Desechan priístas en el Senado la propuesta para que la PGR intervenga
Néstor Martínez El líder Fernando Ortiz Arana envió la señal. Metido en su escaño, discretísimo, apenas meneó la cabeza.
A muchos de los senadores priístas no les gustó la línea, pero la acataron. Se pusieron de pie al momento de votar y rechazaron la propuesta opositora.
La mayoría priísta rechazó ayer la
propuesta del
senador Félix Salgado Macedonio para que la PGR
intervenga en el caso Aguas Blancas.
Foto: Frida
Hartz
Solamente cuatro de ellos parecieron rebelarse a la disciplina del PRI: Layda Sansores, el general José Antonio Valdivia y el guerrerense Porfirio Camarena permanecieron sentados, se abstuvieron. Ricardo Monreal de plano abandonó el salón de sesiones para no votar.
Era casi el final de la sesión y, ante el desconcierto de muchos, el PRI daba un último espaldarazo a Rubén Figueroa Alcolcer, virtualmente crucificado ya por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Puestos de pie casi todos. Serios unos, apesadumbrados otros, y avergonzados otros más según confesaron después, los priístas desechaban un punto de acuerdo planteado por el PRD y secundado por el PAN para que el Senado exhortara a la PGR a ejercer su facultad de atracción en el caso de la matanza de Aguas Blancas.
Desde temprano, desde mucho antes del inicio de la sesión, el dictamen de la Corte que responsabiliza al ex gobernador de la matanza había generado un intenso movimiento en el recinto legislativo.
Por los pasillos del salón de sesiones, los reporteros, las grabadoras y las cámaras de televisión iban y venían. La duda básica de los periodistas era si la licencia de Figueroa a la gubernatura le seguía brindando protección constitucional o si perdió ésta al separarse del cargo.
Las respuestas de los senadores consultados, abogados todos, fueron divergentes.
Para el panista Juan de Dios Castro, Rubén Figueroa Alcocer ya no tiene fuero constitucional que lo proteja.
Salvador Rocha Díaz, priísta y ex ministro de la Corte, aseguró que la licencia otorgada al guerrerense no le quita el fuero.
Otro ex miembro de la Corte, el priísta Trinidad Lanz Cárdenas, aseveró que la protección constitucional es para el cargo, no para la persona.
``Por eso, al separarse de la gubernatura Figueroa dejó de poseer esa protección''.
No sólo eso. Enfático, vehemente como es en ocasiones, el propio Lanz Cárdenas sostuvo que la Corte ``se excedió'' en sus atribuciones, porque, dijo, no es facultad de los ministros hacer pronunciamientos políticos.
En esas estaban los reporteros de la fuente cuando la guerrerense Guadalupe Gómez Maganda, quien hasta hace poco era quizás la principal defensora a ultranza de Figueroa, apareció sola a las puertas del salón de sesiones y caminó discretamente hasta su escaño.
Justo allí, antes de que ocupara el asiento, cuando apenas acomodaba su bolsa, la senadora se vio atrapada por las grabadoras.
Qué opinión tiene sobre la resolución de la Corte?
Hay que respetar lo que diga la Suprema Corte, que es la instancia que tiene la autoridad moral y jurídica para expresarlo.
La Corte dijo que el ahora ex gobernador y sus colaboradores encubrieron a base de engaños, usted se siente decepcionada, estafada o engañada? Qué le inspira esa resolución?
... Ese órgano me inspira respeto. En la cuestión de tipo personal, me lo reservo.
Algunos priístas, entre ellos usted, exculparon a priori al entonces gobernador, desde la tribuna...
Yo creo que ustedes han malinterpretado. Yo no puedo exculpar a nadie, en virtud de que no es mi función. El Poder Judicial es el encargado de hacerlo.
Usted lo exculpó políticamente...
Yo siempre me expresé en defensa de las instituciones del estado, en reclamo de la justicia, contra la impunidad.
Usted, antes que nada, aseguró que Figueroa no tenía responsabilidad, no es grave eso?
Se alteró la legisladora. Endureció el tono de su respuesta:Consulten el Diario de los Debates...!