La Jornada 17 de abril de 1996

A foros internacionales, vejaciones a migrantes

Ricardo Alemán Alemán, enviado, Querétaro, Qro., 16 de abril Los mexicanos ``sabemos del clima político y las motivaciones que propician las vejaciones y los atropellos a la dignidad de los indocumentados'', dijo Ernesto Zedillo, al advertir que su gobierno acudirá a los foros internacionales de derechos humanos ``para que examinen los casos y hagan las recomendaciones pertinentes''.

El presidente de la República alzó la voz cuando reiteró: ``Defenderemos con entera convicción y decisión a nuestros compatriotas y procuraremos por todos los medios que se revisen los métodos empleados'' en la detención de mexicanos en territorio estadunidense, e instruyó al Senado de la República que acelere las gestiones para la pronta vigencia de la Convención Internacional sobre Protección de los Derechos Humanos de los Trabajadores Migratorios, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Ernesto Zedillo también dio instrucciones a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) para que México exhorte al gobierno estadunidense a que ratifique dicha convención, ``a fin de que ese instrumento internacional coadyuve a que se respeten los derechos y la dignidad de quienes emigran al exterior'', ya que la violación de los derechos humanos de los mexicanos ``nos ofende y nos conduele profundamente''.

En clara referencia a la política migratoria estadunidense, Zedillo dijo que hay países con largas tradiciones democráticas que no respetan los derechos humanos, sobre todo por el racismo, la xenofobia y la discriminación.

Zedillo inauguró en el Teatro de la República, sede del Constituyente de 1917, el Primer Congreso de la Federación Iberoamericana de Defensa del Pueblo, a la que asistieron organizaciones de derechos humanos de todo el continente, así como de España y Portugal.

En la ceremonia, el Presidente también se refirió a la situación de los derechos humanos en territorio nacional y dijo que los mexicanos ``deben tener la certeza y la confianza de que la justicia no se inclinará a favor del poder político o económico, no tolerará la impunidad y se impartirá con objetividad''.

Sin embargo, señaló el jefe del Ejecutivo, todavía hay ``una grave distancia'' entre la norma y la realidad, se arrastran vicios y atrasos en la procuración e impartición de justicia y subsisten insuficiencias en la preservación de la seguridad publica, así como en la protección de la tranquilidad y el patrimonio de los ciudadanos.

Por ello, afirmó que el gobierno federal no ha pretendido esconder o minimizar los problemas reales que enfrenta el país en la observancia de los derechos humanos.

Entonces, dijo, es legítima la preocupación que suscita cualquier acto que obstruya el ejercicio de las libertades ciudadanas y es justificada la indignación ante cualquier violación a los derechos humanos.

El primer mandatario enfatizó que la violencia no es recurso válido para impedir conflictos, resolver diferencias, ni reivindicar agravios o intereses.

Dijo que cada orden de gobierno tiene la responsabilidad, dentro de sus atribuciones legales, de cuidar la prevalencia de las garantías individuales. ``Es parte fundamental al desempeño de todo cargo público''.

A las palabras del Presidente se unieron las del gobernador queretano, Enrique Burgos García, quien afirmó que los pueblos iberoamericanos se identifican en la rebeldía contra la opresión y, por ello, aprecian mejor el valor de la libertad y de la seguridad jurídica.

Por otra parte, el mandatario dijo al representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Ayala Lasso, que México dará una aportación extraordinaria al fondo recientemente creado de Contribuciones Voluntarias y Actuaciones de Campo de la ONU, que está destinado para casos de emergencia en materia de derechos humanos.