La Jornada 6 de mayo de 1996

Violencia en Bachajón, Chis.

Alonso Urrutia Un ataque del grupo armado de filiación priísta llamado los Chinchulines contra campesinos de Bachajón, municipio de Chilón, Chiapas, poco después de la elección de un comisario ejidal, provocó que los ejidatarios asesinaran ayer al jefe de ese grupo, Jerónimo Gómez Guzmán.

En represalia, horas más tarde, miembros de los Chinchulines --que mantienen ocupada la presidencia municipal de Chilón desde hace 15 días-- cercaron el pueblo de Bachajón e incendiaron varias casas de funcionarios del ayuntamiento perredista, incluida la del presidente municipal Manuel Gómez --cuyo paradero se desconocía hasta esta madrugada--, así como parte del convento de los jesuitas, orden que tiene un centro de derechos humanos con gran actividad de denuncia contra los actos delictivos del grupo armado.

Versiones recogidas por el Centro Miguel Agustín Pro señalan que al menos habrían muerto tres pobladores y se desconocía el paradero de los padres jesuitas Armando Herrera, Eugenio Maurer Avalos, Alberto Velázquez, Salvador Quintero González y Pablo Olivares Martínez.

Pese a las constantes llamados a la Procuraduría General de Justicia del estado para que interviniera, según dijeron miembros del organismo humanitario, apenas un grupo de policías de Yajalón se dirigía al lugar, siete horas después de haberse iniciado las represalias de los Chinchulines.

Durante gran parte de la tarde y noche de ayer, Bachajón fue practicamente cercado por integrantes del grupo armado, quienes estaban enardecidos por la muerte de su dirigente. Las autoridades policiacas intervinieron hasta la medianoche. Otra parte del grupo priísta se había trasladado a Chilón, presuntamente para continuar sus acciones.

De acuerdo con las versiones proporcionadas a este diario, el problema en Chilón data del pasado proceso electoral, cuando la planilla impulsada por los Chinchulines perdió los comicios y el candidato perredista Manuel Gómez Moreno resultó electo.

Desde entonces la tensión ha sido constante y derivó en la toma de la presidencia municipal el pasado 18 de abril, ``cuando el grupo paramilitar la ocupó violentamente''. Días antes, el presidente de la Coordinadora Regional de Derechos Humanos, Sebastián Aguilar Vázquez, fue secuestrado y golpeado presuntamente por este grupo.

Tras los hechos violentos de hace dos semanas, habitantes de Chilón realizaron una manifestación en Tuxtla Gutiérrez, donde el subsecretario de Gobierno, Uriel Jarquín, se habría comprometido a desalojar la presidencia municipal y a investigar las órdenes de aprehensión contra al menos 10 dirigentes del grupo priísta, pues han actuado durante cinco años ``con impunidad y armados''.

Sin embargo, señaló el organismo humanitario, el gobierno estatal no intervino y el sábado pasado se agravó la situación luego de que campesinos del ejido de San Jerónimo Bachajón realizaron elecciones para comisariado ejidal, con el resultado adverso para quienes apoyaban al grupo priísta. Esto provocó las primeras fricciones.

Al anochecer, aproximadamente 20 chinchulines ``fuertemente armados'', indican las versiones, impidieron el acceso al pueblo de Bachajón a decenas de campesinos de la comunidad de Guadalupe Pashilá, al ocupar el crucero de Temó, en la carretera Ocosingo-Palenque. Hubo algunos disparos, heridos por golpes y el intento de incendiar algunos vehículos. Esto irritó aún más a quienes se oponen al grupo priísta.

Miembros del Centro de Derechos Indígenas de Bachajón dijeron que los Chinchulines son un grupo juvenil adherido al PRI que actúa armado. Algunos de sus integrantes tienen procesos legales pendientes, sin que las autoridades judiciales hagan nada en su contra.

La mañana del domingo campesinos de diversas comunidades de las inmediaciones de Bachajón se trasladaron ``en tumulto'', irritados por los sucesos de la noche anterior, a la casa del dirigente de los Chinchulines, a quien ``habrían acribillado'' y posteriormente se retiraron a sus comunidades.

Alrededor de las 17 horas de ayer, miembros del citado grupo comenzaron a reunirse y a cerrar todo acceso al poblado de Bachajón. Armados, ``comenzaron a incendiar la casa del presidente municipal, de varios funcionarios del gobierno municipal y parte del convento de los jesuitas''.

Pese a los llamados a la autoridad estatal, hacia las 23 horas continuaba el ``cerco'' en torno al pueblo de Bachajón, por lo que ``no había más información sobre los hechos violentos''.

Al cierre de esta edición, se informó que un grupo de policías con sede en el pueblo de Yajalón, ubicado a 35 minutos de Bachajón, se había trasladado ya al lugar.