La sentencia que el juez primero de distrito de Tuxtla Gutiérrez dictó contra Javier Elorriaga y Sebastián Etzin es, sin duda, un acto de Estado en el más estricto sentido del término. Se trata de una flagrante provocación que:1. Perfila la cancelación de la vía del diálogo para alcanzar la paz en el estado de Chiapas, pues, por derivación, califica a los zapatistas que están de un lado de la mesa de negociaciones como ``conspiradores y terroristas''.
2. Da a todo ``presunto zapatista'' como lo son y seguirán siendo Elorriaga y Etzin la calidad de culpable aunque demuestre lo contrario, y a los asesores e invitados del EZLN a los diálogos de paz los convierte en candidatos para ingresar sin examen de admisión alguno a la universidad plebeya de Cerro Hueco.
3. Complementa y completa a la perfección la lógica que hoy por hoy prevalece en el diálogo de San Andrés Sacamch'en, convertido cada vez más en una parodia de negociación por parte de los representantes gubernamentales.
Pero el error gubernamental es tan estúpido como mayúsculo: la regresión nos lleva a en lo corto hasta el lopezmateísmo y el diazordacismo, con la producción en serie de héroes nacionales como Siqueiros, Mata, o tantos otros que terminan por vencer y dominar el sueño de los gobernantes, al tiempo que alimentan positivamente y con profundidad los sueños de futuro de nuestros jóvenes y niños.En los próximos días sabremos si la provocación que ahora recae sobre las cabezas de Elorriaga y Etzin está articulada a una decisión castrense, que lleve a intentar un nuevo golpe militar en el espacio de la selva en los días de secas que el mes de mayo aún contiene. Por lo pronto habrá que gritar a todas voces: Basta de provocaciones!! Libertad a Javier Elorriaga y Sebastián Etzin!!