiro, que actualmente se discuten en el Congreso de la Unión.

El nuevo esquema, aseguró, crea una fuente de ahorro estable y de largo plazo que amplía las posibilidades de financiamiento de proyectos productivos de larga maduración y con alta rentabilidad social, como los de infraestructura y vivienda.

Al respecto, José Sidaoui, subsecretario de Hacienda, señaló que el nuevo esquema de pensiones complementará al sistema financiero y, en particular al de valores, porque al haber más recursos permanentes habrá una mayor demanda de instrumentos de inversión y se desarrollará un mercado de largo plazo hasta hoy prácticamente inexistente.

El mercado de valores, abundó, podrá ofrecer instrumentos adecuados que concilien una asignación eficiente de recursos con la seguridad que requieren los trabajadores; para esto habrá reglas claras sobre el régimen de inversión de estos fondos, las cuales evitarán la concentración excesiva de riesgo, así como las inversiones en el extranjero.