La Jornada 20 de abril de 1996

MOVILIZACION ACTIVA POR LA PAZ, OFRECE DANIELLE MITERRAND

Jaime Avilés, enviado, La Realidad, Chis., 19 de abril ``En caso de una nueva ofensiva militar contra el Ejército Zapatista de Liberación Nacional yo me movilizaré activamente para contribuir a la pacificación de Chiapas'', anunció anoche la ex primera dama de Francia Danielle Mitterrand, durante una conferencia de prensa que ofreció conjuntamente con el subcomandante Marcos en este ejido de la selva Lacandona.

En tanto, al referirse a las recientes incursiones del Ejército Mexicano para detectar plantíos de mariguana en las zonas de influencia rebelde, el vocero zapatista señaló que ``el narcotráfico puede ser el pretexto que esté buscando el gobierno para justificar la decisión de volver a atacar al EZLN''.


Danielle Mitterrand, acompañada por el comandante
Tacho y mujeres de las bases zapatistas, durante el
recibimiento que le hicieron en La Realidad.
Foto: Oriana Elicabe/Afp

La conferencia de prensa tuvo lugar aproximadamente a las 10 de la noche en el restaurante El Arbol Rojo, del Aguascalientes de La Realidad, y comenzó después de una reunión privada que duró una hora y media. Delante de los periodistas, Marcos obsequió a la viajera una flor de papel, ``de parte de Durito'', y una camisa bordada ``de parte de las comunidades zapatistas de Los Altos de Chiapas''.

Acuerdos concretos Al agradecer los regalos y las palabras de Marcos, Mitterrand dijo: ``Cuando yo veo la calidez, la calidad y la determinación de este pueblo, sé que sólo la paz tiene sentido. Esta es una lucha pacífica que me conmueve profundamente. Por instinto, yo sé que debo defender esta causa, porque a veces hay condiciones de vida en que los pueblos tienen que rebelarse. Le he dicho al subcomandante Marcos que haré todo lo que sea posible para que esta causa avance hacia la paz''.

Respecto de los acuerdos concretos que estableció con Marcos en favor de las bases civiles de apoyo al EZLN, la viuda de Francois Mitterrand afirmó que ayudará a promover el primer Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo, convocado por los zapatistas para finales de julio, y anticipó que la Fundación France Liberté, que ella preside, ``tratará de hacer llegar medicinas contra la lepra de montaña'' (leishmaniasis) en beneficio de las comunidades indígenas.

``El Encuentro Intercontinental precisó la visitante francesa cuenta con la simpatía de la Fundación France Liberté, pues consideramos que se trata de un esfuerzo saludable para las buenas causas de los hombres.'' Y puso mucho énfasis en lo siguiente: ``No hay nada extraordinario en que yo esté aquí. Los individuos nos sentimos unidos, por encima de idiomas y fronteras, cuando se trata de mundializar la paz''.

Danielle Mitterrand comparó la lucha de los indígenas zapatistas con la resistencia del pueblo kurdo. ``Ellos (los kurdos) también quieren ser respetados en el lugar donde viven, y lo están logrando de manera pacífica, sin violencia''.

Al culminar esta mañana una visita de 18 horas a esta comunidad tojolabal en resistencia, Mitterrand dijo que en todas las escalas de su gira por América Latina que inició el miércoles y que la llevará a Cuba, Colombia, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil difundirá el mensaje de paz de los zapatistas.

``Claro que sí'', dijo en respuesta a pregunta específica. ``Hablaré (del EZLN) todos los días a lo largo de mi viaje. Diré que ellos sólo desean ejercer plenamente su ciudadanía, pero que en las actuales circunstancias no pueden cultivar sus tierras en total libertad''.

Plantíos de mariguana Cuando el corresponsal de Reforma le preguntó qué opinión se lleva del régimen de Ernesto Zedillo Ponce de León, Danielle Mitterrand sonrió de buen talante y dijo: ``No hay respuesta''. En ese momento, inclinándose sobre grabadoras y micrófonos, el subcomandante Marcos se apresuró a bromear: ``En cambio, yo me voy con una pésima impresión del gobierno mexicano''.

