Jordi Soler
La música prohibida

Los casos de censura en Estados Unidos, están registrados y repartidos en universidades, juzgados, bibliotecas y sótanos particulares. Juntos, forman algo así como ``los anales de la censura''. Algún filántropo, empeñado en ahorrarnos el tiempo que nos tomaría la pesquisa física de estos anales, decidió meter en una página de Internet los casos más floridos del territorio artístico, para que nuestra pesquisa sea virtual y más barata. Libros prohibidos, películas retiradas de la circulación, cuadros bajo arresto domiciliario (en el domicilio del pintor), obras de teatro clausuradas y músicos censurados por la ley, que van desde el maestro Verdi, hasta la estremecedora Sinead O'Connor. A falta de una página en Internet que hable de la censura en México, en donde se consignen asuntos tan divertidos, tan católicos hasta lo diabólico, como la censura de minifaldas y de bares en donde se practique el Table Dance, tendremos que contentarnos con indagar en los archivos de nuestros vecinos. Empecemos por Sinead, la estremecedora, que en octubre de 1992 fue acusada por la cadena de televisión NBC y por la Roman Catholic Church Community (la Comunidad de la Iglesia Católica Romana), de tres aspectos que removieron el cimiento moral de aquel país: 1. Cantar a capela, sin avisarle antes a la televisora, la canción War, de Bob Marley. Está canción está basada en un discurso de Haile Selassie, el último emperador de Etiopía, y sostiene que la guerra es la respuesta adecuada contra el racismo, el abuso sexual y las desigualdades sociales en general. 2. Romper una fotografía a color, de 8x10 pulgadas, del papa Juan Pablo II, y 3. Gritar: combate al enemigo real!, mientras rompía, en cadena nacional, la ya antes mencionada foto del santo varón. Desde entonces, las cadenas de televisión evitan la presencia en directo de la fiera irlandesa. En 1967, Ed Sullivan prohibió a los Rolling Stones que cantaran la canción Let's Spend the Night Together (Pasemos la noche juntos) en su show de televisión, a menos que cambiaran el estribillo y dijeran: Let's Spend Some Time Together (Pasemos algún tiempo juntos). Basta un breve análisis de las dos frases para darnos cuenta de los cánones bizarros que utiliza la censura: pasar la noche juntos, es menos grave que pasar algún tiempo juntos? es un problema de horario?. Los Rolling Stones aceptaron la condición y cambiaron la letra.

En 1980, en Malawi, corría el rumor oficial de que Tamanda, la amante (también oficial) del presidente Banda, había decidido, de manera irreversible (y también oficial), que las relaciones con el gran jefe quedaban suspendidas. El presidente Banda caminaba triste por su reino, pensando en el amor desaparecido de Tamanda Cecilia Kadzamira. En una tarde de soledad intensa, cambiándole a su radio de transistores, se encontró con una canción de Simon y Garfunkel que dice: Cecilia, I'm down on my knees, I'm begging you please to come home (Cecilia, estoy arrodillado, te ruego que por favor regreses a casa). Fundamentado en las risotadas lacerantes de su guardia personal, el gran jefe Banda prohibió la canción Cecilia a lo largo y a lo ancho de Malawi.En 1850, en Trieste, Italia, al maestro Verdi se le ocurrió presentar su ópera Stiffelio. La trama discurría por el despeñadero argumental de un ministro protestante que, al enterarse de las infidelidades de su esposa, abandonaba su conducta pacífica. En su alegato marital, sembrado de proezas torácicas, el ministro citaba el episodio de Cristo defendiendo a la mujer adúltera. La ópera fue prohibida y remozada: Stiffelio se convirtió en Aroldo, y el ministro protestante fue relevado por un tosco héroe de las cruzadas, incapaz de observar el mal gusto de usar de ejemplo a la figura de Cristo. La partitura original de Stiffelio desapareció del mapa y del mundo. En 1968, dos investigadores descubrieron algunas páginas en la Biblioteca di San Pietro, en Nápoles, y a partir de ahí hicieron la versión contemporánea de la ópera. Las páginas censuradas, aquellas del alegato marital torácico, siguen sin aparecer. Frank Zappa fue un incansable batallador contra la censura, que le cayó encima desde el principio, cuando se le ocurrió bautizar a su banda como ``The Mothers of Invention''. En septiembre de 1985, un grupo de esposas de funcionarios del gobierno gringo, levantadas con el nombre de ``Parents Music Resource Center'', dieron por buena una regulación que exigía etiquetar, con una leyenda precautoria, aquellos discos que trajeran palabras o ideas que atentaran contra las buenas costumbres (es decir, todos los discos de rock). Zappa, con su ironía espectacular, sugirió que la etiqueta debería decir: ``Esta es la forma de conservar tu seguridad moral: no veas televisión, no leas libros, no veas películas, escucha nada más música instrumental''. Contra la famosa argumentación de Al Gore, acerca de que cierto tipo de música afecta la conducta de la gente, Zappa declaró: ``pues yo escribí una canción que habla del hilo dental y no he notado que la gente tenga los dientes más limpios''. Las etiquetas precautorias, en donde se advierte que las letras de las canciones pueden ser peligrosas, fueron puestas, naturalmente, en todos los discos de Frank Zappa, incluidos, también naturalmente, los instrumentales.