La Jornada 26 de abril de 1996

Coalición de centro izquierda, plantea Muñoz Ledo

Georgina Saldierna V. Para lograr la transición a la democracia, Porfirio Muñoz Ledo, dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, propuso anoche la creación de una coalición de centro-izquierda, ya que desde su óptica no es viable el establecimiento del frente opositor planteado por Manuel Camacho Solís.

En el Polifórum Cultural Siqueiros, dijo que en el corto plazo ve difícil el establecimiento de ese frente, debido a la estrategia que ha seguido la derecha en los últimos años y también a su cometido histórico.

Aclaró que el PRD nunca ha estado cerrado al diálogo político y a los acuerdos entre partidos cuando hay coincidencia, pero, insistió, ``veo difícil, aunque no imposible a largo plazo, que se pueda lograr el frente opositor planteado por el ex regente y ex canciller Manuel Camacho Solís''.

De ahí que haya propuesto la creación de una coalición denominada El Olivo que se proponga sin exclusiones ni veleidades el encuentro de una izquierda democrática que sea amplia y convergente, tolerante y combativa, moderna y convincente; capaz de derrotar al gobierno y restaurar los valores democráticos, laicos, sociales y nacionalistas que conforman el cuerpo de la república.

En la última conferencia del ciclo Los compromisos con la nación, estimó que es difícil reformar un Estado desertor y rehén de intereses ajenos, que ha dimitido del ejercicio de atribuciones fundamentales.

``Repensar al Estado y reconstruirlo supone un gran esfuerzo colectivo'', subrayó, al destacar que se ha llegado el tiempo del rencuentro comunitario en el que más allá de caudillos, de próceres y de traidores, de anonimatos y de olvidos, ``seamos todos a título personal e intransferible autores irremplazables de la historia''.

Ante unas 2 mil personas, el dirigente perredista defendió la propuesta de reforma política consensada entre el PRD y los partidos Revolucionario Institucional y del Trabajo, aunque reconoció que aún hay temas pendientes, como la integración de las cámaras de Diputados y de Senadores.

Fue entonces cuando denunció que hay quienes no quieren modificaciones sustantivas en la organización del Estado. ``Y no me refiero en primer término al gobierno, cada vez más encajonado en el vértice de las presiones y urgido de salidas viables a la crisis de gobernabilidad; aludo a la derecha, que por vocación conservadora y escaso oficio en la conducción de los asuntos públicos, abriga la esperanza de recibir el legado de los poderes concentrados que hoy combate, prudentemente acotados, para mejor utilizarlos en razón de sus propios fines''.

En la sesión de preguntas y respuestas, rechazó que el PRD sea para Ernesto Zedillo lo que Acción Nacional fue para Carlos Salinas. Esa dijo, es una simplificación ofensiva.

Luego dijo que el país requiere una revolución federalista, un modelo de organización social que derribe el monolitismo y el ancestral verticalismo, y una modificación en el modelo económico a seguir.

Por último, declinó dar a conocer si aspira al gobierno capitalino y a la Presidencia de la República, ``pues las candidaturas prematuras obstruyen las alianzas''.