Zoológico: un censo imposible y un inquilino de dudoso origen
La directora del Zoológico de Chapultepec, Marielena Hoyo, cambió en 1988 diez animales propiedad de esa institución por un león marino de ``dudosa procedencia'', a una empresa comercializadora de especies denominada Grupo Beta, a pesar de que el Instituto Nacional de Ecología (INE) le indicó a través del oficio 1234, de fecha 6 de mayo, que ello era violatorio de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente.
La ex directora del INE, Graciela de la Garza, indicó que desde 1988, esa institución solicitó el inventario de los especímenes en existencia, a lo que Hoyo Bastién respondió: ``Ello es imposible, por el gran número de animales''.
La empresa con la que se realizó el intercambio está considerada por autoridades federales estadunidenses del Fish and Wildlife Service, como una de las principales exportadoras --aunque ilegal-- de animales exóticos y en riesgo de extinción a Estados Unidos y Europa.
En noviembre de 1994, La Jornada publicó en su página 43, que David Ibarra Cardona, hijo del ex secretario de Hacienda en el sexenio de José López Portillo, falsificó permisos para exportar e importar especies en peligro de extinción, firmando como presidente del Grupo Beta.
La versión de que el intercambio se realizó, se encuentra en documentos del INE---en poder de este diario-- y confirmada por De la Garza.
La entonces directora del INE, agregó que en el Zoológico de Chapultepec no se cuenta con un inventario de nacimientos y decesos de animales, lo que hace imposible vigilar si hay tráfico de especies en esa institución.
El 14 de abril de 1988, Marielena Hoyo envió el oficio 3.1.1/0048/88, al entonces director de Proveeduría e Inventarios del Departamento del Distrito Federal (DDF), Salvador Lamas Rodríguez, en el que le solicita su intervención ``para que se pudiera llevar a cabo el intercambio de diversas especies de fauna silvestre, con la empresa Grupo Beta''.
Sin embargo, recordó De la Garza, en su solicitud no se asienta que varios de los animales que se intercambiaron correspondían a especies en peligro de extinción.
La petición de la directora del zoológico derivó en la intervención del Instituto Nacional de Ecología, quien le contestó el 6 de mayo, a través del oficio 1234, que los dos leones africanos y el tigre de bengala que se pretendía intercambiar con el Grupo Beta, habían sido ``decomisados'' por la Procuraduría General de la República (PGR) y estaban considerados como ``bienes de la nación''.
Asimismo, los otros siete especímenes correspondían a dos leones africanos, un uapiti (especie de siervo), dos gamos y dos pecaries de collar (jabalies), que eran propiedad del zoológico.
De estos últimos, el INE le solicitó a Hoyo Bastién, que acreditara su legal procedencia y posesión para que la Dirección de Flora y Fauna, dictaminara sobre el uso y destino final.
Sin embargo, en el oficio de referencia se señala que los leones africanos y los gamos, bajo ninguna circunstancia debían ser utilizados con fines comerciales, actividad preponderante del Grupo Beta.
En cuanto al león marino, por el que presuntamente se cambiaron los diez animales, el oficio señala: ``Es una especie en peligro de extinción y endémica en nuestro país, cuyo aprovechamiento se autoriza únicamente con fines de investigación''.
En el oficio, que fue firmado por Graciela de la Garza, se menciona que en todo caso el INE ``no ha recibido solicitud de opinión por parte de la citada empresa, o bien por la Secretaría de Pesca, por lo que en consecuencia no reconocemos la legal procedencia y posesión de este ejemplar''.
Además, el documento agrega que sólo la Subsecretaría de Ecología, dependiente en ese entonces de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología (Sedue), podía expedir las autorizaciones para intercambios como el que solicitaba.
Documentos del INE, mencionan que el intercambio se llevó a cabo.
En cuanto a la denuncia de animales muertos a consecuencia de la remodelación del zoológico, De la Garza dijo: ``No se puede probar si hubo o no mortandad, porque no se cuenta con una auditoría de los animales en existencia''.
Cabe mencionar que el inventario de los animales debe obrar en poder de la Dirección de Bienes Muebles e Inmuebles del DDF, que considera a los especímenes como ``bienes inmuebles''. (Gustavo Castillo García).