Un caballero de papel.
Marcos se desató la bota izquierda, tiró del pantalón hacia arriba y mostró en la pantorrilla una cicatriz que el año pasado a partir del repliegue zapatista del 9 de febrero rumbo al corazón de la selva, le causó la leishmaniasis. La escena se produjo la noche del pasado jueves, en una cabaña de madera, dentro del Aguascalientes de La Realidad, en presencia de Danielle Mitterrand y sus acompañantes. El vocero del EZLN llevaba un buen rato explicándole a la ex primera dama de Francia cómo es la roncha que deja la mosca y cómo se comen la carne humana los gusanitos que nacen bajo el tejido subcutáneo.
Media hora antes de llevar las cosas a tal extremo de la elocuencia, el Sup había recibido a la presidenta de la Fundación France Liberté con una declaración tajante: ``Tu llegada, para nosotros, Daniela, es como una luz, como un beso de amor en una tarde húmeda'', le dijo y, a continuación y ``por encargo de don Durito de la Lacandona'', le entregó ``una flor de papel, de parte de un caballero de papel''.
Marcos respondió con detalles a todas las preguntas de su ilustre invitada. Le habló acerca de los cuatro niños de La Realidad que fallecieron en las últimas tres semanas; de la desnutrición, de la insalubridad, de la hambruna que amenaza como una peste inminente a los pueblos indios de Las Cañadas. Y le hizo ver que, aunque alzado en armas, el EZLN ha demostrado que no es una organización militarista sino que desea de veras la paz, pero ``una paz viva, no una paz que surja de la muerte''.
Sin aliento
Conmovida en todo momento, desde el instante en que bajó de su camioneta y vio que la esperaban más de mil 500 hombres y mujeres indígenas venidos de todos los rincones de la selva, la señora Mitterrand, como antes lo hicieran Oliver Stone y James Edward Olmos, ofreció que intercederá ante las autoridades mexicanas para que le permitan enviar alimentos y medicinas; aseguró que promoverá el Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el Neoliberalismo y, pese a que estaba sumamente fatigada por el cambio de horario, dijo que se sentía de lo más bien, no como aquella vez en Sudáfrica cuando, enferma del corazón sin saberlo todavía, debió subir más de 20 escalones de una tribuna, ``entre Mandela y Francois'', sin poder respirar...
Antes de salir de la cabaña para acudir a la conferencia de prensa, Daniela como la llamó el Sup, del principio al final de la charla, como si fuera su amiga desde los tiempos de la resistencia contra los nazis reiteró que hará todo cuanto esté a su alcance para que los zapatistas encuentren el verdadero camino de la paz y nunca más tengan que apelar a las armas como en enero de 1994. Y entonces Marcos le besó la mano.
Qué pasa en Francia?
La visita de Danielle Mitterrand a la selva coincidió esta semana con la publicación de un comentario en París, de la revista humorística Charlie Hebdó, qué revela hasta dónde ha calado el fenómeno del zapatismo en Francia. Firmado por Olivier Cyran, director del semanario, el texto se llama: ``Según Le Monde, Marcos usaría un pasamontañas Hermes'', y anuncia en el subtítulo:'' Le Monde revela que los zapatistas mexicanos no son otra cosa que demagogos expertos en mercadotecnia y sus simpatizantes franceses entre ellos, Charlie Hebdó astrosas víctimas de la moda. El problema es que el autor de este artículo es adepto de otra moda: la manipulación informativa. ``El martes de esta semana, El Correo Ilustrado de La Jornada insertó una carta de Bertrand de la Grange, corresponsal de Le Monde en México, plagada de insultos, calumnias y estupideces relativas a mi persona y a mi trabajo. En unos cuantos párrafos, De la Grange se retrata de cuerpo entero; los argumentos que emplea, supuestamente para ponerme en aprietos, revelan que su estatura intelectual es la de un pigmeo oligofrénico.
