Rodrigo Morales M.
Los compromisos de Camacho

La propuesta formulada por Manuel Camacho en el marco del ciclo de conferencias denominado Los Compromisos con la Nación, para formar un frente amplio opositor en 1997, merece algunas consideraciones. En primer lugar caben muchas dudas sobre la viabilidad del proyecto. No me queda claro cómo se superarían las diferencias crecientes que han mostrado los dos principales partidos de oposición. Si bien pudieran llegar a compartir un objetivo supuestamente superior (derrotar al PRI), no alcanzo a ver las maneras en que olvidarían diferencias, que por lo demás no son gratuitas. Además de los proyectos históricos claramente diferenciados, los cálculos estratégicos particulares de cada una de estas fuerzas los colocan en perspectivas diversas respecto de 1997.

Un frente amplio implicaría introducir en el debate la idea de que el formato plebiscitario es el único capaz de llevarnos a la posibilidad de culminar la transición, y de nuevo no me queda claro que en México hoy estemos ante un debate polar (con el PRI o contra el PRI). Por lo demás, el fraseo implica asumir e identificar los grandes obstáculos o enemigos que impiden la democracia, y esos fórmatos en general conllevan graves problemas de reconciliación a futuro.

No deja de llamar la atención la persistencia en la idea de que los grandes momentos fundacionales son el ingrediente que le hace falta a la transición mexicana. En la búsqueda de referentes o fórmulas probadas de tránsito democrático, y una vez que el formato de La Moncloa mexicana no ha producido los resultados ni la espectacularidad esperada, parece recurrirse ahora de nuevo a la idea de una elección plebiscitaria. Despedir España y dar la bienvenida a Chile.

Otra dificultad que se advierte es la oportunidad; los comicios intermedios de 1997 son básicamente legislativos cuál podría ser una agenda de proyectos legislativos compartible por quienes integren el frente opositor? Una revisión del sentido que le han dado a su voto los dos principales actores de oposición da cuenta (de nuevo) de la existencia de proyectos divergentes, en nombre de qué se podría hacer votar a los perredistas que se integraran en el frente a favor, por ejemplo, de alguna medida que implique nuevas ventas de activos nacionales? Por qué el PAN se opondría a una nueva Ley Federal del Trabajo acorde con su doctrina? Cómo se organizaría la agenda legislativa de la transición?Finalmente hay que celebrar que Camacho dé a conocer cada vez con más claridad su proyecto, y congruente con su diagnóstico de que sólo un frente amplio y generoso lograría derrotar al PRI y dar inicio a la transición; ha prometido también que si ello no es posible no contendrá para no contribuir de esa manera a dividir el voto opositor. Ciertamente es posible que la no concurrencia de la oposición en un solo frente haga previsible una permanencia más larga del PRI en el poder, pero, insisto, no parece haber condiciones actualmente para pensar en la viabilidad de un frente amplio.

Por último, la existencia de un grupo de personalidades como el de los Compromisos, revela también las presiones que existen sobre el incipiente sistema de partidos: si hoy se trata de inducir un frente, mañana la disyuntiva será abrir la participación a grupos de ciudadanos con inquietudes políticas, pero sin canales de expresión.