La Jornada 25 de abril de 1996

Transición íntegra a la democracia, sólo con un gran frente opositor: Camacho

Salvador Guerrero Chiprés Solamente la integración de un gran frente opositor podría asegurar un cambio de régimen y una transición completa a la democracia, consideró Manuel Camacho Solís ante más de tres mil personas que saturaron el Polyforum Cultural Siqueiros y la planta baja del edificio, en la penúltima conferencia de la serie Los compromisos con la nación. El ex secretario de Relaciones Exteriores, ex regente y ex comisionado para la paz advirtió que sin la decidida acumulación de fuerzas de todas las oposiciones, el régimen podría tener éxito en su propósito de llevar a un cambio que frustre la alternancia en el poder.

``La única manera realista de tener una transición es con una gran victoria política en 97'', a partir de la sociedad, de candidaturas adecuadas, de pensar por encima de candidaturas y ambiciones personales, de proponer un cambio ``prudente, responsable, inteligente'', porque de otra manera el electorado ``suficientemente inteligente'' considerará que ``no vale la pena despeinarse''.


Más de tres mil personas escucharon el discurso de
Manuel Camacho Solís en el ciclo de conferencias
Los compromisos de la nación.
Foto: Omar Meneses

Afirmó que Luis Donaldo Colosio y él conversaron el 22 de marzo de 1994, un día antes del asesinato del entonces candidato presidencial priísta, acerca de la posibilidad de establecer una ``alianza estratégica'' para asegurar la transición a la democracia en México. Colosio le había ofrecido en esa cena la candidatura al Senado por la capital del país y una secretaría de Estado. Aseguró que ambos políticos convinieron entonces impulsar el proceso de transición.

Sostuvo que José Córdoba Montoya, coordinador del gabinete de Carlos Salinas de Gortari, recibía grabaciones con pláticas telefónicas y privadas de personajes políticos. Dijo que él en lo particular tenía informes de que sus conversaciones eran grabadas por instrucciones del ex funcionario.

Aplaudido en una veintena de veces, ante estudiantes, funcionarios de varias secretarías, profesionistas, académicos y más de cuatro equipos de grabación de la Secretaría de Gobernación, Camacho dijo que no negaba que quería ``meterle presión'' a los partidos de oposición para contribuir a crear una gran coalición opositora y ejercer presión también contra el gobierno para avanzar en una reforma ``que aparece como incompleta y diseñada para limitar la transición y dividir a las oposiciones''.

Manifestó respeto por Cuauhtémoc Cárdenas y por el subcomandante Marcos, a quien consideró ``un hombre honesto que se fue a Chiapas a luchar hace diez años''; recordó a Manuel Gómez Morín, a Jesús Reyes Heroles y a los integrantes y fundadores de la Corriente Democrática, antecesora de lo que fue en 1988 el Frente Democrático Nacional. Los esfuerzos de transición, señaló, no son un patrimonio de nadie.

``Si no hay coalición, puesto que nadie quiere ir al cambio de régimen, me sentiré en libertad de competir en las condiciones que convenga a mi propio interés y ante tanta gente que cree que vale la pena'', indicó antes de una oleada de aplausos de más de mil 500 personas de pie y otro tanto sentadas que lo escucharon dos horas y media.

``En ausencia de coalición dijo yo no le voy a hacer el juego al gobierno y al PRI ayudándole a fragmentar más a las fuerzas de la oposición, ya veré cómo participo para no hacer eso.

``Si por no haber coalición en 1997 se pierde la oportunidad de lograr una transición democrática, en ese momenqto los voy a invitar a muchos de ustedes y les voy a decir al día siguiente de la elección que si no hubo visión en estas fuerzas políticas, que si no hubo grandeza y que si no hubo capacidad de construir una estrategia que valga la pena, yo los invito a que nos unamos para hacer posible el nuevo contrato social y la transición a la democracia'', lanzó Camacho ante un auditorio con el que se conectó desde el inicio de la conferencia.

La condicionante, prosiguió, es que después de 1997 él no lo haría solo. ``Lo haríamos todos nosotros'', señaló.

Camacho Solís respondió a todas las preguntas, incluidas las que criticaban su pasado priísta, su actitud en la coyuntura de 1988, su frustrada aspiración a la candidatura presidencial en 1994 y su relación con Carlos Salinas de Gortari. Las respuestas fueron aplaudidas.

El ex jefe del DDF defendió su ``congruencia y valentía'' y dijo: ``Ahora estoy de este lado y estoy sufriendo las consecuencias; ya rompí, que ese era un dato primero a considerar''.

Mencionó sus confrontaciones con Salinas por la revuelta en Chiapas y el dato según el cual el ex presidente se había comprometido a enviar a un representante del Estado Mayor cuando acudió al funeral de Colosio y se encontró, pese al compromiso, a un grupo de provocadores que arrojó sobre él culpabilidad por el asesinato.