El próximo miércoles se celebra el Día del Trabajo y con este motivo se vuelve a plantear el tema de la alianza del régimen con el llamado movimiento obrero; se habla nuevamente de cambios a la Ley Federal del Trabajo y, finalmente, del relevo en la dirigencia de la CTM, la central que, disminuida y todo, es aún la más importante organización de trabajadores del país.
El actual secretario general de la CTM, Fidel Velázquez, cumplió el miércoles pasado 96 años. Por cuestiones biológicas, es de suponer que no durará mucho tiempo más en el cargo.
El cambio de mando en la CTM no es una cuestión menor. Todo lo contrario. De la personalidad, de la ideología del futuro líder dependerán las condiciones en que se establezca la nueva alianza con el gobierno federal y las características que tendrá la nueva legislación laboral.
El corporativismo ha sido uno de los pilares fundamentales del sistema político mexicano y de la larga permanencia del PRI al frente del gobierno nacional. La fidelidad y el sometimiento de las poderosas centrales obreras, en particular la CTM, han proporcionado una fuente permanente de votos para los triunfos de los candidatos priístas. Cuando caen los dirigentes obreros, el régimen se debilita, como se pudo apreciar claramente en los comicios federales de 1988. Cayeron numerosos candidatos obreros y Carlos Salinas de Gortari tuvo muchas dificultades para convencer que había triunfado de manera legítima.
Ese debilitamiento temporal del movimiento obrero hizo pensar que ya el corporativismo había dejado de ser necesario. En consecuencia, los cambios internos del PRI estuvieron enfocados a privilegiar la militancia individual por encima del tradicional sistema de sectores. Por otra parte, el gobierno requería del respaldo del movimiento obrero organizado para que pudieran funcionar los ``pactos'' que fueron la base para los mecanismos de control de la inflación.
El resultado fue que el sector obrero conservó su influencia y los cambios en el PRI quedaron a medias o de plano fueron olvidados.
Por otra parte, con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio (TLC) una parte importante del sector patronal considera que los beneficios que proporciona al trabajador la legislación laboral representan un obstáculo para ser competitivos en el mercado exterior. En consecuencia, se piden cambios que van desde el pago por horas hasta la desaparición del derecho de huelga.
El movimiento obrero se niega a hacer concesiones en ese sentido. Las conquistas de los trabajadores son irreversibles, dicen los líderes, pero ya antes han cambiado de opinión y de actitud. En este terreno de la ``flexibilidad'', Fidel Velázquez ha resultado un paradigma. Pero su final ya está cercano y se necesita buscar a quien tome el relevo.
Los viejos líderes como Blas Chumacero no están en condiciones para ser sucesores. La edad los ha doblegado. Los de la siguiente generación, como el líder electricista Leonardo Rodríguez Alcaine no han logrado la unidad a su alrededor. Lejos de ello, más bien se han convertido en factor de división interna.
En el tercer plano están los líderes que se pueden considerar ``jóvenes'' y entre ellos destacan dos figuras: uno es el duranguense José Ramírez Gamero y otro el zacatecano Arturo Romo Gutiérrez, quienes además del trabajo sindical y político tienen la ventaja de haber incursionado en la administración pública, pues el primero fue gobernador de Durango y el segundo lo es de Zacatecas.
Retomar la Revolución
Romo ha mantenido una actitud discreta, con fugaces apariciones en los medios de información ``nacionales''. En días pasados, a invitación de otro ex gobernador, el oaxaqueño Heladio Ramírez, reapareció como integrante de la Comisión de Causas Regionales, una de las comisiones para la reorganización interna del PRI.
Pero en vez de hacer un comentario sobre problemas locales o regionales, Romo prefirió tratar un fenómeno nacional. Su texto lo tituló La pobreza y la desigualdad, el más grande desafío de México, en él hizo una toma de posición que podría resultar muy importante en caso de que llegara a suceder a su maestro Velázquez en la CTM.
Lo fundamental es que Romo se manifestó abiertamente en contra del neoliberalismo y pidió a su partido retomar su ideología y la lucha por la justicia social:``Salvo vicisitudes y debilitamientos transitorios, el partido se ha mantenido firme en la defensa y proyección de sus principios originarios. Dejemos en claro que no han sido ni el PRI ni los priístas los beneficiarios de la pobreza, sino sus víctimas, porque la enorme mayoría de nuestros militantes forman parte de las clases sociales de menor capacidad económica. Es por ello que los miembros del partido no somos ni podemos ser claudicantes. Sostenemos hoy más que nunca las banderas de la justicia social y del combate a la marginación y la pobreza, porque somos mayoritariamente un partido de obreros, de campesinos, de grupos y estratos populares que no poseen sino el patrimonio de su fuerza de trabajo.
``Debemos fortalecer nuestra unidad en torno de los principios que siempre hemos sostenido y contribuir a su realización con propuestas concretas y viables que coadyuven a que los gobiernos surgidos de nuestras filas superen las condiciones adversas a que se enfrenta el país entero''.''Cómo enfrentar la pobreza?''En respuesta a su propia pregunta, el gobernador de Zacatecas respondió que ``la elevada concentración que la riqueza alcanza en México, en tanto que millones de compatriotas se debaten en los niveles inferiores de la sobrevivencia, aconseja:``El fortalecimiento de la democracia. La participación decisiva de la población organizada en la formación y el ejercicio del poder político: la construcción a toda prisa del sistema económico que preconizan la doctrina y la norma constitucionales. La orientación de sus estructuras hacia la producción de bienes social y nacionalmente necesarios, la generación de empleo digno, limpio y bien remunerado, y la exportación de excedentes, propulsado por un Estado rector, popular y democráticamente fuerte, que garantice la equitativa distribución de la riqueza y el ingreso, difunda la propiedad, promueva la pluralidad de iniciativas: pública, social y privada, y asegure, de esta manera, el despliegue de todas las fuerzas productivas.
``La profundización de la política social sobre las siguientes bases: trabajo para todos los mexicanos, salario remunerador, acceso de la población a condiciones de vida decorosas en alimentación, salud, educación, vivienda, esparcimiento y recreación; desarrollo regional equilibrado; impulso a zonas deprimidas del territorio nacional y atención a sectores marginados de la población''.
Por último, el mandatario zacatecano dijo: ``Hemos venido a hablar de la pobreza como herencia de un pasado ominoso que es preciso destruir y como desafío que no podemos declinar.
``Pero alegrémonos. La Revolución Mexicana está concluyendo ya el lamentable episodio de la Santa Alianza que en su nombre suscribieron con el neoliberalismo. En la alborada del milenio, la historia comienza un nuevo siglo''.
La cosecha
Por medio de la negociación y con una reprimenda general al asambleísta del PRD Gonzalo Rojas, terminó el problema generado por la presencia de un grupo de ambulantes, encabezado por el mencionado representante, dentro del salón de sesiones de la ARDF. Las negociaciones dirigidas por el presidente de la Comisión de Gobierno, Manuel Jiménez Guzmán, con el apoyo de las otras fracciones parlamentarias, culminaron con el desalojo voluntario del salón de sesiones, a las 3 de la mañana del viernes.