No voy a responderle, en consecuencia. Palabra por palabra, lo único que De la Grange demuestra en su ineficaz pataleta es que Le Monde tiene un serio problema con su corresponsal en México. Véase, a continuación, lo que una prestigiosa revista como Charlie Hebdó replicó, no hace tanto, a la enésima obra de la campaña de don Bertrand contra el EZLN y el Sup Marcos (la traducción del francés es mía). Corre transcripción: ``Innovadores y estimulantes los zapatistas? Qué va! En su edición del 10 de abril, Le Monde corrige algunas ideas banales. `En cuestión de mercadotecnia, estos revolucionarios se las traen', afirman Arianne Chemin y Bertrand de la Grange en un artículo conjunto. Como pruebas de cargo, citan, con una pesada ironía, la invitación del EZLN a Jodie Foster y Kevin Kostner, o más aún, el encuentro del subcomandante Marcos con Oliver Stone.
``No es cuestión de ver en estos gestos una tentativa, fútil quizá, de llamar la atención de los medios sobre una rebelión que, falta de apoyo internacional, corre a cada instante el riesgo de ser aplastada por los blindados mexicanos. Si los zapatistas se obstinan en sobrevivir pacíficamente en su selva, sitiados por los militares y diezmados por las enfermades, es solamente para hacerse los interesantes ante la crema y nata del show-biz.'' Su llamado a la reunión intergaláctica de este verano? `Demagogia!' La modesta corriente de simpatía que Marcos provoca en Francia no es sino la resurrección de un `romanticismo revolucionario para insurrectos en busca de una nueva Meca'. Un fenómeno de moda, en suma.
``Para dar crédito a esta tesis, Le Monde encontró síntomas alarmantes: `las tardeadas-tequila y el entusiasmo tercermundista en las universidades', una manta, `Viva Zapata!', en una manifestación contra el Grupo de los 7 en Lille, y también el número especial de Charlie Hebdó... Desgraciadamente, los autores no dicen cómo detener esta avalancha espectacular de `escalofríos y pasiones' (sic). No es más que un juego de niños: bastaría con que los medios se pusieran a hablar de Chiapas, exactamente como lo hace Le Monde. Efecto de vacunación garantizado. Esperemos los reportajes sobre los travestis en pasamontaña o las citas de Marcos en el noticiero de Ivan Levai.
``Pobre Bertrand de la Grange. No ha digerido bien el rechazo glacial de Marcos a su petición de entrevista en enero pasado. Corresponsal de Le Monde en Mexico, De la Grange es conocido incluso entre sus propios colegas como una suerte de cónsul neocolonial, lleno de vieja ternura por los militares.
``En octubre de 1995, De la Grange firmó un artículo en el que se esforzaba por demostrar que los zapatistas habían `perdido el apoyo de los indios', con una argumentación basada en 90 por ciento en declaraciones de oficiales mexicanos. Como de costumbre. Sólo que, por esta vez, el lamebotas fue sorprendido en flagrante delito de manipulación. En ese artículo, De la Grange atribuye a un cura de Ocosingo, Rafael Díaz, la terrible confesión según la cual los zapatistas contribuyeron a `destruir el tejido social'. Un notición, ya que Díaz forma parte de los pocos sacerdotes que apoyan al EZLN.
``Un lector de Le Monde, que conoce personalmente a Rafael Díaz, quedó admirado de este viraje y le escribió para pedirle información. Respuesta indignada del religioso: `Varios de mis amigos en Francia, que han leído el artículo del señor De la Grange, me han dicho, como tú me lo dices también, que él tiene la costumbre de deformar la realidad. Sería interesante saber cuáles son los intereses que él tiene en difamar a los zapatistas y a la Iglesia. El pone en mis labios afirmaciones falsas. Yo le dije que el Ejército Mexicano es el responsable de la destrucción de comunidades tzeltales, a través del alcohol, la prostitución y la droga'.
``Sin embargo apunta Olivier Cyran para los lectores del periódico de referencia, Díaz culpa a los zapatistas de la destrucción del tejido social, mientras que en realidad el sacerdote responsabiliza al Ejército por esta situación. Este es un montaje tan deshonesto, que ni P.P.D.A. (1) se habría atrevido a hacerlo. Le Monde se ha negado, hasta ahora, a publicar una rectificación al respecto. Quizá para no ser víctima, a su vez, de la 'mercadotecnia' de los zapatistas...''
(1) P.D.D.A. es considerado como uno de los periodistas menos confiables de Francia (J.A.)