Asesinaron a Arturo Ochoa, ex delegado de la PGR en BC
Jorge Alberto Cornejo, corresponsal, Juan Manuel Venegas e Ismael Romero José Arturo Ochoa Palacios, ex delegado de la PGR en Baja California, fue asesinado ayer en la ciudad de Tijuana. Cuatro impactos de bala a quemarropa quitaron la vida al ex funcionario, en lo que podría significar ``un ajuste de cuentas'' o una ``venganza'' relacionada con el tráfico de drogas, consideraron fuentes de la Policía Judicial Federal (PJF), una vez que se conoció el modus operandi del homicidio.
Ochoa Palacios fungió como titular de la Procuraduría General de la República en el estado, de junio de 1993 a mayo de 1994, y como responsable de la policía federal mexicana fue quien recibió de primera instancia la investigación del asesinato de Luis Donaldo Colosio, ocurrido en Tijuana el 23 de marzo de 1994.
El cuerpo del ex delegado de la
Procuraduría General de
la República en Baja California yace sobre la
pista del
CREA. Foto: Miguel Cervantes
Sahagún/Mex.foto
Incluso, él y el subdelegado de la PJF en Tijuana, Raúl Loza Parra, fueron los primeros funcionarios en interrogar a Mario Aburto Martínez, el asesino confeso de Colosio.
Mientras entre comandantes de la PJF corría la versión de que el homicidio se debía a un ``ajuste de cuentas'' relacionado con el narcotráfico, en la Cámara de Diputados el presidente de la Comisión Colosio, Alfonso Molina Ruibal, alertaba: ``el asesinato de Ochoa Palacios generará más confusión en torno al homicidio'' del candidato presidencial.
El diputado priísta indicó que la PGR ``está obligada'' a explicar cuál fue el papel de Ochoa en las primeras horas posteriores al homicidio de Colosio, y exigió que su asesinato ``sea investigado a fondo''.
Por su parte, el perredista Jesús Zambrano también integrante de la Comisión indicó que si bien la información oficial establece que Ochoa Palacios no estuvo vinculado a las pesquisas iniciales, ``hay que recordar que su subalterno, Raúl Loza Parra, ordenó filmar el mitin donde fue asesinado Colosio, además de que los dos fueron las primeras autoridades en interrogar a Mario Aburto''.
Molina Ruibal y Zambrano coincidieron en advertir que el homicidio del ex delegado de la PGR en Baja California, agrega un ``ingrediente de confusión y especulaciones'' a las investigaciones del caso Colosio.
Sobre la posibilidad de que se trató de una venganza de narcotraficantes, se recordará que antes del crimen en Lomas Taurinas, Ochoa Palacios y Loza Parra tuvieron un enfrentamiento con el gobierno del estado, con acusaciones mutuas de protección del jefe del cártel de Tijuana, Ramón Arellano Félix:El 3 de marzo de 1994, agentes de la Policía Judicial de Baja California (a cargo de Sergio Ortiz Lara) bloquearon un operativo de la Policía Judicial Federal, cuyos agentes supuestamente iban a detener a Ramón Arellano Félix.
Tras la balacera y fuga del capo del cártel de Tijuana, los federales acusaron a los estatales de brindar protección a los narcotraficantes y detuvieron a Ortiz Lara el 3 de mayo de ese mismo año, cuando ya el titular de la PJF en la ciudad fronteriza era Rodolfo García Gaxiola, hoy prófugo de la justicia.
Ortiz Lara alcanzó libertad bajo fianza, misma que depositó el entonces gobernador Ernesto Ruffo Appel, quien por su parte acusó a los federales: ``ni hacen ni dejan hacer contra el poder del narco''.
Tras el asesinato de Ochoa Palacios, el gobernador de la entidad, Héctor Terán Terán, aseguró que no se permitirá que la federación utilice la figura de la atracción sobre la investigación del asesinato, y sólo se aceptará una colaboración coordidana de la PGR en las pesquisas.
A su vez, el comandante de la Policía Judicial del Estado (PJE), Antonio Torres Miranda, señaló que de ser necesario se llamará a comparecer al ex procurador general de la República, Diego Valadés, una vez que las primeras investigaciones efectuadas por elementos de esa corporación establecen que Ochoa Palacios se habría reunido con éste hace 15 días en esta frontera.
Ochoa Palacios fue asesinado mientras corría en el centro deportivo del Instituto para la Juventud y el Deporte (Injude), ubicado en la zona río Tijuana, alrededor de las 7:45 de este miércoles.
Según cuatro testigos entrevistados en el lugar de los hechos, dos sujetos jóvenes de aspecto atlético tenían al menos ocho días siguiendo las acciones de Ochoa Palacios, y esta mañana uno de ellos le disparó a quemarropa, luego le dio tres tiros más, y huyó a pie de la escena del crimen.
El jefe de investigaciones sobre homicidios de la PJE, Ricardo Groves Malo, señaló que en el lugar de los hechos se recogieron cuatro casquillos percutidos calibre .45; sin embargo, no se logró asegurar el arma homicida que uno de los presuntos responsables primero arrojó y después recuperó para con ella amenazar a uno de los corredores que frecuenta el Injude y que pretendía detenerlo.
El móvil del asesinato aún era una incógnita para la policía esta tarde. El gobernador Terán Terán señaló que no se descarta ninguna posibilidad, incluso que que el asesinato tenga relación con las acciones que Ochoa Palacios desempeñó como delegado de la PGR, donde recibió de primera instancia la investigación sobre el caso Colosio.
El mandatario aseguró haber instruido al procurador general de Justicia de la entidad, José Luis Anaya Bautista, para que personalmente encabece las pesquisas.
Esta tarde corrió la versión de que la Dirección de Seguridad Pública Municipal detuvo a dos jóvenes cuyas características concuerdan con las de los presuntos responsables según la descripción de los testigos; sin embargo, esta información no fue corroborada por la procuraduría. Mientras, por la noche se hizo circular el retrato hablado del joven que disparó contra Ochoa Palacios.