La Jornada 29 de abril de 1996

La quiebra del ingenio Mante, fraude en favor de zares del azúcar

Martín Sánchez, corresponsal, Ciudad Mante, Tamps., 28 de abril A cinco años de la quiebra-venta del ingenio Mante --productor de 600 toneladas anuales de azúcar--, ex obreros y campesinos reclaman la empresa, pues alegan que la operación fue fraudulenta y fruto de las concesiones del ex presidente Carlos Salinas a los zares del azúcar y a inversionistas extranjeros.

Agricultores de decenas de ejidos, que hasta 1991 se dedicaron a la producción de caña de azúcar, abandonaron la actividad para dedicarse a la siembra de maíz y frijol, porque la familia Sáenz, la cual se adjudicó el ingenio, los dejó en la zozobra económica.

Los productores disidentes de la Confederación Nacional Campesina aseguran que en 1991 la diputada federal y dirigente de los cañeros Leticia Camero Gómez, en contubernio con Juan Manuel Gómez, administrador de la Cooperativa de Productores de Caña y Azúcar, ``fabricaron'' una quiebra que nunca se comprobó.

Los campesinos recuerdan que la cooperativa los apoyaba para la fertilización de los cañaverales y les servía como aval para la operación de créditos de avío y refaccionarios ante la banca de desarrollo.

La quiebra de la empresa, bajo la figura jurídica de Sociedad Cooperativa y Obreros del Ingenio Mante, fue consumada el 2 de junio de 1991 por el titular del juzgado tercero de lo concursal en el Distrito Federal.

Según estadísticas de la Secretaría de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural (SAGDR), hasta 1991 la zafra generaba cada año 522 mil 874 toneladas de caña, pero en 1992 la producción cayó a 434 mil toneladas.

La misma fuente revela que 80 por ciento de la producción de caña procede del sector social del campo, mientras el 20 por ciento restante, del sector privado.

Asimismo, que los rendimientos son del orden de 50 toneladas por hectárea, pero los peritos de la SAGDR aseveran que una producción normal con fertilizaciones y alboreos correspondientes arrojan en otras zonas cañeras del país hasta 80 toneladas por hectárea, mismas que se llegaron a producir en Mante y en la región en tiempos de la cooperativa, porque ésta cubría el seguro y 25 por ciento del abono.

En los campesinos y obreros existe la certeza de que el ingenio Mante les fue arrebatado por los propietarios del ingenio Aarón Sáenz, localizado en el poblado de Xicoténcatl. La cooperativa cañera contaba además con tiendas de consumo, becas para los hijos de los trabajadores y financiaba la construcción de viviendas.

El ingenio Mante fue adjudicado a los descendientes de Aarón Sáenz Sáenz porque, supuestamente, la cooperativa, al 31 de marzo de 1991, tenía en su haber un pasivo superior a 20 millones de pesos.

Lorenzo Reyes, presidente del Comité Pro Defensa de los Derechos y Bienes de la Sociedad Cooperativa de Ejidatarios y Obreros del Ingenio Mante, sostiene que el adeudo de la empresa fue por 21 millones y, en contraparte, revela que sólo en azúcar embodegada se contabilizaron 35 mil toneladas, sin incluir el alcohol y la miel extraídos de la caña, así como la infraestructura.

En consecuencia, dice, la bases jurídicas de la sociedad cooperativa fueron quebrantadas. De los mil 200 trabajadores de la plantilla laboral de los tres turnos, únicamente recibieron indemnización 50 por ciento de ellos, y a manera de prima de antigedad, el resto.

Los defensores del ingenio, entre quienes destacan Isauro Pesina, Guillermo Martínez, Cayetano Ramírez y Loreto Reyes, insisten en la posibilidad de recuperar la fábrica que fuera una empresa de carácter social expropiada vía decreto presidencial en 1939 por el presidente Lázaro Cárdenas del Río, porque la familia Sáenz pagó la ``ridícula'' cantidad de 59 millones de pesos por la patente de la misma.

El trámite, dicen, fue un simulacro porque la licitación pública se realizó el 18 de noviembre de 1991, pero desde tres días antes la poderosa familia ya aparecía como propietaria del ingenio Mante ante la Secretaría de Comercio y Fomento Industrial (Secofi).

Cayetano Ramírez dice de la quiebra del ingenio: ``El asunto lo manejaron muy arriba, primero se supo que lo compraría Raúl Salinas, después se manejó que sería de un hijo de él, y al final los Sáenz aparecieron como prestanombres de los Salinas''.

Al privatizarse la empresa, a los trabajadores se les impidió proponer sucesores en los puestos laborales y a quienes presentaron denuncias en tribunales del Distrito Federal, les ofrecieron empleo para que desistieran de las mismas.

En el renglón productivo, no sólo ha caído la producción de caña por falta de créditos, sino que por lo menos a ocho ejidos que irrigaban sus cañaverales con agua de la presa La Ahuja se les privó de ese derecho. La SAGDR y la Comisión Nacional del Agua se niegan a dar una explicación al respecto.

En comunidades ejidales como Camotero, Benito Juárez y Chapultepec los productores abandonaron la siembra de caña porque los propietarios del ingenio se negaron, desde 1991, a comprarles la producción. En la última de estas comunidades solamente tres ejidatarios no han vendido sus cañaverales a la familia Sáenz.

Obreros y campesinos dieron cause legal a su inconformidad por la ``quiebra fraudulenta'' del ingenio Mante ante la Procuraduría General de la República, donde se radicó la averiguación previa 6770/FFP/91, pero el entonces subprocurador Humberto Benítez Treviño le dio carpetazo.En Tamaulipas, la quiebra de la cooperativa se manejó de manera sigilosa. La actual diputada federal Leticia Camero y el gobernador de aquel entonces, Américo Villarreal, acordaron de manera confidencial la caída de los cooperativistas.

Para colmo de males, la LV Legislatura de Tamaulipas, el 28 de junio de 1994, vía decreto, autorizó al gobernador Manuel Cavazos Lerma para que donara los predios expropiados a la sociedad cooperativa, superficie que asciende a 2 millones 100 mil metros cuadrados.

El comité pro defensa de la desaparecida sociedad cooperativa, no obstante que 49 por ciento de las acciones del ingenio pertenecen a inversionistas ingleses, realiza reuniones en las colonias Obrera 1 y 2, Campesina y Enrique Cárdenas para estudiar las estrategias y recuperar el patrimonio perdido.