La Jornada 18 de abril de 1996

Subsisten riesgos por la fragilidad bancaria, advierte el organismo

Reuter, Efe, Notimex, Dpa, Afp, Ansa, Washington, 17 de abril El Fondo Monetario Internacional (FMI) ``observa señales de una significativa recuperación de la economía mexicana y ve con mucho optimismo las perspectivas de crecimiento en ese país, pues la esperada recuperación será un factor positivo que apuntalará el desarrollo en Estados Unidos y el resto del mundo durante 1996''.

Al presentar el informe semestral del FMI (Perspectivas Económicas Mundiales), el director de Investigaciones del organismo multilateral, Michel Musa, comentó lo anterior, aunque advirtió que en la economía mexicana ``subsisten riesgos que emanan de la fragilidad del sector bancario, por lo que será necesario mantener la estricta disciplina fiscal para mantener la confianza del mercado''.

El gobierno mexicano, dijo, todavía tiene que aplicar ``algunos ajustes en sus políticas económicas y fiscales, sobre todo en lo que se refiere al balance de la cuenta corriente, que bajó 8 por ciento durante 1995; asimismo, para reforzar un balance positivo, tendrá que aumentar su capacidad de ahorro interno''.

Para el organismo financiero, ``las políticas económicas que se han establecido (en México) refuerzan las perspectivas del crecimiento para este año, pero obviamente no todos los riesgos se han eliminado y es necesario seguir aplicando severas medidas económicas''.

Al iniciar la reunión anual de primavera del FMI-Banco Mundial, que culminará el próximo martes, Musa reconoció que el FMI ``subestimó sustancialmente el impacto que tendría el proceso de ajuste'' de la economía mexicana, tras el estallido de la crisis financiera en diciembre de 1994.

El informe presentado por el funcionario del FMI, indica que México y Argentina, ``el más perjudicado de los países de la región tocados por las turbulencias del efecto tequila'', han logrado contener las consecuencias de ese episodio y anticipa que el crecimiento económico en ambas naciones ``cobrará impulso en 1996 y 1997''. La tasa de avance establecida por el Fondo para cada uno de los países es de 2.5 por ciento para el primero y 3 por ciento para el segundo, durante el presente año.

Sostiene que una vez ``contenido el desborde'' de las consecuencias de la devaluación del peso mexicano, se ha recuperado el flujo de capitales a mercados emergentes y el ritmo del crecimiento de las economías en transición en Europa central y oriental es más vigoroso de lo esperado.

Musa señaló que ``la recuperación económica de México, que ya se registró en el primer trimestre de 1996, se reforzará en el segundo y en los meses siguientes gracias a las políticas fiscales adoptadas por el gobierno'' y apuntó que esa ``reactivación ha sido reconocida por los mercados internacionales de cambio; eso se debe en gran parte a la estabilidad que ha mostrado la moneda mexicana''.

En materia de crecimiento inflacionario, el Fondo Monetario Internacional no coincide con las proyecciones del gobierno mexicano, pues éste estima un avance de 20.5 por ciento para todo 1996, mientras que el organismo multilateral lo lleva hasta 28.9 por ciento en el periodo.

Por otra parte, el documento del FMI señala que en 1996, el ritmo de crecimiento de la economía mundial será de 4 por ciento, contra 3.5 por ciento en 1995. Al respecto, Musa explicó que ``no hay razón para esperar una caída prolongada en la economía mundial y esperamos que en 1997 el repunte del ritmo económico se dé nuevamente con gran impulso''.

En cuanto al comportamiento de las economías latinoamericanas, el informe destaca que los problemas que persisten son los de la deuda externa, el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y los bajos niveles de capacidad de ahorro interno, aunque todos ellos ``se irán superando con el tiempo''.

El FMI recomendó a los gobiernos de América Latina, una vez más, que renegocien su deuda externa para lograr equilibrios en el déficit de la cuenta corriente.

Puntualizó que las economías de los países en desarrollo del hemisferio occidental crecerán éste y el próximo año a una tasa anual cercana al 3 por ciento, tras la fuerte caída a sólo 0.9 por ciento que sufrió la región en 1995, debido a la crisis financiera mexicana.