La Jornada 26 de abril de 1996

Suspensión temporal de aranceles a cebada y soya: Labastida Ochoa

Matilde Pérez Ante la baja producción de granos en el país y los efectos de la sequía se eliminarán temporalmente los aranceles de cebada y soya; los cupos de importación de maíz --que para este año se habían autorizado fueran por 4 millones 198 mil 767 toneladas-- ``estarán abiertos en la medida que se necesite porque no tenemos capacidad para producir en el país'', informó el secretario de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Francisco Labastida Ochoa, durante la 35 asamblea general ordinaria de la Unión Nacional de Avicultores (UNA).

``La decisión política es dar flexibilidad en la importación de granos para que no haya en ningún momento desabasto en el país'', pero también elevar la producción nacional de granos en 7 millones de toneladas, insistió.

La preocupación del gobierno federal es que en este año no se logrará esa meta a causa de las condiciones climatológicas adversas que ya afectaron el ciclo otoño-invierno, y que podrían alterar el primavera-verano, por lo que se tratará de compensar esa falta de producción ocasionada por la sequía en 600 mil hectáreas con un impulso en las tierras de temporal, y lograr obtener 2 millones de toneladas de granos adicionales a las previstas.

Para apoyar esa meta, indicó, los 5 mil 700 millones de pesos para el ciclo primavera-verano del Procampo se adelantarán tres meses, y además se busca aplicar los más de 8 mil millones de pesos adicionales que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público abrió en la cartera de FIRA, y los paquetes tecnológicos y de fertilizantes. Si este paquete funciona, las importaciones podrían ser sólo de entre 7 a 8 millones de toneladas y ejercerlo subsecuentemente en los próximos años.

Tras indicar que en dos meses la SAGDR informará sobre los avances de dicho programa, Labastida Ochoa comentó que también se trabaja, junto con el Banco Mundial, en el proyecto de capitalización de los recursos de Procampo, el cual se tendrá hasta el último trimestre del año porque implica el arreglo de muchos aspectos de operación.

Por su parte, el presidente saliente de la UNA, Jaime Yesaki Cavazos, informó que durante los últimos tres años la avicultura nacional creció a un ritmo anual promedio de 4.3 por ciento y el valor de la producción se duplicó. El año pasado la producción de huevo fue de un millón 453 mil 500 toneladas, y la de pollo llegó al millón 435 mil 600 toneladas, 3 por ciento superior a la de 1994.

Sin embargo, advirtió que por las altas tasas de interés, elevados índices de inflación y la debilidad del peso, además de la deuda por 350 millones de dólares que tienen los productores, la industria seguirá padeciendo un severo endeudamiento y aumentará la capacidad ociosa.

Los altos niveles de desempleo y la pérdida del poder adquisitivo del salario mínimo provocaron que las ventas al menudeo de los productos avícolas bajaran 29 por ciento. El año pasado el consumo de pollo bajó uno por ciento y el de huevo y pavo en 5 por ciento, el consumo per cápita de huevo fue de 15.9 kilogramos y el de pollo de 15.7 kilogramos.

Ante el titular de la SAGDR, Yesaki Cavazos externó su preocupación por el continuo contrabando ``técnico'' de pollo procedente de Estados Unidos y que consiste en introducir legalmente pierna y muslo de ave en salmuera, ``dando paso a la más injusta y desleal competencia''.

Al asumir la presidencia de la UNA, Florentino Alonso Hidalgo aseguró que atenderá las propuestas e ideas de los integrantes del organismo, y pugnará por encontrar alternativas para enfrentar el grave problema del financiamiento.

Se comprometió a demandar ante las autoridades que las normas establecidas no sean voluntarias sino obligatorias, y buscar alianzas o convenios de concertación con los ejidatarios para reducir los costos de producción, que en un año se incrementaron 200 por ciento.

Ante la insuficiente producción nacional de sorgo, maíz y soya, los avicultores deben importar el 55 por ciento de los granos y el 75 por ciento de la soya.