Destituye como jefe de la Judicial del estado a Erit Montúfar, ex colaborador de Olea Godoy, señalado como responsable en Aguas Blancas por la SCJN
Raúl García, corresponsal, Chilpancingo, Gro., 26 de abril Obligado por las repercusiones del dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre el caso Aguas Blancas, el gobernador Angel Aguirre Rivero destituyó de la dirección de la Policía Judicial del estado a Erit Montúfar Mendoza, quien fue secretario particular del ex titular de esa corporación, Gustavo Olea Godoy, señalado por los magistrados federales como responsable de ilícitos en la matanza.
Montúfar Mendoza fue nombrado por el ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer el 15 de agosto de 1995, luego de que la Comisión Nacional de Derechos Humanos recomendó la remoción de Olea Godoy y otros funcionarios del gabinete de seguridad pública, vinculados con irregularidades jurídicas en la investigación de la matanza del 28 de junio del mismo año.
A Montúfar Mendoza lo sustituye el primer subprocurador general de Justicia, Francisco Vargas Nájera, quien sólo ocupó este puesto durante poco más de un mes, y encabezó en ese tiempo las investigaciones en el secuestro y asesinato del empresario acapulqueño Melchor Perusquía Viesca.
Según la abogada defensora de dos campesinos detenidos como presuntos autores materiales del plagio uno de ellos ya libre, Santa Cruz Ceballos, sus clientes fueron aprehendidos en forma ilegal y torturados para que firmaran declaraciones falsas y convertirlos en chivos expiatorios.
El nuevo director de la PJE ya había ocupado ese cargo en el sexenio de Alejandro Cervantes Delgado, el gobernador que impulsó la carrera política de Aguirre Rivero nombrándolo secretario particular y después secretario general de Gobierno.
El gobernador sustituto removió anoche a otro funcionario designado por Figueroa Alcocer al inicio de su administración, en 1993: Julio César López Uriza, quien dejó la Secretaría de Fomento Agrícola y Forestal, desde hoy a cargo de Jesús Velarde García, ex delegado de la desaparecida Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos en Guerrero y otras cinco entidades.
Otro figueroísta, Jesús Araujo Hernández, presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), podría abandonar el cargo el próximo martes 30, día en que el pleno de magistrados deberá reunirse para decidir si ratifica o no al titular del Poder Judicial.
Entrevistado sobre su inminente salida del TSJ, Araujo Hernández afirmó que no ha recibido ``ninguna presión'' del actual gobierno estatal para dejar el cargo, aunque señaló que el nuevo magistrado presidente ``debe ser un hombre totalmente identificado con Guerrero'', en alusión indirecta al rumor de que los magistrados se inclinarán en la votación, a sugerencia de Aguirre Rivero, por Servando Alanís Santos, quien no nació en esta entidad.
El presidente del TSJ indicó que ``es prudente apoyar a la actual administración de Aguirre Rivero y, si cualquiera pudiera motivar dudas, y si disipando las dudas con un movimiento administrativo, esto se fortalece, creo que estamos obligados a hacerlo''.A una pregunta sobre su militancia en el figueroísmo, Araujo Hernández respondió que ``los ismos son vicios de la política que yo identifico con la banda, la mafia, la camarilla, y yo no tengo en mi convicción política fines de camarilla'', pero deslindó al ex gobernador del ``hábito de formar grupúsculos''.
Los grupúsculos, puntualizó, ``no pueden identificarse como la expresión de un régimen, son expresión de una pequeña mafia degenerada, de políticos ignorantes y cobardes que realizan acciones que no se identifican con los fines del estado''.
El aún titular del poder Judicial afirmó que, en los dos años y medio de su gobierno, Figueroa ``jamás emitió una consigna para esta institución'', y definió su relación con el ex mandatario como la de ``un ciudadano guerrerense que tuvo una función pública y que no confundió la disciplina institucional con la sumisión abyecta''.