Y luego, con toda seriedad, explicó: ``Con las visitas de Oliver Stone, James Edward Olmos, Régis Debray y ahora Daniela Mitterrand, los zapatistas queremos dar una señal clara de que existen dos políticas internacionales. La del gobierno, que busca ayuda en el extranjero para hacernos la guerra, y la del Ejército Zapatista, que recurre a sus amigos en todo el mundo para decirles que deseamos sinceramente la paz''.

Marcos puso un ejemplo: ``Nosotros, todas las palabras que le hemos dicho a Daniela han sido palabras de paz. La presencia de Daniela, que vino por invitación nuestra, demuestra de qué lado está la voluntad de dialogar y de qué lado la voluntad de la guerra. Ayer (miércoles), 24 horas antes de que llegara Daniela Mitterrand, por aquí pasó una patrulla militar con carros de asalto comprados en Francia''.

Al preguntársele si no esperaba represalias por el éxito de la política exterior del EZLN, Marcos señaló: ``El gobierno ha apostado su futuro a su imagen virtual en el extranjero. A Zedillo no le importan las manifestaciones en el Zócalo, sino lo que se diga fuera del país. (Marco Antonio) Bernal estuvo en Europa vendiendo la mentira de que el conflicto en Chiapas ya está resuelto. Nosotros creemos que el gobierno está viendo la forma de que ya no siga esta interlocución de los indios mexicanos con el resto del mundo''.

Y redondeó la idea: ``Los del gobierno van a tratar de evitar que haya nuevas visitas de personalidades mundiales. Los agentes de Migración ya están actuando como policías, porque ya les dieron la orden de tratar a la gente honesta y decente que viene a vernos como si fueran bandidos''.

En cuanto a las incursiones militares en los alrededores de Oventic y San Andrés de los Pobres, Marcos calculó que con esa actitud ``el gobierno está presionando para llegar con una posición más ventajosa al diálogo, o puede ser que sea el pretexto que estén buscando para justificar la decisión de volver a atacar al EZLN''. Extrañamente, continuó, la mariguana empezó a crecer muy cerca de los campamentos federales que hay alrededor de las comunidades que tienen Aguascalientes. Los plantíos de mariguana, agregó, pueden servir para establecer un tipo de cerco militar que en los manuales de contrainsurgencia norteamericanos se llama lazo corredizo. ``No sabemos, pero lo que sí podemos asegurar es que la mariguana está prohibida en las comunidades zapatistas. Los responsables de cada comunidad tienen órdenes de vigilar que nadie siembre mariguana dentro de las milpas. Pero el narco empezó a florecer en estas tierras a partir del momento en que el Ejército recuperó la soberanía nacional'', explicó el jefe rebelde.

Esta mañana, al volver a San Cristóbal de las Casas, la comitiva de Danielle Mitterrand se cruzó en el camino con un convoy militar de 14 vehículos de combate.


Hermann Bellinghausen, enviado La Realidad, Chis., 19 de abril/I Danielle Mitterrand agradeció a los campesinos zapatistas que la recibieron esta tarde en Aguascalientes y que la hayan acogido ``con tanta amistad'' y afirmó, emocionada, en francés: ``Ustedes y yo nos conocemos mutuamente porque estamos sobre el mismo camino: el camino de la paz en México''. Y aclaró: ``No empleo la palabra combate porque sé que ustedes quieren la paz''.

Antes, el comandante Tacho, a punto de salir a San Andrés para las negociaciones con el gobierno, había invitado a la señora Mitterrand para que también los acompañara allá y pudiera conocer otras comunidades indígenas.

Los preparativos

Todo listo para la llegada de Danielle Mitterrand a La Realidad. Aguascalientes reúne a mil 500 campesinos de la región y quién sabe de dónde más. Llevan dos días llegando, tras caminatas de 15 y 20 horas. Muchas mujeres. No sólo tojolabales. Se pueden reconocer grupos de chamulas, tzeltaleras de falda bordada, choleras. Es la reunión civil más numerosa que se recuerda en este Aguascalientes, la más coloridamente indígena. Un fiel espejo de la colonización múltiple de la selva: convergencia de la frontera y las últimas cañadas, dentro y a los lados del cerco militar que estrangula, lentamente, a las comunidades dentro de la ``zona de conflicto''.

