La Jornada 24 de abril de 1996

Se agudiza la crisis en Paraguay; al gabinete, el general rebelde

Afp, Ap, Ansa, Dpa, Efe, Reuter, Ips y Xinhua, Asunción, 23 de abril Violentos enfrentamientos entre jóvenes que exigían respeto a las instituciones en Paraguay y la policía antimotines se registraban esta noche, luego de que el presidente Juan Carlos Wasmosy confirmó que el general rebelde Lino Oviedo pasará a retiro este miércoles y será nombrado ministro de Defensa.

Alegando que la inclusión de Oviedo en el gabinete era la única salida a la crisis generada ante la rebeldía asumida por el controvertido militar, y ``para evitar un derramamiento de sangre'', Wasmosy resaltó el ``acatamiento'' del general a su orden de pase a retiro y señaló que su actitud ``demuestra que en nuestro proceso político hemos logrado que las fuerzas armadas estén subordinadas al poder civil''.

La democracia paraguaya saldrá ``robustecida'' con el nombramiento de Oviedo como ministro de Defensa ``una vez que pase a retiro'', aseveró el gobernante en un mensaje a la nación.

Las declaraciones de Wasmosy --quien rechazó contestar a preguntas de periodistas presentes durante su anuncio-- se produjeron más de doce horas después de que el general rebelde aseguró que sería incluido en el gabinete, fórmula cuestionada por expertos jurídicos y rechazada por el sector strossnista del gobernante Partido Colorado y por la oposición, sindicatos y estudiantes.

El anuncio de Oviedo fue confirmado inicialmente en declaraciones separadas por el presidente del Congreso, Miliciades Rafael Casabianca, y el líder del opositor Encuentro Nacional, Guillermo Caballero.

Al grito de ``traidor'', cientos de paraguayos que desde ayer mantenían una vigilia en defensa de la democracia lanzaron piedras contra la casa de gobierno, apenas Oviedo informó que encabezará la cartera de Defensa. A una cuadra de distancia, frente al Congreso, la policía dispersó a decenas de trabajadores que condenaron la decisión del mandatario, sin que se reportaran heridos.

Esta noche, unidades antimotines se aprestaban a desalojar a unos 200 jóvenes que, tras la confirmación presidencial del nombramiento de Oviedo, hicieron un llamado a la ciudadanía para que se sumaran a ellos en la vigilia por la defensa del orden constitucional.

Poco después de las ocho de la mañana, Oviedo encabezó los actos del Día del Jinete en el Primer Cuerpo del Ejército, donde se atrincheró el lunes, luego de que Wasmosy dispusiera su relevo de la jefatura del Ejército al demandar general el aplazamiento de las elecciones internas del Partido Colorado, previstas para el próximo fin de semana.

``Hablé con el señor comandante de las fuerzas armadas de la Nación, y mañana a las once voy a estar jurando como ministro de Defensa Nacional'', declaró un sonriente Oviedo.

El militar rebelde --vinculado a las filas del ex dictador Alfredo Stroessner-- dijo a periodistas que esperaría ``a mi gran amigo Juan Carlos Wasmosy'' en el cuartel, donde ``entregaré el mando de comandante del ejército a otro gran general, Oscar Díaz Delmás'', designado ayer por Wasmosy en ese cargo.

``Ustedes se preguntarán ¿qué pasa con el general Oviedo? Permítanme invitarlos para mañana a las once, en el Palacio de López (casa de gobierno) a mi juramento como nuevo ministro de Defensa'', insistió el militar rebelde, quien, acto seguido, subió a un automóvil y se alejó con rumbo desconocido.

La primera aparición de Wasmosy, quien pernoctó en la sede de la infantería de Marina, se produjo en la mañana, cuando retornó al palacio de gobierno escoltado por el embajador estadunidense en esta capital, Robert Service.

Hablando desde el balcón del palacio de gobierno, Wasmosy --sobre cuya renuncia hubo insistentes rumores, posteriormente desmentidos-- agradeció a unos cinco mil paraguayos que se hubieran mantenido en vigilia en defensa de la democracia, y les aseguró que se buscaría una solución ``sin vencidos ni vencedores''.

En medio de no pocas ovaciones, Wasmosy pidió nuevamente a la multitud que se retirara del lugar, para evitar un baño de sangre, y si bien prometió actuar con firmeza, tampoco ordenó el envío de tropas para someter al general rebelde.

Pero tan pronto se conoció el acuerdo alcanzado entre Wasmosy y Oviedo, cientos de personas que continuaban congregadas lanzaron piedras contra la sede del gobierno. Calificaron de ``traidor'' al presidente, cuestionando su debilidad frente a la sublevación del general Oviedo, quien aspira a ser candidato presidencial para 1998.

Encuentro Nacional, segunda fuerza opositora en la que milita el alcalde capitalino, Carlos Filizzola, la rama juvenil del principal partido opositor, el Liberal Radical Auténtico, así como otras fuerzas políticas y sociales, convocaron a manifestaciones para la hora en que Oviedo asuma la cartera de Defensa, ocupada interinamente por el civil Hugo Estigarribia.

El líder del Centro Nacional de Trabajadores, Eduardo Ojeda, advirtió que Wasmosy deberá enfrentar con más rigor el paro de 48 horas convocado para el 2 y 3 de mayo próximo. ``El epílogo de todo esto realmente sorprende: se prorroga un conflicto, se ha diferido la solución al problema'', opinó el dirigente de la Central Unitaria de Trabajadores, Alan Flores.

Pero las críticas al nombramiento de Oviedo en Defensa provinieron también de las filas strossnistas, y el ex precandidato presidencial del Partido Colorado, Luis María Argaña, dijo que ``el mundo se debe estar riendo de nosotros, porque nos portamos como payasos que dirigen una orquesta''; por su parte, el constitucionalista Eusebio Ramón Ayala destacó que la asunción de Oviedo como ministro será ilegal, pues puede desempeñar ese cargo por ser un militar en servicio activo.