Los dirigentes nacionales de los tres principales partidos estarán hoy en Nueva York para discutir los principales aspectos de la reforma electoral ``definitiva''. Mientras tanto, en esta capital se integró la comisión plural y cameral que se encargará de redactar las iniciativas de reforma para hacer realidad esa, la llamada reforma electoral ``definitiva''.
En una y otra apariciones existe una diferencia radical. En Nueva York estará representado el PAN, que es la segunda fuerza política nacional, sin ninguna discusión. En cambio, en el grupo plural el partido albiazul la ausencia notable fue, precisamente, la de la representación de ese mismo partido.
En esencia, lo más importante para el cambio debería ser el trabajo de los legisladores mexicanos. La comisión que inició ayer formalmente sus cambios está constituida por diputados y senadores del PRI, PRD y PT, tres de los cuatro partidos con representación en el Senado y la Cámara de Diputados. Entre los tres tienen suficientes legisladores para integrar la mayoría calificada para que la Constitución General de la República pueda ser modificada.
Como resultado de ese equilibrio de fuerzas, los tres partidos podrían sin ningún problema hacer todos los cambios legislativos que consideraran pertinentes, ya sea para lo bueno y lo malo, que también se vale en la política. Ejemplos internacionales sobran. Para no ir más lejos, el nuevo presidente de España, José María Aznar, integró una endeble alianza en la que incluyó, por ejemplo, a uno de los grupos a los que más censuró durante su campaña electoral, los autonomistas de Cataluña que encabeza Jordi Pujol.
Es decir, este tipo de alianzas no representan nada nuevo. Todos los países con tradición democrática, sobre todo los que surgen de sistemas parlamentarios, están acostumbrados a las alianzas de fuerzas de diversa tendencia y hasta enfrentadas. Basta recordar al respecto que el presidente de Estados Unidos, William Clinton, postulado por el Partido Demócrata del que será nuevamente casi seguro candidato para un periodo más de cuatro años ha tenido que buscar acuerdos con sus enemigos del Partido Republicano que dominan en el Congreso.
Mejor San Lázaro que el Capitolio
En México, en donde por fortuna por ser contrario a la esencia nacional no se llega todavía al sistema bipartidista, sin duda la presencia del Partido Acción Nacional (PAN) sería un aval muy importante para la plena validación de la reforma que está en proceso.
Vale decir, asimismo, que no obstante la ausencia de Acción Nacional de la mesa de negociaciones, los cambios de cualquier forma tendrán plena validez, como lo demuestran los ejemplos ya mencionados de España y Estados Unidos. Sin embargo, en el proceso de fortalecimiento de la democracia mexicana sería mucho más conveniente la participación plena de todas las principales corrientes políticas nacionales: PRI, PAN, PRD y PT.
Los problemas poselectorales internos, en especial el conflicto de Huejotzingo, Puebla, entre el PRI y el PAN han impedido que el partido albiazul se siente a negociar con las otras corrientes políticas para darle forma a la fase final de la reforma de Estado.
También cabe precisar que la ausencia panista no ha sido permanente ni definitiva. En la fase anterior a Huejotzingo, el PAN tuvo oportunidad de exponer sus puntos de vista y de hecho hubo un tiempo en que mantuvo una actitud dual, pues por una parte se negaba al diálogo con pretexto de conflictos poselectorales como el de Yucatán, pero por la otra sus legisladores federales aportaban para la reforma global.
A final de cuentas el retiro del PAN fue definitivo y total y por ello ahora adquiere importancia la presencia de sus representantes en un foro organizado por una publicación de Estados Unidos en terrenos de la ciudad que es el epítome de cosmopolitismo y sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En términos generales porque siempre hay sus excepciones los mexicanos preferimos que los problemas internos se diluciden dentro de los límites de nuestro país. No obstante, se tiene que tener en cuenta lo que pueda resultar de la reunión en Nueva York. Es dable anticipar que no habrá ninguna variante en lo que digan en la llamada Urbe de Hierro'' los representantes del PRI, PAN y PR respecto de lo que han afirmado en los foros nacionales en la materia.
Ya ha habido ocasiones en que la impotencia de los partidos opositores, particularmente el PAN, ha llevado a denunciar problemas electorales internos ante instancias internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que también tiene sede en Estados Unidos. No obstante, todas las fuerzas políticas mexicanas han dado muestras de que prefieren dirimir sus diferencias en terreno nacional, como se evidenció en la pasada reunión Interparlamentaria México-Estados Unidos, en que legisladores de todas las corrientes pusieron un alto inmediato a las pretensiones del vecino país de poner en la mesa de discusiones un tema que es cuestión exclusiva de los mexicanos: el aprovechamiento de la riqueza petrolera.
Al repecto, queda para el análisis la lista de los artículos de la Constitución General de la República que, según lo informó el presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados y ex gobernador de Chihuahua Saúl González Herrera, tendrán que reformarse en la fase inicial de esta reforma: 34, 35, 40, 41, 60, 74, 94, 104, 105 y 116.
La cosecha
Otro foro plural será el organizado por el presidente de la Fundación Luis Donaldo Colosio, Agustín Basave Benítez, para realizarse en el salón Fiesta del hotel María Isabel de esta capital, el próximo sábado 18. Está anunciada la participación del gobernador del estado de México, César Camacho Quiroz, del ex gobernador de Guanajuato, militante del PAN, Carlos Medina Plascencia, del senador del PRD por el estado de Michoacán Cristóbal Arias Solís, y del presidente municipal de Durango, Marcos Carlos Cruz Martínez, del PT. El tema será Los Derechos Políticos de los Servidores Públicos.