Unas 260 hectáreas sembradas de henequén fueron destruidas por el fuego en Yucatán. La intervención de los bomberos y personal de la secretaría estatal de protección evitó que las llamas se pasaran a otras plantaciones. En lo que va del año, se han reportado más de mil 100 incendios en la mencionada entidad; es la mayor cifra de los últimos siete años. Entre las áreas que han sufrido daños figuran las reservas ecológicas de Dzibilchaltún y de Punta Palmar. En tanto, 15 hectáreas forestales, arbustos y pastos fueron presa de las llamas en el bosque de la Primavera, uno de los pocos pulmones verdes de Guadalajara. Según las autoridades el siniestro posiblemente se debió a una fogata que alguien dejó encendida en el bosque. Otra fogata también causó un incendio en el municipio de Poncitlán, Jalisco. Resultaron afectadas mil 500 hectáreas, mientras dos incendios más ocasionados por hogueras que paseantes dejaron encendidas arrasaron 75 hectáreas de los municipios de Zapopan y Tapalpa.
Calcinado murió un brigadista que intervenía en el combate de un incendio registrado en el Cerro Chino, ubicado en Uruapan, Michoacán. Otros diez sufrieron intoxicaciones de diverso grado. El fuego acabó con 40 hectáreas de bosque. Uruapan y otros municipios que conforman la Meseta Tarasca, han sufrido en las últimas décadas una enorme desforestación que afecta notablemente el clima y las fuentes primarias de agua que sirven para el desarrollo local y de otras áreas situadas hacia la costa. Pese a las promesas de que los incendios ahora sí serían controlados, en Michoacán (anota indignado Luis Felipe del Valle) ocurren en todas las zonas boscosas. También en Morelos ha habido incendios, afectando hasta el Tepozteco y zonas aledañas, donde ``hay mucha energía''.
Fueron más de mil las hectáreas de bosque consumidas por el fuego en el municipio de Jalpa, estado de Querétaro. Otros incendios acabaron con áreas silvícolas de las comunidades de El Naranjo, La Esperanza y Peña Borrada. También, ocho incendios registrados en la parte alta del llamado Parque Ecológico de Guerrero consumieron 500 hectáreas, poniendo en grave peligro a los manantiales que abastecen de agua a Chilpancingo. En Guerrero son más de cien los incendios registrados en el año, causando daños a mil 300 hectáreas de bosque. Por su parte, la Comisión de Protección Civil de Nuevo León informó de nuevos incendios que han consumido más de 2 mil hectáreas sembradas con pinos y encinos. Los dos más importantes se dieron en los municipios de Linares, Galeana y Santa Catarina; y rumbo a la sierra de Arteaga, en los límites con Coahuila, suman ya 15 los incendios en lo que va del año, afectando mil 200 hectáreas boscosas.
Los comuneros de Los Chimalapas recientemente lograron controlar tres incendios que afectaron mil 300 hectáreas ocupadas por pastos, arbustos y una cantidad mínima de árboles. Para evitar que el fuego provocado por los ganaderos en busca de terrenos para sus animales cause daños en tan importante región, los pobladores se han organizado en brigadas compuestas entre 10 y 100 personas cada una y que se rotan semanalmente. Para efectuar sus tareas, disponen de una camioneta de tres toneladas, bombas, motosierras y otros utensilios proporcionados por una agencia de desarrollo del Reino Unido. A ese apoyo se sumaron la Semarnap (Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y pesca) y el gobierno de Oaxaca. Sin embargo, por el trabajo que realizan los comuneros no reciben ningún salario (funcionan en base al sistema denominado Tequio), tampoco tienen seguro contra algún accidente. Inútilmente han pedido a las autoridades que, por lo menos, les proporcionen despensas con los alimentos básicos durante el tiempo que duran sus labores.
En resumen, este año ha habido en el país más de 3 mil 400 incendios forestales que afectaron 38 mil hectáreas ubicadas especialmente en Chiapas, Oaxaca, Chihuahua, Durango y el estado de México. Dicho número representa más del 30 por ciento de los ocurridos el año pasado. Según las autoridades, la inmensa mayoría de los incendios se deben al incorrecto manejo del sistema de roza, tumba y quema, a las actividades silvícolas, a las fogatas y a otras causas. Para este año, las diversas instancias relacionadas directamente con el sector forestal anunciaron un programa especial para evitar que el fuego dañe a bosques y selvas. Máxime que la sequía será un elemento clave para que haya más siniestros en mayo y junio.
En medio de este panorama nada alentador, los problemas se agravan debido a la desforestación de cientos de miles de hectáreas cada año y que se origina ya no en los incendios, sino en la tala para abrir áreas de cultivo, para comerciar la madera y para expander la ganadería extensiva, como sucede en diversos estados del país. En varias entidades se quejan de falta de equipo y otros materiales para combatir los siniestros; de la desorganización que priva a la hora de integrar las brigadas y de otras irregularidades. Por otra parte, se desconoce el alcance real de las campañas de reforestación. Mas, para consuelo de muchos, el mes próximo se expedirá la Norma Oficial que regulará el uso del fuego, la detección y el combate de incendios forestales. Y en junio, con el apoyo del gobierno canadiense, comenzará a funcionar un sistema automatizado de detección de incendios.