La Jornada 18 de abril de 1996

El Narcotráfico, desafío para las fuerzas armadas brasileñas: Cardoso

Ap, Afp, Dpa y Efe, Brasilia, 17 de abril El gobierno del presidente brasileño, Fernando Henrique Cardoso, convocó a las fuerzas armadas a participar en la lucha contra el narcotráfico, al que definió como ``el nuevo gran enemigo de la seguridad nacional''.

Por otra parte, un campesino del Movimiento de los Sin Tierra (MST), murió hoy durante una operación policial para despejar una carretera que había sido ocupada por 200 labriegos en el nordestino estado de Pará, en reclamo de la agilización de la reforma agraria.

Durante un acto de graduación militar realizado la víspera, el mandatario socialdemócrata dijo que ``los nuevos tiempos trajeron desafíos a la soberanía y amenazas a la estructura social del país'', las cuales han abierto un espacio que, ``eventualmente, será ocupado por las Fuerzas Armadas''.

``Hay que estar en condiciones de proveer apoyo logístico a los órganos policiales que investigan y combaten los ilícitos transnacionales, y de actuar con el poder de combate necesario cuando se identifiquen motivos que lo justifiquen'', añadió.

Para Cardoso, esos delitos trasnacionales ``son un nuevo desafío para las Fuerzas Armadas, que ``no cambian las misiones constitucionales ni les indican una actitud policial, pero le añaden un elemento al enfoque tradicional de seguridad y defensa nacional''. El ministerio de Justicia presentará el próximo viernes el Plan Nacional Antidrogas, que establece una participación más directa de las Fuerzas Armadas mediante operaciones conjuntas con la Policía Federal, responsable del combate al narcotráfico.

Al ser consultado sobre el papel de las Fuerzas Armadas en las operaciones conjuntas, el asesor de prensa del ministerio de Justicia, Paulo Flitz, respondió: ``Por ejemplo, la Policía Federal no tiene aviones para perseguir las aeronaves que circulan clandestinamente en espacio aéreo brasileño, y las fuerzas armadas sí los tienen''.

Los analistas locales interpretaron hoy las declaraciones de Cardoso como un giro importante en la política brasileña, tradicionalmente opuesta a la participación militar en la lucha contra el narcotráfico.

Ello se debe, de acuerdo con el diario O Globo, a que el gobierno teme que los convenios firmados por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos con países vecinos de Sudamérica puedan ``empujar'' a los cárteles de tráfico de drogas hacia Brasil.

Según el rotativo, el nuevo programa antidroga prevé también la posibilidad de que las fuerzas armadas actúen en el control de entrada de pasajeros en los principales aeropuertos del país, con el objetivo de facilitar la identificación de posibles narcotraficantes y contrabandistas.

Por otra parte, Cardoso decidió postergar hasta 1997 --año previo al fin de su mandato-- el tema de la reforma constitucional que permita la reelección presidencial.

Según el portavoz de la presidencia, Sergio Amaral, Cardoso ``cree que es muy temprano para discutir la sucesión presidencial'', lo cual se interpretó como un paso atrás del gobernante dirigido a restar fuerzas al debate desatado por sus recientes declaraciones a favor de la reelección.

Los principales opositores a una reelección consecutiva son los ex mandatarios José Sarney --actual presidente del Senado-- e Itamar Franco, bajo cuya gestión el entonces ministro de Hacienda Cardoso lanzó el Plan Real, que logró reducir la inflación del 50 al dos por ciento mensual.

La polémica sobre si debe o no tramitarse este año en el Congreso el tema de la reelección presidencial ha absorbido casi toda la atención del Congreso, y amenaza con retrasar el trámite de las reformas administrativa, tributaria y de seguridad social.