Ricardo Alemán Alemán
Itinerario político

Crisis en el PAN por la presidencia en el 2000
Candidatura única de tres aspirantes del PRD

La madrugada del 10 de septiembre de 1988, cuando la Cámara de Diputados aprobaba la controvertida elección presidencial de Carlos Salinas de Gortari, un político novato, de voz gruesa y vestimenta campirana, jugaba en la tribuna camaral con dos de las muchas boletas electorales que habían sido exhibidas como prueba del fraude electoral. El novel diputado panista se colocó las papeletas a manera de orejas e hizo una parodia del candidato presidencial.

Luego se supo que desde su cuartel general, donde Salinas seguía por circuito cerrado de televisión la calificación del cuestionado proceso electoral, preguntó a uno de sus acompañantes: ''Quién es ese payaso?''. Luego de unos minutos, le entregaron una tarjeta. El diputado que había ridiculizado a Salinas era Vicente Fox Quesada, quien llegó a la Cámara por la fórmula de mayoría, luego de arrasar por una tendencia de tres a uno al priísmo en la ciudad de León, la más importante del estado de Guanajuato.

Septiembre de 1988 fue el nacimiento político de un exitoso empresario leonés que no mucho tiempo antes se había afiliado al PAN, arrastrado por esa corriente incontenible que en el interior de Acción Nacional provocó Manuel J. Clouthier, Maquío, como le llamaban al malogrado ex candidato presidencial panista, quien junto con su grupo de neopanistas se propuso alcanzar la Presidencia de la República. Pero también septiembre de ese año marcó el destino de Vicente Fox Quesada, a quien el propio Carlos Salinas vetó, ante propios y extraños, por la burla que éste hizo de él en la Cámara de Diputados.

Sin pena ni gloria, acaso con una actitud crítica más allá del común de sus compañeros diputados, Vicente Fox concluyó en 1991 su trabajo como legislador y de inmediato se enfrascó en una nueva empresa: buscar la candidatura a la gubernatura de su tierra adoptiva, Guanajuato. En esta contienda se enfrentó nada menos que a Porfirio Muñoz Ledo y al ex regente Ramón Aguirre Velázquez, candidatos del PRD y PRI, respectivamente.

En agosto y septiembre de 1991, luego de la elección que oficialmente ganó Aguirre, pero que luego lo reconociónunca ganó el PAN, Fox fue desplazado a causa de la concertacesión del PAN con el salinismo del gobierno de Guanajuato. En realidad, se sabe que Salinas dijo: cualquiera menos Fox. Entonces Diego Fernández de Cevallos y Carlos Castillo Peraza negociaron la salida de aquél a cambio de entregar la gubernatura al también panista Carlos Medina Plascencia.

Justo entonces se abrió la disputa de Vicente Fox y Castillo Peraza, quien posteriormente llegó a la presidencia nacional del PAN, en donde las diferencias se agudizaron, mientras que Fox consiguió, en 1994, la gubernatura de Guanajuato. Pero también entonces Fox consiguió a su favor una enmienda al artículo 82 constitucional, que como hijo de padres extranjeros, lo habilitan como eventual candidato presidencial. La disputa de fondo entre Fox y Castillo es, justamente, la contienda electoral del año 2000.

Seguramente extensa, la historia de Vicente Fox era necesaria para explicar la crisis política que en el interior del PAN aparece como nueva, pero que en realidad data de muchos años. Desde los tiempos de Clouthier el guanajuatense acarició la posibilidad de alcanzar la Presidencia. Por eso en el PAN, apenas hace algunos meses, cuando se renovó la dirigencia partidista, se detuvo a los neopanistas, encabezados por Vicente Fox y Ernesto Ruffo.

Y mientras tanto, en su aspiración presidencial, Fox se ha convertido en un virtual embajador más del gobierno de Estados Unidos en México. No es desconocida su muy estrecha relación con el embajador James Jones y sus frecuentes viajes al país del norte, incluida la reciente presentación junto con los tres líderes partidistas más importantes en Nueva York. Por eso no es extraña su declaración de que Pemex sea vendida. La disputa intramuros del PAN parece que apenas empieza.

En el camino

Hoy podría ser anunciada una alianza de Andrés Manuel López Obrador, Amalia García y Jesús Ortega para la presidencia nacional del PRD. Los tres aspirantes habrían llegado a un acuerdo en el que López Obrador sería el candidato, Amalia García la secretaria general y Jesús Ortega continuaría como coordinador parlamentario. Se trata de un acuerdo en el que los tres candidatos retiran elementos de sus propuestas, enriquecen una sola estrategia política y suman votos. No es descartable que, de última hora, también Heberto Castillo se incline por la alianza.