La Jornada 26 de abril de 1996

Elogia el zar antigrogas a Colombia, descertificados por Clinton en marzo

Ciro Pérez Silva y Juan Manuel Venegas Sin una policía honesta, ``es mejor no hacer nada contra el narcotráfico'', advierte el jefe de la Policía Nacional de Colombia, general Rosso José Serrano, luego de señalar que tratar de enfrentar este fenómeno en medio de la corrupción judicial ``sería engañarnos''.

Con más de 35 años en la lucha antinarcóticos, Serrano admite que los grandes cárteles de su país están debilitados, ``pero la droga no se acaba'', y sigue llegando a México para su posterior introducción en Estados Unidos.

``Aquí entramos a otro nivel de corrupción, el de los controladores aéreos de los países de tránsito, que se hacen de la vista gorda para facilitar el aterrizaje de las grandes aeronaves con cargamentos de drogas en pistas clandestinas, e incluso desvían a las fuerzas de intercepción. Les avisan a través de la radio que las autoridades los persiguen y conocen sus claves, con lo que pueden evadir la persecución policiaca'', aseguró.

Serrano afirma que, luego de la captura de los principales dirigentes del cártel de Cali, se verá el surgimiento de pequeñas organizaciones, que son las que van a acaparar el mercado. ``Ya no vamos a ver a Rodríguez (Orejuela) ni Santacruces (Londoño), sino gente de muy bajo perfil, pero que van a seguir mandando droga. No ya en las cantidades que mandaban ellos, de cino o siete toneladas, sino envíos de cien kilos o 200 kilos, para que los cárteles o los contactos mexicanos sigan su trabajo''.

El jefe de la Policía Nacional de Colombia destaca que el narcotráfico requiere de una gran infraestructura ``porque es una actividad que no puede hacerse entre dos personas. En ella interviene el piloto que lleva la droga, el que la sube al avión, el que la baja, el que la vende, el que la esconde en los contenedores o la pasa a Estados Unidos. Se va volviendo casi inmanejable''.

Destaca que, en la desarticulación de la organización de Pablo Escobar Gaviria, no se buscó iniciar con la captura de los ``contactos grandes'' porque son los que cuentan con mayores recursos para esconderse o evadir a la policía. ``Por eso, nosotros logramos llegarle a los cárteles, porque empezamos por la parte mas baja, por la parte que les lleva las cuentas, el que le consigue la novia, el que le lleva el trago''.

Sin embargo, manifestó su preocupación porque, con el debilitamiento de los cárteles colombianos, podrían fortalecerse los de México.

``Tenemos que hablar de una sociedad. Detrás de cada gran pasador de drogas, hay alguien que se la manda. Aquí lo que veo es que las rutas son compartidas entre colombianos y mexicanos, es decir, los colombianos se las idean para sacar la droga desde Colombia, y cómo pasarla por Centroamérica para traerla a México.

``Ya con la droga aquí, los naroctraficantes mexicanos se encargan de alistar las pistas para el aterrizaje de aviones, en ocasiones tan grandes como un 727. Corrompen autoridades y guardan la droga para después irla pasando en pequeñas cantidades, no mayores a 100 kilos, por túneles, por el río o por los contenedores que van a través de Ciudad Juárez o El Paso''.Los narcotraficantes mexicanos, agrega Serrano, no tienen prisa por pasar la droga, la que van almacenando en sus casas o bodegas de seguridad.

Cuáles son los niveles de corrupción que existen en países como México o Colombia?.

La experiencia que tengo yo es que la primera autoridad que se corrompe en este control es la policía. Los narcos dejan parte de sus ganancias para corromper a varias niveles. Nosotros sufrimos mucho por esto. Cuando llegué de director, dije que, para poder coger al cártel, tengo que limpiar a la policía, si no hay una policía honesta es mejor no hacer nada. Una policía corrompida lo que hace es aumentar el tráfico porque los canales están abiertos.

Al referirse a la forma en que las organizaciones criminales se asocian con los narcotraficantes mexicanos, Serrano señaló que los acuerdos se llevan a cabo mediante la entrega de un porcentaje de la droga que se trafica.

Es decir, ``en México casi no tienen que hacer una inversión porque el dinero está ahí, en la coca. Por eso, cuando uno decomisa cargamentos, encuentra varias marcas. La mayor marca es para el dueño, otra para el piloto y varias más para quien guarda o traslada la droga.

``También se sabe que los cárteles colombianos comparten o rentan rutas y cargamentos. Por ejemplo, en un solo avión podía haber droga de los Rodríguez Orejuela, de Santacruz Londoño y de Pacho Herrera. O sea que, si las drogas se perdían, perdían los tres, pero si ganaban, ganaban los tres, porque se sabe que esto es un acuerdo de caballeros: el que le incumpla a un narcotráficante, se muere''.

Recuerda que mientras Pablo Escobar se encontraba en prisión, los narcotraficantes en activo le pagaban el uso de las rutas que aquel controlaba, ``porque las rutas tienen dueño propio'', y éstos ``tiene que garantizar que no haya agentes de la DEA o PGR infiltrados, que no los vayan a tumbar''. Es, dice, una sociedad anónima, una industria, donde hay un gerentes, subgerentes, frente internacional, frente de corrupción; sicarios y guardaespaladas.