La Jornada 28 de abril de 1996

Maltrato a migrantes, delito que debe castigarse, dice la premio Nobel

Topiltzin Ochoa Cervantes, Colima, Col., 27 de abril Rigoberta Menchú se manifestó por el establecimiento de un tribunal internacional que vele por los derechos de cualquier ciudadano del mundo que cruce una frontera y esté en situación de desventaja en otro país, ``a pesar de que una declaración de las Naciones Unidas estipula que todo ciudadano tiene derecho a cruzar una frontera y ser respetado de manera íntegra''.

En una amplia entrevista concedida a La Jornada, la lideresa guatemalteca y Premio Nobel de la Paz 1992 habló de Chiapas: la solución a este problema podría ser una ``solución modelo tan importante que resuelva conflictos de los pueblos de América'', pero advirtió que si no se dirime este conflicto será un mensaje muy negativo para los propios pueblos del continente, pero también para otros pueblos del mundo.

Criticó el racismo que prevalece como el atraso más alto de la humanidad: ``Yo creo que el racismo es una gran vergenza de la humanidad; es el atraso más alto que la humanidad no pudo superar a velocidad para el futuro, porque el mundo actual es un mundo pluricultural, multiétcnico, multilinge. Ni siquiera se puede hablar de razas; es un mundo en donde debe prevalecer el respeto profundo de las culturas y aceptar que el mundo es diverso, diverso en opiniones, diverso en información en todos los aspectos''. Pidió el establecimiento de organismos que regulen de nuevo este tipo de relaciones, porque este es un delito y todo delito debe ser sancionado. Es una profunda violación contra la integridad de los pueblos, contra la dignidad de las personas.

Si todas las instituciones educativas se comprometieran a compartir, y si todo el mensaje oficial de educación de los gobiernos no fuera racista sino humanitario, pero también cundido de igualdad, realmente cambiarían las cosas, consideró Menchú Tum.

Condenó la pobreza que provoca la emigración por razones de sobrevivencia. ``Partiendo de esta condición, tambiéndijo creo que lo más digno es que las personas que han llegado a otro país y han trabajado, realmente han aportado, han propiciado las riquezas de esos países''. ``Yo recuerdo varias experiencias que tuve en Los Angeles. Por ejemplo, de compatriotas guatemaltecos que habían sido utilizados por seis meses construyendo edificios, levantando hoteles, y que a los seis meses de trabajo los patrones los expulsaban con la amenaza de denunciarlos a Migración. Sabían los empleadores que Estados Unidos recibía un nivel de beneficios económicos al permitir los seis meses de trabajo de explotación a la gente. Cuántas de estas injusticias ocurren en ese país? Es cotidiano, es doloroso.'Yo pienso precisó Menchú que el maltrato a la gente es realmente esclavitud, no tiene otro nombre. Es como someter a los ciudadanos, esclavizarlos, y el esclavo que no se comporte bien le van a dar una paliza y entonces le van a matar de golpes. Es la irracionalidad de nuevo''.

Consideró necesario un tribunal regional o internacional que vele por los derechos de cualquier ciudadano que atraviesa una frontera y cualquier ciudadano no busca defenderse en cualquier otro país en una situación de desventaja a pesar de que hay una declaración de las Naciones Unidas que estipula que todo ciudadano tiene derecho a cruzar una frontera y ser respetado de manera íntegra.Y en cuanto a los abusos que se cometen fuera de las fronteras de México y Guatemala contra inmigrantes?``Yo creo que hay que castigar enérgicamente a los responsables de los abusos que se les aplican. La justicia que supuestamente debe existir en cada país de la tierra, debe aplicarse. Si eso no ocurre no solo es impunidad, pues quien golpea o incluso mata a una persona por no ser ciudadana de ese país debe recibir el máximo castigo''.

Rigoberta Menchú habló también de la guerrilla en su país:``Es la primera vez que hay negociaciones no sólo entre el gobierno y la Unión Nacional Revolucionaria Guatemalteca, sino también hay acercamientos muy fuertes entre la guerrilla y el ejército guatemalteco, por lo que tenemos entendido que también se ha avanzado profundamente en las conversaciones y los acuerdos bilaterales. Sin embargo, se está enfrentando el problema socioeconómico y la situación agraria.

