Elogia el Presidente a organismos que han evitado cerrar empresas
Ricardo Alemán Alemán Un sindicalismo que sólo vea hacia el pasado ``se arriesga con perder el futuro'', dijo el presidente Ernesto Zedillo, al convocar a obreros y patrones a una nueva cultura laboral que implique ``el cambio de comportamientos, el desarrollo de nuevos valores y nuevas actitudes'', porque un sindicalismo renovado por sus valores ``está llamado a ser un valor fundamental de estabilidad política y de equidad social''.
El jefe del Ejecutivo inauguró la 29 Convención General Ordinaria del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos, a quienes dijo que el propósito central de la nueva cultura laboral es promover más y mejores empleos, alentar la competitividad de la economía del país, valorar el trabajo y remunerar lo mejor para que sea sustento de una vida digna para los obreros y sus familias.
Ernesto Zedillo saluda a Napoleón Gómez Seda, durante
la
inaguración de la convención del sindicato minero.
Foto: Frida Hartz
En la construcción de esa nueva cultura laboral, explicó el primer mandatario, ``el esfuerzo y el interés de un sector no rivaliza con el de otros. Todos nos identificamos con el interés del país y todos contribuimos a nuestra prioridad de hoy que es proteger, recuperar y generar más empleos''.
En lo que se interpretó como una respuesta a la movilización laboral del primero de mayo, el presidente de la República propuso a obreros y empresarios un cambio de actitudes y comportamientos a los que llamó la nueva cultura laboral. ``Esa nueva cultura se funda en la madurez objetiva y en la visión de los sindicatos que han sabido evitar el cierre de muchas empresas y preservar miles de fuentes de trabajo, incluso ante una crisis tan severa como la que padecemos''.
En el salón Adolfo López Mateos de la residencia oficial de Los Pinos, a donde acudieron los delegados del sindicato minero de todo el país, Ernesto Zedillo hizo un repaso de la situación de la industria minera y dijo que gracias al esfuerzo y a la productividad de sus trabajadores, ``durante 1995 ustedes lograron revertir un saldo desfavorable en la balanza comercial minero metalúrgica para alcanzar un superávit de más de mil 140 millones de dólares. Ello comprende un incremento superior al 140 por ciento en el valor de las exportaciones de metales y minerales''.
Luego expuso que el sector minero metalúrgico es uno de los que ya está desplegando su gran potencial, aunque habrá de ser más con el apoyo de la desregulación y en el contexto de la certidumbre jurídica que otorga la nueva ley minera y su reglamentación. También explicó que resulta alentador que las inversiones hacia el sector minero representen más de 5 mil millones de dólares en el periodo 1995-2000, lo que duplicará lo invertido en los dos últimos sexenios.
Más adelante, el Presidente abordó el mensaje central de su discurso: la nueva cultura laboral. ``En la construcción de esa nueva cultura, el esfuerzo y el interés de un sector no rivaliza con el de otros, porque todos nos identificamos con el interés del país'', insistió en lo que pareció una respuesta a las disidencias producidas al interior del llamado sindicalismo oficial.
Esa nueva cultura, siguió explicando Zedillo, se funda en la madurez organizativa y en la visión de sindicatos que han sabido evitar el cierre de muchas empresas y preservar miles de fuentes de trabajo, incluso en una crisis tan severa como la que vivimos. ``Pero la construcción de esa nueva cultura laboral no se limita a unir voluntades para proteger y mantener los puestos de trabajo; es necesario avanzar hacia el crecimiento con más empleo y mejores salarios, aumentando la capacidad productiva y la competitividad, que serán la palanca para atraer nuevas inversiones, multiplicar los empleos y conquistar nuevos mercados.
La nueva cultura laboral ``implica el cambio de actitudes y comportamientos, el desarrollo de nuevos valores y nuevas actitudes entre obreros y patrones. Sabemos que llevará tiempo la consolidación de la nueva cultura laboral; es un proceso social que tiene sus propios ritmos, en el que tenemos que aprender a participar todos los mexicanos''.
En el acto también participó Napoleón Gómez Sada, secretario general del Sindicato Minero, quien primero se equivocó de texto, luego cambió constantemente unas palabras por otras, todo esto después de que buscó hablar no en el atril de los oradores sino en el destinado al presidente de la República. Gómez Sada elogió las políticas presidenciales en materia económica y expresó la confianza de los trabajadores de la minería. Asimismo confió en que la política económica, sustentada principalmente en el ahorro interno, habrá de rendir frutos en la generación de fuentes de empleo y en el nivel de vida de las familias.
Finalmente, Gómez Sada -quien lleva décadas al frente del Sindicato Minero- terminó hablando de la nueva cultura sindical, pero sin referirse a la democracia en los sindicatos.