Eduardo Montes
Un 1o. de mayo diferente

Los actos conmemorativos del 1o. de mayo van a indicar de manera clara los cambios que se están produciendo en el movimiento sindical mexicano. Nuevamente, como hace un año, no habrá desfile sindical oficial para rendirle culto y homenaje al presidente. Con temores mayores a los del 1995, por la irritación creciente de los trabajadores y el miedo a airadas protestas frente al palco del gobierno, Fidel Velázquez y la Presidencia decidieron no llevar a cabo el acto ritual que en esa fecha se realiza desde la segunda década del siglo.

El presidente, sus secretarios, las cúpulas sindicales más subordinadas al gobierno no quieren escuchar la condena, cada día más extendida, a la estrategia económica neoliberal, cuyos estragos son verdaderamente grandes en los trabajadores y sus familias. No han nada nuevo en esa actitud oficial y del clan de Fidel Velázquez o el de Juárez Blancas, dirigente de la CROC.

Lo nuevo y promisorio es la decisión de algunos de los importantes sindicatos de rebelarse a la decisión oficial y convocar a sus afiliados a una marcha en la cual manifestarán su posición, frente a los graves problemas económicos y sociales que golpean a la clase obrera y a todos los trabajadores. El hecho tiene enorme importancia, pues en la iniciativa participan sindicatos como el del IMSS, el Sindicato Mexicano de Electricistas, de Telefonistas, la poderosa organización de los trabajadores de la educación, el de los pilotos aviadores, el STUNAM fundador del moderno sindicalismo universitario. Suman 21, diez de ellos adheridos al Congreso del Trabajo, e integran el Foro Sindicalismo ante la nación.

Las organizaciones convergentes en el Foro, desde principios de 1995 realizan una labor de análisis de la situación de los trabajadores y de sus sindicatos, también de crítica al modelo económico oficial que muestra sólo servir para agravar los problemas de la mayor parte de la sociedad, incluídos obreros, trabajadores de servicios y empresarios medianos y pequeños. Ahora dan un nuevo paso. Al decidir convocar a una manifestación independiente de 1o. de mayo, asumen una posición de rebeldía y buscan otras relaciones con el gobierno que no sean de subordinación incondicional, sino la de interlocutores con intereses propios.

Este cambio muestra la crisis terminal de la política sindical inaugurada en 1948 con el histórico charrazo en el sindicato de ferrocarrileros.

Entre el colaboracionismo total de los sindicatos con el gobierno calificado burlonamente de alianza histórica del movimiento obrero con los gobiernos de la Revolución y el nacimiento de esta tendencia a un sindicalismo democrático e independiente, en las filas mismas del sindicalismo oficialista hay una etapa histórica compleja, de tranformaciones estructurales y cambios políticos: es la etapa que va de los gobiernos llamados de la Revolución Mexicana a los tecnocráticos neoliberales del periodo reciente. La implantación del neoliberalismo y sus terribles consecuencias ha sido decisiva para estos cambios que tienen lugar en el movimiento sindical.

La nueva tendencia representada por el Foro Sindicalismo ante la Nación, se suma a los prolongados esfuerzos de un sindicalismo independiente, cuya irrenunciable defensa de los derechos e intereses de los trabajadores ha escrito páginas importantes del sindicalismo mexicano. Ahora mismo concluye una de ellas, la de la prolongada resistencia de los trabajadores de Ruta-100. En 1995 la Intersindical 1o. de mayo mostró la fuerza de ese sindicalismo no subordinado y fue polo de atracción de otras organizaciones sociales, como El Barzón, protagonistas importantes en las luchas sociales de nuestros días.

De afianzarse los cambios en el movimiento sindical, éste ejercerá pronto influencia positiva en la vida política nacional y en el rumbo económico del país; pues un sindicalismo con perfil y propuestas propias no puede ser menospreciado por el gobierno ni ignorado por los partidos.

Es más, la transición a la democracia y el cambio de rumbo de la economía nacional que impulsan firmemente el EZLN y todas las fuerzas organizadas que están en la izquierda, el PRD, numerosas organizaciones políticas y personas del movimiento ciudadano, no puede llegar hasta el fin si no se incorpora a la lucha por conseguir esas metas al movimiento de la clase obrera y a los trabajadores representados por los sindicatos.

En todo caso, el próximo 1o. de mayo mostrará a las nuevas fuerzas que entran en la escena política.