En este sentido, agregó Menchú Tum, prevalecen varias posiciones radicales intransigentes que no quieren hacer reformas. Esa es una de las preocupaciones más grandes que tenemos, que los acuerdos de paz vayan a ser acuerdos muy en términos generales. Una declaración de buena intención de las partes, pero cuya aplicación será el problema más importante''. Sin embargo, consideró que no se puede predecir lo que ocurrirá. No es el caso salvadoreño en el sentido de que todos los combatientes se bajan y hacen fiestas, entregan sus fusiles y se vuelven ciudadanos comunes. No puedo ver hasta estos momentos cómo sería eso.

La situación de mi país, agregó, es muy complicada. Hay muchos sectores sueltos que tienen armas y también hay mucha persecución política y mucha delincuencia, y algún otro grupo que existe en el marco de la corrupción y que tal vez no podría permitir realmente una unificacion de todo. Estamos hablando de ex militares, tal vez de generales retirados, tal vez de algunos militares involucrados en cantidad de acciones de delitos comunes del pasado; inclusive de las policías particulares o de grupos vinculados a las fuerzas armadas y que creen que la importancia de mantener el terror es una condición para someter a la población.

Esto no quiere decir que yo no valore las reformas que está haciendo el ejército, explicó la lideresa gualtemalteca. Yo creo, prosiguió, que hay reformas en el ejército, hay una intención de limpiar el nombre a la honorabilidad de una institución armada, pero esto tiene que demostrarse muy claramente en os hechos para que los militares cambien su imagen y su práctica.No obstante, señaló la premio Nobel, ``de lo que estoy segura es que las dos partes no están usando el diálogo como mecanismo táctico, como decisiones tácticas para dilatar un proceso, y estoy segura que ellos han tomado una decisión estratégica para finalizar el conflicto.

Esto se debe también, añadió, a que la gente de Guatemala cada vez tiene un ``espíritu antiguerra'', está cansada del conflicto y necesita vislumbrar su futuro en tiempos normales, pero la dificultad, de sobra ustedes lo saben, es la profunda violación de derechos humanos que ocurre todos los días.

En Guatemala ``hay poco espacio para la tolerancia, pero también hay poco espacio para el guerrerismo. La fuerza de la ciudadanía, la fuerza de la juventud de rechazar los métodos con que se ha producido y se ha sostenido el conflicto armado Guatemala es una esperanza muy fuerte en cada rincón del país. Yo veo jóvenes activos buscando soluciones a los problemas económicos y socioeconómicos y con gran cantidad de iniciativas en cooperativas, en las secciones, en movimientos...''.

Con relación al conflicto armado en Chiapas, consideró que tiene una inmensa importancia, de la que tal vez los propios mexicanos no se han percatado.

Este, dijo, es un conflicto tan difundido y tan famoso que no se asemeja a ningún otro conflicto ocurrido en las décadas de la guerra fría en América. Representa una gran esperanza también sobre la manera como debe ser resuelto. Si la solución es viable, si la solución del diálogo es duradera, sembrará en todo el continente y en el mundo un precedente de resolución de conflictos. Pero si no se dirime este conflicto también será un mensaje muy negativo para los pueblos de América, pero también para otros pueblos del mundo. Así que yo creo que tanto el gobierno como los zapatistas deben asumir un papel comprometido, maduro, amplio y de respeto en este conflicto, para contribuir a una solución que, inclusive, me atrevo a decir, sea una solución modelo tan importante que pueda servir para resolver conflictos de los pueblos de América.

``El consejo más sabio que damos los guatemaltecos es que los conflictos, a medida que pasan por muchos años o décadas, tienen una resolución mucho más compleja, y es mucho más fácil resolver nuevos y numerosos conflictos que esperar una crisis que se fortalece y afecta a la población local.

``Yo no he encontrado un solo conflicto del Continente Americano que fortalezca la unidad de los pueblos indígenas, sino más bien se ha causado una atomización política y de la integridad de la cultura milenaria de los pueblos indígenas: se ha puesto a un indígena de un lado y a otro del otro lado. Se ha convertido a los indígenas en enemigos entre sí, y las mismas comunidades han tenido dudas y han minado tanto la unidad familiar como la unidad comunitaria''.

Ojalá, manifestó la célebre indígena, que el conflicto chiapaneco ``tenga soluciones para que no se vuelva también un obstáculo para el desarrollo cultural de los pueblos''.