Pobladores de un municipio rebelde retiran del monte a un batallón
Hermann Bellinghausen, enviado /I, San Cristóbal de las Casas, Chis., 25 de abril Tienen algo de doloroso las escenas. Un pueblo entero, sus mujeres, sus niños, los hombres con pasamontañas, algunos de los viejos, sube al cerro y obliga a bajar y retirarse a un batallón del Ejército Federal. Gritan sin cesar, todo el trayecto de subida y bajada.
``Fuera los ejércitos que vienen en el monte''.
``Que se vayan''.
Combinación de vigilancia en San Andrés
Larráinzar.
Foto: Francisco Olvera
El bochorno, la sorpresa de los militares, cada uno armado con un rifle poderoso, equipo de campaña, no conoce límites.
``Tenemos la misma sangre'', les grita la gente.
``También tú tienes sangre de chamula'', grita un hombre de rostro cubierto a un soldado en camiseta, sudoroso, que camina apresuradamente a su lado.
Cuánto faltó para que el episodio tuviera otro desenlace? Qué tal, por ejemplo, que el personal de la Sedena recién posicionado en aquel monte decide defender su posición? Qué tal, por ejemplo, algún desafortunado accidente, de esos que pasan?
En San Antonio El Brillante, municipio rebelde San Juan de la Libertad, o El Bosque, el 16 de abril se pudo ver lo delgada que es la línea que separa la paz de la guerra. Su fragilidad.
El episodio, entero, se puede ver gracias al valioso y valeroso video de Tania Itantehui y Rocío Reza, quienes siguieron, in situ, las incursiones del Ejército Federal la semana pasada, en el marco de la campaña versus los plantíos de mariguana en los Altos.
Un dato: el 11 de abril concluyó en Oventic la reunión preparatoria del Foro Nacional Indígena; asistieron más de 100 delegados, y acompañaron la reunión cientos de bases de apoyo zapatistas en un Aguascalientes II a todo lo que da.
San Antonio El Brillante, 12 de abril
La plaza del pueblo está llena. Las blusas de bordados rojos son la bandera de las mujeres. Todos a la defensiva.
Acompañado de sus colaboradores (dos hombres y dos mujeres), el presidente municipal, Agustín Alvarez Gómez, asegura que les quieren crear ``problemas falsos que nos lleven a la cárcel''. Este es un ayuntamiento popular, elegido por el pueblo, dice. En referencia a los ataques de priístas de la Colonia Los Plátanos, que incursionaron hasta aquí esta mañana, y al ingreso de tropas en los campos circundantes, dice: ``Estamos esperando, aguantando''. Ya no tienen para dónde hacerse. De qué se trata?
Eduardo Montejo, miembro del ayuntamiento, relata como los priístas bajaron por la montaña con todo y aparato de sonido, se instalaron frente al Palacio Municipal con el supuesto propósito de ``solicitar Procampo''. Profirieron amenazas y cometieron actos de vandalismo. ``Decían que secuestramos a dos priístas, y eso es falso'', asegura. Mientras los agresivos visitantes priístas de Los Plátanos ejecutaban su acto, rodeaba el lugar el Ejército Federal.
``Este es un ayuntamiento popular, trabaja para el pueblo'', dice Montejo. ``Un pueblo que ha empezado a caminar con leyes propias, con pensamiento propio''.
Oventic, 13 de abril
Cientos de pobladores, reunidos alrededor de la carretera, ven evolucionar sobre sus cabezas un helicóptero. Pareciera que va a bajar. Da tres vueltas. Se va.
Habla el comandante Guillermo: ``Hay un peligro de enfrentamiento. Ya no tenemos para dónde replegarnos. En cualquier momento puede haber choques con el Ejército Federal''. Se refiere a los vuelos ``amenazadores, rasantes'', a los intensos patrullajes, al movimiento de tropas que empezó desde las 6 de la mañana en el campamento militar de San Cayetano. También se activaron las de San Andrés y Jolnachó.
Vehículos pesados llevaron tropa hasta el pueblo de Bayalemó. ``Dejaron ahí sus carros y luego avanzaron, se dispersaron para rodear la comunidad de Batitetic''.
El comandante Moisés relata cómo se enteraron por un periódico que el Ejército Federal buscaba plantíos de mariguana en las tierras de todas estas comunidades mencionadas, todas cercanas, en un perímetro de menos de 50 kilómetros. ``Esa plantilla no se trabaja, porque sabemos que perjudica a la comunidad. En Oventic la gente no se trabaja la mariguana''.
El comandante Rafael dice: ``No es por la yerba. No es motivo para movilizar tanto'', y advierte:
``No permitiremos que los federales entren en Aguascalientes''.
San Cayetano, 13 de abril
Mediodía. Un mayor del Ejército Federal, interrogado desde la cámara, niega dos cosas: que hayan encontrado mariguana, y su nombre, porque no está autorizado.
Intercambio de fotos. En el equipo de muchos miembros de las Fuerzas Armadas va incluida la cámara fotográfica, así que las videoastas, repetidamente fotografiadas, filman a sus retratistas. Duelo en directo.
Oventic, 14 de abril
Los soldados se internan en los campos circundantes al Aguacalientes de Oventic. Lejos sale humo, quizás por ser tiempo de quema. La cámara los sigue. Entre la tropa, un agente de la PGR. Se le pregunta a un oficial:
``Es esto un campamento?''.
``No''.
``Qué es?''.
``Nada'', responde el oficial.
Habla el señor Armando, poblador, con el rostro cubierto: ``No estamos acostumbrados a vivir con los ejércitos. Nosotros podemos vivir solos. Sabemos cómo viven ellos. Sólo amenazan a la gente, violan las mujeres, causan problema''.
Habla el comandante Moisés: ``Que culpa tiene la comunidad. Si pedimos democracia y justicia, se paga con encarcelamiento, con asesinato''.
La desconfianza. 15 de abril
``Estamos enmedio de todas esas armas, cañones, tanquetas y apuntan a un centro, que es acá. Nos está amenazando, nos está apuntando'', dice el capitán Noé en las cercanías de Oventic. Su voz y sus ojos suaves escapan del pasamontañas y miran hacia la cámara. Sentado en el suelo.
``También apuntan a la sede del diálogo, que es aquí cerca, en este mismo municipio. No es para darle plena garantía de seguridad a los delegados''. El capitán Noé mira a la cámara continuamente. Corre la cinta. ``Para eso tienen ahí los soldados''.
O sea, que no es lo mismo cuidar que vigilar. Díganselo si no a alguien tan desconfiado como un zapatista. El capitán Noé, u otro cualquiera.