Desde ayer prepararon números musicales y corean consignas para la ocasión, como en los viejos tiempos: ``Zedillo, escucha, Daniela está en la lucha'', ``se ve, se siente, Daniela Miterrand está presente'', ``Daniela, la ayuda que nos des será para los que ves''.

La marimba ampliada de San José del Río ya anoche amenizó un baile más. Las mantas acumuladas de los eventos recientes, todas juntas, cubren la totalidad del escenario por arriba y por abajo. Todos los estilos pictóricos que se avienen con una revolución: el nalf de caballos, niños y flores; el realismo socialista a la mexicana, trasvasado un siglo entero y otra vez desembocando en Emiliano Zapata; el expresionismo de trazo gordo y salvaje; el retrato detallado de la comandancia y algunas escenas ecuestres del EZLN. De factura local y la foránea, la forma pictórica de todos los eventos ocurridos en el nuevo Aguascalientes.

Los resplandecientes delantales de las tojolabales con moños por la cabeza y otras partes del cuerpo. Los hombres y niños con el paliacate listo.

También en su punto, la casa de madera donde pernoctará la primera dama vitalicia de la Republique viuda del monsieur le president soleil, ``el Estado socialista soy yo'', pudo decir el hoy difunto monsieur Francois.

Bajo la sombra de un alto palo de aguacate y la más discreta de un limar sin limas, gallinas pelonas buscan su mais. Dos hamacas en el portal de la casa, en una dormirá el guardaespaldas de la señora Mitterrand. Dos piezas. Piso de tierra.

Antes de meterse bajo el mosquitero de popelina que cubre una cama de madera y una silla del mismo material, Danielle Miterrand recorrerá, a la luz de una vela, los muros de tabla, y encontrará, clavado con una chinche roja, un ejemplar de Land Und Freiheit, Tierra y Libertad, editado en Hamburgo por un grupo de solidaridad con los alzados en Chiapas (den Aufstandischen in Chiapas).

Una foto en blanco y negro: una muchacha indígena, con los brazos en jarras y rostro tras un paliacate, mira con ojos sonrientes a la cámara. Al calce, un el artículo ``Uber leben im low intensity-war'', sobre la vida en guerra de baja intensidad.

Un anaquel con libros en varios idiomas. Eduardo Galeano, Carlos Monsiváis, Marguerite Yourcenar, Pablo Neruda, Samuel Butles (el improbable clásico de la vida bucólica), Mario Vargas Llosa, literatura revolucionaria en francés, castellano y alemán, ensayos antropológicos e historia del sureste.

En los muros, carteles de solidaridad con Chiapas en catalán. Un cartel tataranieto de Max Beckman escupe una representación atroz del capitalismo y la leyenda Was Sll d Scheiss?. También jardines de Monet, postales con estampas de Joan Miró. Una larga banca contra la pared, una mesita. Una mascada palestina cubre objetos en otro anaquel.

A un lado, la habitación para Anna, la asistente de la señora Mitterrand. Un mosquitero más pequeño, una modesta mesa decorada con un mantelito rosa y más flores de mentiras en una jarrita. Libros también. Fotos de la delegación zapatista bajo los portales de San Andrés, una manta de batik, rota.

A pocos metros, una familia hace la cotidianidad en el patio de su casa, separada de las habitaciones de la invitada por una floja cerca de púas. La señora remoja maíz en una cubeta que empieza a espumar. Tendrá por vecina durante cerca de un día a quien fuera primera dama de Francia 12 años, entre las contradicciones del gobierno socialista y el ascenso de la economía neoliberal.

La invitada mandó decir que comería lo que come la gente aquí, frijoles, tortilla, arroz, y dormiría en hamaca, como ya lo hizo en Colombia. No obstante, le consiguieron chayote (tzoyol en tojolabal), cebolla, zanahoria y papa, para que lo frugal no lo sea tanto. (A la mera hora, comería arroz, frijol y guacamole y la comunidad le enviaría pollo y caldo).

