Adolfo Martínez Palomo
35 años de Cinvestav-IPN

El 17 de abril de 1961 el presidente Adolfo López Mateos firmó el decreto de creación del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Los iniciadores del proyecto fueron ingenieros egresados de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica del Instituto Politécnico Nacional: Eugenio Méndez Docurro, entonces director general del Instituto; el doctor Manuel Cerrillo, en esa época profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts, a quienes se unió Víctor Bravo Ahuja, a la sazón subsecretario de Enseñanza Técnica.

No deja de ser significativo que una de las realizaciones más importantes en la historia de la educación superior del país haya surgido por la visión y la tenacidad de un grupo de ingenieros del IPN, a los que se sumó el doctor en medicina de la Universidad de París, Arturo Rosenblueth, quien fue designado primer director del Cinvestav-IPN.

Al conmemorarse los 35 años de la creación del Cinvestav-IPN vale la pena recordar, así sea brevemente, las políticas educativas que hicieron posible el surgimiento de nuestra institución. Al mismo tiempo que se establecía el Centro, el secretario de Educación Jaime Torres Bodet definía los valores que debería cultivar nuestro sistema educativo, valores siempre vigentes, sobre todo en los días difíciles que vivimos actualmente:

``Pensamos en el tipo de mexicano que habremos de preparar en nuestros planteles: un mexicano en quien la enseñanza estimule la diversidad de las facultades del hombre: de comprensión, sensibilidad, carácter, imaginación y creación... dispuesto a la prueba moral de la democracia... interesado en el progreso del país, apto para percibir sus necesidades y capaz de contribuir a satisfacerlas... resuelto a afianzar la independencia política y económica de la patria, no con meras afirmaciones verbales de su patriotismo, sino con su trabajo, su energía, su competencia técnica, su espíritu de justicia y su ayuda cotidiana y honesta a la acción de sus compatriotas. Un mexicano, en fin, que sepa ofrecer un concurso auténtico a la obra colectiva de paz para todos y de libertad para cada uno''.

Al referirse al sistema de educación superior, el secretario de Educación Torres Bodet dijo: ``Porque la ciencia es incontenible conviene que los institutos superiores no descuiden jamás su función rectora, en lo social, lo moral y lo cultural. Al fomento de las fuerzas de la transformación que la ciencia permite han de saber agregar el cultivo de los valores espirituales de ciudadanía responsable y de acrisolada rectitud ética. La juventud necesita un aliento digno de los ideales de verdad y de libertad. Casa de estudio, sí. Casa de inteligencia, innegablemente. Pero al mismo tiempo, casas de solidaridad social en cuyos recintos aprenda el hombre a comprender su destino propio y a servir el de todos su semejantes. Casas, por consiguiente, de paz activa, donde se formen buenos investigadores y buenos especialistas, pero sin olvidar que al mejor especialista y al más atrevido investigador los completa siempre y los perfecciona el sentido humano de la justicia en la relaciones sociales que sus trabajos pueden y deben favorecer''.

Hace 35 años se firmó el decreto de creación del Cinvestav-IPN para ``satisfacer las necesidades nacionales de carácter científico y pedagógico... el Centro preparará investigadores científicos, profesores especializados y expertos que se dediquen a promover la constante superación de la enseñanza y a realizar investigaciones científicas y tecnológicas''.

Recordemos algunas palabras del doctor Rosenblueth al inaugurar el Centro: ``Este acto de inauguración corona relevantemente el final de la primera y más importante etapa en la elaboración de este Centro, la de la gestación. Creemos que el organismo es sano y exento de vicios congénitos. Esperamos, por lo tanto, que su crecimiento y desarrollo sean exuberantes''.

Treinta y cinco años después podemos asegurar que la producción del Centro ha sido exuberante, es decir abundante y copiosa. En los dos primeros años, la investigación se realizaba en sólo cinco departamentos: fisiología, matemáticas, física, bioquímica e ingeniería, con un total de 16 profesores de planta. En esos dos primeros años se produjeron 11 publicaciones y se graduaron seis maestros en ciencias (dos en fisiología y cuatro en matemáticas) y un doctor (en matemáticas). En comparación con las 11 publicaciones de los dos primeros años, en los dos últimos años el Centro publicó 897; frente a los seis graduados del periodo inicial, ha graduado 326 maestros y 84 doctores en el periodo comparable reciente; de los 16 profesores del inicio hemos pasado hoy a 429 investigadores.

Al 31 de diciembre de 1995 el Cinvestav-IPN había otorgado en total 2 mil 444 grados académicos; mil 984 de maestría y 460 de doctorado, de los cuales el 50 por ciento fueron obtenidos en los últimos 8 años y 25 por ciento en los últimos 3 años.