Kurt Hengl, embajador de la República de Austria en México, fue el encargado de imponerle el galardón, ``el más sustantivo para un intelectual y un reconocimiento para todos los artistas mexicanos'', dijo el diplomático en la ceremonia colmada por amigos y colaboradores del director de Canal 22 y traductor de la obra de Thomas Mannn, Franz Kafka, Robert Musil, Elías Canetti y Ludwig Wittgenstein.
``Uno tiene que enamorarse. Mi amor lo concentré en Viena por el carácter de su gente, por su facilidad, y por el acceso al mundo del humor y la crítica austriacas. Karl Kraus no se hubiera podido dar en otra parte; el humor le dio la capacidad de sobrevivir a las mil muertes que tuvo en vida'', comentó Pérez Gay al recibir la Cruz de Honor. ``Descubrí Viena hace 24 años; esta condecoración es el reconocimiento a una pasión y un amor a la cultura de Austria de principios de siglo, una cultura que es nuestro futuro anterior y donde quedaron prefigurados los conceptos de democracia y sociedad civil''.Más adelante, el autor de El imperio perdido y La difícil costumbre de estar lejos señaló a los personajes que le condujeron hacia la cultura vienesa: Manuel Cabrera Macea, ex embajador de México en Austria y Alemania, así como los escritores Juan García Ponce y el recién fallecido Jaime García Terrés, a quienes Pérez Gay agradeció su ayuda de abrirle los ojos hacia la obra de Robert Musil y Hermann Broch y de acercarle sus estudios pioneros de la literatura austriaca.
En la ceremonia efectuada en la sede diplomática de Austria en México, el embajador subrayó que la Cruz de Honor entregada al doctor en Sociología por la Universidad Libre de Berlín ``no es una pura formalidad''. Simboliza recalcó un reconocimiento altísimo a la trayectoria académica, diplomática y literaria impresionante de un autor que no sólo nos sorprende por su conocimiento de la cultura austriaca sino por su ``sensibilidad extraordinaria'' para pintar la atmósfera de la Viena de principios de siglo (hasta 1938) y por su ``destacada labor de divulgación'' de la lengua alemana y de la cultura vienesa de los años treintas, donde se dio el imperio tal vez no austrohúngaro, pero sí el imperio literario, hasta la caída devastadora.
Luego el embajador abundó que sólo 50 años después de aquella caída, en Austria se viene elaborando una transformación del conocimiento de la historia y la superación consciente de ese pasado marcado por el nacionalsocialismo.
Lector hace poco de El imperio perdido, Kurt Hengl dijo que quedó impresionado no sólo del conocimiento de Pérez Gay sino del ``sentimiento y sensibilidad extrema'' de alguien como él, no austriaco, y sin vivir la época de la caída del imperio, que ha sabido sentir y transmitir esa atmósfera del fin de un periodo y el principio del ascenso del nacionalsocialismo, las barbaridades de los nazis y un poco después el fin ineluctable de la grandeza cultural y literaria de Viena que duró de 1880 hasta 1938.
Para cerrar, Pérez Gay quien se ha desempeñado en el Servicio Exterior Mexicano adscrito a las embajadas de Bonn, Viena y París indicó que el premio le conmueve y emociona porque ``ahora no hago sino corroborar lo que los sueños de adolescente dibujaron cuando comencé a traducir a los austriacos y cuando empecé a dedicarle a esa Viena de principios de siglo unas horas de trabajo. En esa época Viena no era una moda y poco a poco fue lo mejor de todo descubrir la pasión de que la Viena de principios de siglo era nuestro futuro anterior''.