Cuando reflexione madame Mitterrand sobre sus anfitriones tojolabales, tal vez piense algo de sus amigos del pueblo kurdo, o de las mujeres guatemaltecas, cuyos derechos humanos ha defendido con ardor.

De naturaleza desobediente, la señora Mitterrand habrá desoído al embajador de México en París y a la cancillería mexicana, quienes le aconsejaron no visitar a los zapatistas y le advirtieron sobre las incomodidades de la selva.

''Dónde queda pues su país de la Daniela?, pregunta con curiosidad y leve sorna Nicolás. Francia, Europa. Ajá. Carece de un sentido preciso de las distancias y las importancias, pero intuye que ambas son, en este caso, grandes. Le divierten las cosas que no puede medir. Así es como funciona su inagotable curiosidad.

A unos cuantos metros de la casa, a medio pueblo, que recibirá a ``la Daniela'', su vecina pone, sobre las púas, vestidos, camisas y delantales a secar.

La recepción

A las 4 de la tarde llega a La Realidad Danielle Mitterrand. Las camionetas que llevarán al comandante Tacho y la comandante Trini a San Andrés esperan, para que los delegados zapatistas saluden a la invitada. Además, se informa que a esta hora no se ha instalado en San Andrés el cinturón de paz y ``no hay condiciones'' para ir todavía.

Acompañada por las familias campesinas que la reciben en las afueras del poblado, la señora Mitterrand y su pequeñísima comitiva, al lado del comandante Tacho, camina a través de La Realidad hasta Aguascalientes.

La voz de la coronela de Guadalupe Tepeyac, inicia las consignas y los vivas: ``Daniela lucha y lucha, no dejes de luchar, porque los zapatistas, queremos paz con dignidad''.

Así comienza su visita la señora Mitterrand al ejido selvático de La Realidad, donde se reunirá con el CCRI, las bases civiles de apoyo del EZLN.

El primer orador, miembro del CCRI, saluda a la visitante de ``nuestra hermana república de Europa'', y la marimba toca La Diana. La compañera Ruth, toma la palabra y dice: ``Las mujeres nos levantamos a las 3 de la mañana, trabajamos todo el día, hasta las 10 de la noche. Las mujeres zapatistas somos las más esposadas, porque no tenemos estudios ni escuela''.

Después, el comandante Tacho la invita a San Andrés, una vez que ``Daniela'' ha saludado a las bases de apoyo zapatistas con las que pasará un día. Tacho dice que ``más tarde estará aquí el subcomandante insurgente Marcos''.

Al parecer, en San Andrés ya instalan el cinturón de paz. Las tres delegaciones zapatistas habituales ya pueden abandonar sus diferentes puntos de salida.

Las mesas

Sobre mesas rústicas de palo se dan los encuentros de Danielle Mitterrand. Una es la reunión privada, que duró más de dos horas, con una parte del CCRI, el subcomandante Marcos y el mayor Moisés, y de la cual la visitante salió con los ojos luminosos y su amplia sonrisa de pequeña Jeane Moreau. Otra mesa reúne a los mismos bajo un toldo de plástico para hablar con la prensa, y otra más, a la hora de la comida, había juntado en espacio y tiempo a la ex primera dama de Francia y al grupo de rock alternativo Megu Goorriak, procedente del País Vasco, en una conversación sobre el mismo tema recurrente: la paz.

Consciente de la ``travesura'', desde el punto de vista institucional (y pocas plazas son más institucionales que la de primera dama), que está cometiendo, la visitante se aventura donde su marido (difunto apenas hace tres meses) sin duda juzgaría demasiado: ``el lenguaje de los contestatarios, que algunos llaman terroristas, a mí me gusta mucho''.

Sobre una de esas mesas de palo, Danielle Mitterrand golpearía de gusto con la mano izquierda, mientras con la derecha tomaba el brazo del subcomandante Marcos y lo apretaba, feliz de oír los golpes de un inesperado chubasco sobre el toldo: ``llueve!'', exclamó en francés, mirando alrededor para compartir su gusto, pues a esas alturas ya compartía con los campesinos rebeldes la preocupación por la sequía.