Se acuerdan de las ilusiones sobre Mitterrand Francisco y de aquellas sobre el Rojillo Felipillo y los cambios radicales que ambos anunciaban? Pues eran más justificadas que las que algunos tienen hoy con respecto al Olivo italiano. No me gusta hacer el aguafiestas cuando hay tantos necesitados de la limosna de un triunfo, aunque sea aparente, pero creo necesario sofrenar el potrillo piafante del entusiasmo exagerado, para evitar amargas decepciones y olas de desmoralización.
Veamos los hechos desnudos:
1) Si las palabras tienen algún significado se puede hablar de ``izquierda'' sólo en el sentido que le ha dado la Revolución Francesa y no en términos relativos, porque entonces Hitler sería de izquierda frente a Gengis Khan. En Italia no ganó la izquierda ni fue derrotada la derecha, sino la versión cavernícola de ésta. La otra derecha -igualmente neoliberal, pero constitucional- gobernaba ya antes de estas elecciones con Lamberto Dini, apoyado por el Partido Democrático de Izquierda (PDI) y todos los participantes en el Olivo. El triunfo de éste tiene, sin embargo, una enorme importancia para Italia y para Europa porque, aunque sus objetivos políticos y económicos sean similares a los de la derecha extrema, el Olivo resguarda las libertades democráticas, cosa fundamental para una alternativa al neoliberalismo. Pero no hay ningún cambio cualitativo en la situación italiana ni los neoliberales se han convertido en izquierda, calificativo que, por otra parte, rechazan los del PDI y en particular Prodi (quien siempre fue un empresario y economista democristiano). La izquierda no está en el Olivo, sino que se alió con éste: es Refundación Comunista (RC), que estuvo contra la derecha extrema, pero también contra Dini (en el ataque de éste contra las jubilaciones y pensiones, contra los salarios reales, contra los inmigrantes, contra los restos del Estado de Bienestar Social), y que apoyó al Olivo contra la extrema derecha y le permitirá con sus votos llegar al gobierno, aunque manteniendo absoluta independencia del mismo. Por su programa y su acción social, RC, que ganó 1.5 millones de votos con respecto a las últimas elecciones políticas y tiene los 35 diputados y los 11 senadores que podrían darle la mayoría al Olivo en ambas cámaras, es la única izquierda en Italia: tiene casi 9 por ciento de los votos, lo cual es muy importante, pero está lejos de permitir gobernar...
2) El PDI no es ``el heredero'' del viejo Partido Comunista Italiano. Este era un partido socialdemócrata que se declaraba marxista, dependía del movimiento obrero y era reformista de alma. El PDI, en cambio, renegó oficialmente del marxismo y de su pasado en el Congreso de la Bolognina. Cambió su nombre, su símbolo (adoptó el roble), su ideología y se declaró primeramente liberal socialista y después liberal democrático. Con Massimo D'Alema, y particularmente con Walter Veltroni, el modelo del PDI es el Partido Demócrata de Clinton. D'Alema, la noche misma del triunfo electoral, declaró a la multitud que festejaba que el partido eliminaría incluso una pequeña hoz y un diminuto martillo que se escondían en su símbolo, entre las raíces del roble: es lógico, pues el PDI piensa ayudar a construir un partido único del centroizquierda para ir al bipartidismo all' americana. El PDI no es reformista: considera que el neoliberalismo es el único marco posible y cree que, como mucho, se deben limitar los efectos sociales de la política del capital financiero, para la cual no hay alternativa. Promueve la aplicación de los acuerdos de Maastricht sobre la integración europea bajo la dirección del capital financiero, promueve la ``flexibilidad'' de horarios y salarios (al igual que los empresarios), defiende el presidencialismo a la francesa (la extrema derecha lo quiere a la estadunidense), propone la reforma de la ley electoral para acabar con el proporcionalismo (igual que la extrema derecha), apoya indirectamente la formación de un llamado ``sindicato único'' (o sea, la fusión de las burocracias de las Centrales sindicales y su integración en el Estado: una especie de Congreso del Trabajo), etcétera.
Conclusión: el Olivo depende del apoyo de RC para mantener su mayoría. Para aplicar su política neoliberal deberá negociar cada ley, cada medida, cada nombramiento. Por consiguiente, o Refundación obliga al Olivo a cambiar su política, arrastrando a parte de los votantes del PDI o, por el contrario, lo cual es más lógico, el Olivo llega a un acuerdo con la extrema derecha para modificar la ley electoral y así escapar del apoyo de RC, que lo sostiene ``como la cuerda sostiene al ahorcado''. Por ahora, el Olivo y el PDI tratan de cooptar o dividir a RC con el señuelo del gobierno. Pero es poco probable que los comunistas se suiciden prefiriendo ser la izquierda de la derecha moderada en vez de mantenerse en la lucha por una alternativa, que tanto resultado les ha dado y puede darles..