La Jornada, 30 de abril de 1996

Ante todo, un distinguido poeta

La inesperada muerte de Jaime García Terrés afecta profundamente a la cultura mexicana. García Terrés fue, ante todo, un poeta muy distinguido; además, gracias a la universalidad de su cultura, fue un excelente traductor de poesía. Así pues, la poesía mexicana tiene una doble deuda con García Terrés: al creador y al precreador de otras lenguas. También, fue un ensayista agudo y crítico. En su prosa, es visible la universalidad de su cultura; este es un rasgo que lo distingue de la mayoría de sus contemporáneos: su amor por la literatura griega, la alemana, la inglesa, la francesa...

García Terrés no fue únicamente un escritor sino también un gran promotor de cultura, especialmente en el campo de las letras. Fue director en una de las mejores épocas de la Revista de la Universidad; después, animó y vitalizó La Gaceta, del Fondo de Cultura Económica y finalmente, en los últimos años dirigió una revista de muy alta calidad literaria: Biblioteca de México. No hay que olvidar su notable labor como director del FCE. En todos estos menesteres tuvo el tino de rodearse de grupos de jóvenes escritores y ésta es otra de las facetas más interesantes de su acción. Fue miembro de El Colegio Nacional y murió siendo director de la Biblioteca México. Fue mi amigo y lo consideró una gran pérdida.

Octavio Paz