Ricardo Alemán Alemán
Itinerario Político

Donde están los pobres pobres? La disputa por atenderlos

Cuando Santiago Levy, subsecretario de Egresos de Hacienda, y Enrique del Val Blanco, subsecretario de Desarrollo Social de la Sedeso, comparecieron con legisladores de todos los partidos, el pasado 26 de abril, poco pudieron explicar respecto de la ya famosa tarjeta inteligente o pobremático, que el gobierno federal pretende poner en práctica como una de las modalidades para atender a la población con escasos recursos económicos.

En realidad, los dos subsecretarios crearon más confusión entre los legisladores y sólo acertaron a señalar que la política de subsidios será reorientada por el gobierno federal para atender a entre 20 y 22 millones de mexicanos en extrema pobreza, mediante un subsidio dirigido, integrado por acciones de alimentación, salud y educación, que mejore su incidencia y privilegie la atención a las familias que se encuentran en extrema pobreza.

Sólo que los funcionarios no dijeron a los legisladores que en realidad ese programa, que según ellos ``está en estudio'', ya se lleva a cabo, como lo señala el Informe de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, en su página 231.

El documento dice a la letra:``Con el propósito de mejorar el estado nutricional de los grupos más vulnerables de la población, a través del Programa de Alimentación y Nutrición Familiar, se realizó un importante esfuerzo interinstitucional para articular las acciones de educación, salud y alimentación, y atender las necesidades de niños menores de cinco años, de preescolar y primaria, así como de las familias en extrema pobreza de comunidades indígenas, zonas rurales y de las áreas urbanas marginales.

Más aún, el propio documento señala que para asegurar el impacto de los beneficios del programa en las regiones en las que se concentran los más altos índices de desnutrición, se realizaron muestreos de pobreza y marginación, mortalidad y morbilidad infantil, de peso y talla, de deserción y reprobación escolar. Así, las regiones donde se encuentran familias cuyas condiciones requieren una atención inmediata por los alarmantes déficits nutricionales, resultaron ser muchas más de las que todos se imaginan.La pobreza extrema alcanza niveles de tragedia en la Tarahumara, en Chihuahua; la Cora-Huichol-Tepehuana-Mexicanera, en la Sierra Madre Occidental, en la colindancia de los estados de Durango, Zacatecas, Jalisco y Nayarit; las huastecas de Veracruz, Hidalgo y San Luis Potosí; la Sierra Gorda, en Querétaro y Guanajuato; la Chontalpa y Centla de Tabasco; la Mixteca de Querétaro, Puebla y Guerrero; Los Altos de Chiapas, los Tuxtlas y la Zongolica, en Veracruz.

Según el propio Informe de Ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, los estados de Veracruz, México, Chiapas, Oaxaca y Puebla, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Guanajuato y San Luis Potosí, ocupan los primeros diez lugares con hogares cuyas necesidades básicas son insatisfechas, o si se quiere, están en pobreza extrema.

Pues bien, la referencia era necesaria para ilustrar, primero, que el objetivo que se busca con la tarjeta inteligente no es nuevo, que ya se lleva a cabo, y segundo, que la diversidad de los niveles de pobreza, y las características de la población que enfrenta este problema, hacen imposible la aplicación de una estrategia como la que persigue la tarjeta pobremático.Se sabe que la tarjeta inteligente busca otorgar en promedio 70 pesos mensuales, para que los usuarios adquieran alimentos como leche, tortillas, maíz u otros básicos. La tarjeta sería revalidada, siempre y cuando se compruebe que la familia poseedora garantice que sus hijos un máximo de dos asistan a la escuela y reciban atención médica.Pero, cuántas tiendas, escuelas y centros de salud existen en las regiones de extrema pobreza de las comunidades en su mayoría indígenas arriba mencionadas? En el fondo, la tarjeta inteligente parece resultado de una estrategia que busca resolver un problema de recursos económicos al gobierno y que responde a una lucha política entre las diversas instancias de gobierno encargadas de la atención social.

Con la tarjeta inteligente, el gobierno parece dispuesto a trasladar a los pobres el impacto que le significa todo el proceso de distribución de los subsidios de básicos, como la leche, y el costo inflacionario de los mismos. Por lo pronto, ya hay indicios de que el de la pobremático, será un programa cancelado, debido a la complejidad de su operación y a que el subsidio diridigo que se propone no llegará a los más pobres.