En El Corazón, hoy en cenizas, vivían refugiados de otro incendio
Hace un año por estas fechas, Sofía Dávila Zamacona, presidenta de la Asociación Civil Venceremos y dirigente de la mayoría de los damnificados de El Corazón, les advirtió: ``Si no se calman, no me importa los niños que se quemen''.
Afirmó lo anterior la disidente Amelia Gaspar Telésforo, quien asegura que la lideresa los ha amenazado, mandado golpear e incluso los ha expulsado del predio por ir contra sus decisiones.
Mientras tanto, los seguidores de Dávila Zamacona la consideran su benefactora, la persona que se brinda por los demás y quien ha dado cauce a sus demandas de vivienda.
Colonos de El Corazón, en un escuela
acondicionada
como centro de atención. Foto: Duilio
Rodríguez
El incendio en ese predio, ocurrido la madrugada del pasado lunes 22 de abril, sacó a la luz las divisiones internas que fueron ahondadas por representantes del Pronasol en la zona desde 1994, y que ahora se dicen representantes del pueblo de Santa Lucía Ñcomo la dirigente priísta María de Lourdes Hernández RodríguezÑ, que aseguran protegerán los intereses de los ``verdaderos afectados''.
Hace tres años, en 1993, los habitantes de El Corazón se instalaron en Prados de la Montaña sin pertenencias, sin alimentos, sin dinero y con una gran división entre dirigentes y moradores.
Las diferencias entre colonos y lideresa hicieron que los primeros recurrieran a instancias gubernamentales para mejorar sus condiciones de vida lo que, según Gaspar Telésforo, hizo que Dávila Zamacona los conminara a ``calmarse''. A casi un año de distancia de ese señalamiento, según la declarante, el incendio ocurrió.
Los siniestros no son nada nuevo para estos colonos. El 29 de marzo de 1993, el fuego acabó con más de 700 viviendas en el predio conocido como Prados de la Montaña, su primer asentamiento, y del cual salieron 264 familias hacia El Corazón.
Los problemas en El Corazón iniciaron casi desde la fundación del predio, en abril de 1993. Muchos colonos se quejaron porque a cada familia se le otorgaron espacios de cinco por cuatro metros y se dejó una gran extensión de terreno sin ocupar. Sin embargo, la promesa hecha por Sofía Dávila de que pronto iniciaría la construcción de las viviendas aminoró las quejas.
Hasta 1994, la lideresa y todos los habitantes del mencionado predio cumplieron varias tareas para el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, a cambio de la promesa de mejorar su situación. Así se encargaron de las pintas, repartieron propaganda, asistieron a mítines e incluso votaron por ese organismo político. Sin embargo, el líder del PFCRN, Rafael Aguilar Talamantes, nunca les cumplió.
Eso hizo que Dávila cuestionara a su dirigente nacional y por cuenta propia solicitara a la delegación Alvaro Obregón el apoyo para la introducción de agua potable y drenaje. El rompimiento entre ambos líderes duró hasta el domingo pasado, según la propia dirigente.
La falta de obras básicas, de escrituración, los impedimentos para ampliar las viviendas, pero sobre todo la carencia de un programa serio de construcción, motivaron los primeros enfrentamientos.
De acuerdo con María Luisa Cruz Córdoba, habitante de la Manzana 8, donde la mayoría de las 32 familias asentadas se oponen a las decisiones de Dávila Zamacona, dijo que la dirigente María de Lourdes Hernández Rodríguez les ofreció proyectos de vivienda y mejoras que los fueron atrayendo, lo que ocasionó mayores conflictos.
Empero, la priísta (Hernández Rodríguez) apunta que lo ocurrido ``es una cuestión apartidista y mi participación sólo se debe a que los pobladores de Santa Lucía queremos las mejoras para los verdaderos damnificados''.
Una vez ocurrido el incendio del lunes pasado, los inconformes recurrieron al albergue temporal, se apoyaron en autoridades delegacionales, en habitantes de Santa Lucía y en la propia María de Lourdes, quien en las conferencias de prensa de los inconformes está presente, da indicaciones y repite su discurso de apoyo a los damnificados.
El PFCRN fue el beneficiario del predio de 12 mil metros cuadrados de extensión, pero ninguno de los que construyeron sus precarias viviendas con láminas de cartón y pedazos de madera han sido reconocidos como legítimos propietarios.
Humberto Bernal Castro, jefe de la Manzana 6 en El Corazón, aseguró: ``La delegación política nos apoyó al principio trayendo agua potable y después introduciendo una red hacia el asentamiento. Nos dotó de sanitarios y regaderas comunes. La luz la tomamos de los postes que ya había, cada quien tiró sus cables y se colgó. Así estuvimos hasta el lunes 22 de abril'', día del siniestro.
Según Amelia Gaspar, Sofía Dávila es ``una lideresa corrupta que ha golpeado y amenazado a los habitantes del predio''. Informó que a manera de ``intimidación'' la dirigente presenta denuncias judiciales en contra de quienes son sus adversarios.
La hoy damnificada indicó que entre los ``amenazados de muerte'' se encuentran Perfecta Carrera Oliver, Casilda y Emilia de la Cruz Santiago.
Ayer jueves, una parte de las 118 de familias afectadas que se encuentran en el albergue temporal pidieron que las autoridades los doten de vivienda y se encarguen de retirar a Sofía Dávila como dirigente.
Sofía, por su parte, aseguró que cada quien puede decidir sobre su terreno y que está dispuesta a asumir la responsabilidad en caso de ser requerida por las autoridades. Finalmente afirmó que hará respetar las decisiones de la mayoría y anunció que pronto estará en marcha un proyecto de autoconstrucción. (Gustavo Castillo García).