La Jornada 25 de abril de 1996

Acuerdo marco de México y EU sobre cooperación militar

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 24 de abril Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo ``marco'' para concretar acuerdos sobre la cooperación militar bilateral, que incluirá entre otros el traslado de helicópteros estadunidenses a la Fuerza Aérea Mexicana así como programas de adiestramiento para oficiales mexicanos en escuelas de Estados Unidos, informaron hoy altos funcionarios de los dos gobiernos al concluir la reunión bilateral que sostuvieron el secretario de la Defensa Nacional mexicano, general Enrique Cervantes, y el jefe del Pentágono, William J. Perry.

También, indicaron los funcionarios de ambos gobiernos, se acordó ``institucionalizar'' el proceso de reuniones del grupo bilateral de trabajo sobre asuntos militares, el cual se reunirá cada seis meses, y reuniones más constantes de los dos secretarios de Defensa.

Durante una sesión informativa sobre la reunión bilateral, dos altos funcionarios y del gobierno mexicano señalaron que se había logrado superar las trabas que dificultaban concluir un acuerdo para el traslado de ``decenas'' de helicópteros Huey estadunidenses a la Fuerza Aérea Mexicana, principalmente para la lucha antinarcóticos. Hace unas semanas este diario refirió que Estados Unidos había ofrecido hasta 50 de ese tipo de helicópteros a México. ``Hemos llegado a un acuerdo sobre la metodología y hemos completado las primeras etapas de nuestro plan para otorgar algunos helicópteros a México, y ahora estamos definiendo los detalles del programa y cómo concretarlo'', declaró el subsecretario adjunto para la Política del Departamento de Defensa, Jan Lodal.

Hasta hoy estas trabas se referían a la renuencia de México para firmar la sección 505 del Acta de Asistencia al Exterior de Estados Unidos, porque implicaba otorgar amplio permiso a las autoridades estadunidenses para verificar en cualquier momento el uso de todo artículo militar otorgado a México. Al parecer, gran parte de la negociación aquí fue resolver esta cuestión y ``llegar a una fórmula'', según el alto funcionario mexicano, para que México pudiera aceptar el otorgamiento de equipo militar ``sin hilos políticos''.

Agregó que se estableció que ningún oficial estadunidense podrá revisar el equipo ``durante su uso'' y asegurar así que no habrá presencia de oficiales estadunidenses en cualquier operación en México en la que esté en uso el equipo militar, y dio a entender que ``no habría revisión directa'' por parte de Estados Unidos.

Así, esto implicaría un triunfo de la parte mexicana porque será el único país en el mundo en el que Estados Unidos no se reserva el derecho de revisar, sin aviso previo, el uso de los artículos militares que ha otorgado o prestado.

De acuerdo con el funcionario mexicano, lo logrado fue establecer que en México, al realizar operaciones con este equipo, ``no hay otra autoridad más que la autoridad mexicana''.

Para los estadunidenses, se logró que México aceptara un acuerdo amplio y no caso por caso para el traslado del equipo militar. Esto, según el alto funcionario del Pentágono, permitirá ampliar y hacer más eficaz la cooperación militar a futuro. Este logro fue un gran avance para los estadunidenses, ya que el Congreso de Estados Unidos había criticado repetidamente al gobierno del presidente Bill Clinton por ofrecer asistencia militar a México sin obligarlo a firmar la sección 505.

El alto funcionario del gobierno mexicano aclaró que los helicópteros, los primeros de los cuales serían entregados en los próximos meses, tendrán una función ``fundamentalmente'' para esfuerzos antinarcóticos, pero no ``exclusivamente''. Al ser preguntado si podrían ser utilizados en Chiapas, respondió que sí, ``pero para la lucha contra el narcotráfico''.

Aunque los representantes de ambos gobiernos señalaron que todavía no se ha discutido a fondo o concretado el traslado y asistencia para equipo militar más sofisticado --como aviones y helicópteros de tecnología más avanzada--, sí hablaron de la modernización de los aviones F-5 de México y del sistema de radar del país.

Al mismo tiempo, señalaron que se llegó a preacuerdo para ofrecer entrenamiento especializado a tres grupos de oficiales militares mexicanos en Estados Unidos; el primero está por terminar sus cursos es-ta semana en el Fuerte Bragg, como parte de esta cooperación militar más amplia.

De nuevo se insistió, en palabras del funcionario estadunidense, que ``no hay operaciones conjuntas, nunca se ha discutido cualquier operación conjunta, nunca se ha planeado ninguna operación conjunta. No tenemos ningún uso para las operaciones conjuntas que podamos prever en este momento y, de hecho, de ninguna operación estadunidense en México''.

En torno a la cuestión de si hay algún cambio sobre la posibilidad de sobrevuelos estadunidenses en territorio mexicano por parte de las fuerzas de seguridad, el alto funcionario mexicano respondió: ``No hemos cambiado el régimen, tenemos el mismo régimen''.

Esta reunión, en la que se revisó el trabajo del grupo bilateral contituido después de la visita de Perry a México, en octubre pasado, comienza una nueva etapa en la relación bilateral militar México-Estados Unidos, la cual, según los participantes, seguirá basándose en recomendaciones y propuestas de cuatro rubros identificados: lucha contra narcotráfico, modernización de equipo, entrenamiento y cooperación ante desastres naturales.