Evitó el gobierno venezolano la huelga general de burócratas con un aumento salarial de 25%; 17 universidades pararon en repudio al ajuste económico
Josetxo Zaldúa, corresponsal, Caracas, 17 de abril Un sonoro cacerolazo nocturno en los barrios humildes de Caracas, bajo convocatoria de la Federación de Centros Universitarios, respondió hoy al paquete de ajustes económicos puesto en marcha por el gobierno de Rafael Caldera desde principios de esta semana, aunque un acuerdo salarial con los trabajadores públicos logró diluir amenazas de huelga y la tensión social.
En tanto, el Fondo Monetario Internacional (FMI), hizo llegar desde Washington, en declaraciones de su director de Investigación, Michael Musa, su satisfacción por los ``importantes pasos'' que dio Venezuela hacia la estabilización con su nuevo plan de corte neoliberal, pero soslayó toda indicación sobre si considera suficientes las medidas para el otorgamiento de créditos.
Además, en fuentes de alto nivel, se comentó que el FMI no podrá aprobar esta semana el acuerdo solicitado por Caracas en respaldo de su programa financiero por un total de 2 mil 500 millones de dólares, aunque el ministro de Hacienda, Luis Matos, aseguró que firmará en estos días un preacuerdo sobre reformas del sistema de seguridad social.
En tanto, el gobierno y los sindicatos del sector público firmaron un acuerdo que diluyó una eventual huelga general y el cual estableció un aumento del 25 por ciento que beneficia a 300 mil de los 800 mil empleados públicos.
Los trabajadores aceptaron recibir además un bono especial por el 75 por ciento de su sueldo durante ocho meses, para amortiguar los efectos del ajuste, con la condición de que esa bonificación sea contabilizada para las prestaciones y seguridad sociales. De todos modos, las 17 universidades estatales venezolanas, incluyendo la de Caracas, se paralizaron este miércoles por una huelga de 24 horas convocada por la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (Fapuv), en apoyo al paro del gremio magisterial nacional, que desde hace un mes mantiene sin clases a seis millones de estudiantes.
El paro fue ``un éxito total'', dijo el presidente de la Fapuv, José Rafael Casal, mientras la Federación de Centros Universitarios anunció que los estudiantes iniciarán próximamente un movimiento nacional ``para echar abajo el paquetazo neoliberal''. La protesta de los profesores universitarios fue lacónicamente comentada por el ministro de Educación, Antonio Luis Cárdenas: ``No entiendo nada''.
Mientras, el cacerolazo se dejó sentir con especial intensidad en las barriadas marginales de la capital, las mismas que iniciaron el estallido social de febrero de 1989, cuando la receta de ajustes decretada por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez provocó tres días de violentos disturbios en Caracas. El saldo oficial del Caracazo fue de unos 300 muertos, aunque extraoficialmente se habló de unos dos mil.
Y con las duras medidas de ajuste anunciadas el lunes por el gobierno, el 57.3 por ciento de los venezolanos cree que la economía mejorará, según una encuesta divulgada hoy por el diario El Universal. En términos negativos respondió el 39 por ciento, mientras el 3.7 por ciento no supo qué decir. Sin embargo, la mayoría estimó que la reactivación económica no los beneficiará a corto ni a mediano plazo.
El estudio, realizado por la firma Gallup, mostró también que el 61 por ciento de los venezolanos no cree que el paquetazo produzca un estallido social como el de 1989, aunque un 31.7 lo consideró posible.
Pero tal vez el resultado más sorprendente de la encuesta es el bajo rating que tuvo el discurso presidencial del lunes pasado: apenas 23.7 por ciento de los encuestados lo vieron o escucharon por la cadena nacional de radio y televisión. Los estratos sociales altos fueron los más atentos a la palabra presidencial, con 38.26 por ciento, mientras que las clases humildes fueron las más apáticas, con el 15.5 por ciento.
Curiosamente, el aumento al precio de las gasolinas, que en promedio cuestan hoy 500 por ciento más que el lunes, es percibido como positivo por el 44.3 por ciento, que piensa que la situación del país mejorará ``mucho'' con dicho incremento, en tanto que el 28.3 por ciento respondió que ``mejorará poco'', y el 15.3 por ciento que ``no mejorará nada''.
Con respecto al impacto que el ajuste tendrá en la creación de empleo, el 33 por ciento opinó que habrá más trabajo, pero el 62 por ciento dijo que lo que crecerá es el desempleo. El 41.3 por ciento confía en que la inflación disminuirá, y el 54.6 por ciento consideró que el costo de vida no habrá de decrecer.
En tanto, prosigue la puesta en marcha de las medidas de ajuste: el Banco Central de Venezuela autorizó hoy la libre flotación de las tasas de interés y firmó, además, con el ministerio de Hacienda el convenio mediante el cual la paridad cambiaria quedará también sujeta a la oferta y la demanda, medida que entraría en vigencia a partir del próximo lunes.