La Jornada 17 de mayo de 1996

En las negociaciones en San Lázaro, los priístas insisten en renegociar los temas ``encorchetados'' por Gobernación; para los perredistas carecen de valor jurídico y ``no pueden ser parte de la discusión''

Oscar Camacho y Elena Gallegos Los trabajos para alcanzar la reforma electoral continuaron ayer en San Lázaro en dos vías. La del enfrentamiento: el PRI se aferró a que se renegocien los temas encorchetados por Gobernación, mientras que Porfirio Muñoz Ledo dijo que las opiniones de esa dependencia agregadas a los acuerdos de Bucareli ``no tienen valor jurídico y no pueden ser parte de la discusión''.

El dirigente perredista pidió una explicación al presidente Ernesto Zedillo por haber faltado a su compromiso de ser ``sólo testigo'' de las negociaciones, al emitir en días pasados una declaración en la que pospone hasta el año 2003 la elección de delegados políticos en el Distrito Federal.

Pero hubo otra vía: la de la acción política para la conciliación. En esta, y pese a que PRI, PRD y PT mantienen posturas opuestas respecto a ``los corchetes'' de Gobernación, los tres actores expresaron de distinta manera su voluntad de superar las diferencias y alcanzar una reforma electoral con los consensos pactados en Bucareli, ``con o sin el PAN''.

Priístas, perredistas y petistas incluso acordaron darle ``un empujón definitivo'' a los trabajos que se efectúan en la Cámara de Diputados invitando, para el martes próximo, a los dirigentes del PRI, Santiago Oñate; PRD, Porfirio Muñoz Ledo, y PT, Alberto Anaya. Un día después y con el mismo propósito, acudirán a San Lázaro los seis consejeros ciudadanos, quienes han pedido que se escuchen sus opiniones sobre el pacto.

El impulso a la reforma quedó también reflejado en que representantes de esos tres partidos fijaron como fecha límite el 15 de junio para el primer periodo extraordinario se adelantó que serán varios en el que comenzará a elaborarse el nuevo marco legal para las contiendas políticas.

Todo ello en medio de un ambiente de dimes y diretes provocados por la propuesta que un día antes hizo la bancada del PRI para que se renegocien los 12 temas en cuestión y que, según PRD y PT, sólo son opiniones sin valor jurídico.

Así, los trabajos de la reforma electoral en la Cámara de Diputados corrieron ayer por dos caminos: por un lado, el revuelo causado por la propuesta priísta del miércoles llevó la situación hasta los linderos de una posible ruptura, en un ambiente en que tanto priístas como opositores se acusaron mutuamente de ``intentar sabotear los acuerdos''.

Por otro lado, esa posibilidad de ruptura hizo reaccionar de inmediato tanto a priístas como a perredistas, quienes sin dejar de lado las acusaciones efectuaron de inmediato acciones políticas encaminadas a evitar la ruptura.

Encuentros

En altos círculos de la Gran Comisión los priístas hicieron saber que ellos son ``los primeros interesados en no romper con los trabajos'' y que rechazaban cualquier imputación de que busquen ``meter ruido a la negociación, en espera del PAN''.

Expresaron que si bien es cierto que en sus filas existe desconfianza en que el PRD avale lo acordado luego del relevo de su dirigencia, continuarán negociando con e se partido porque ``nosotros tenemos, más que nadie, voluntad política para seguir adelante''.

Precisaron que una muestra de que están dispuestos a avanzar es que no pretenden sacar la reforma electoral en un solo paquete ni en un solo periodo extraordinario. Al contrario, dijeron que en cuanto se tengan los primeros textos de modificaciones de artículos constitucionales, pedirán que se convoque al pleno de las dos cámaras para adelantar.

Al mismo tiempo, las comsiones dictaminadoras, junto con la Plural y la Redactora, continuarían la elaboración de otro paquete de reformas y se citaría a otro periodo extraordinario, y así sucesivamente, hasta completar la reforma electoral.

Ello daría tiempo suficiente para la reflexión, la consulta y la búsqueda de consensos, a fin de que ``no le suceda a esta reforma lo que a otras, que al discutirse en un solo bloque y en las prisas, fue más lo que dejaron afuera''.

Los priístas dieron respuesta también a la versión que en sus mismas filas circuló acerca de que querían renegociar los 12 temas para abrir espacio a la reincorporación del PAN y que esta fuerza era la única con la que les interesaba pactar.

``Con o sin el PAN vamos a hacer la reforma electoral'', aseveraron las fuentes priístas, aunque en seguida matizaron: ``De la misma manera en que estamos negociando ahora con el PRD y el PT, negociaremos en comisiones legislativas con Acción Nacional y no descartamos sumar al proyecto las propuestas de ese partido en las que haya coincidencia''. Ante las acusaciones perredistas acerca de que el PRI intenta ``un juego perverso'' para pactar sólo con el PAN, las fuentes legislativas replicaron que es un infundio, pues ``en el PRI hay plena conciencia de que el PAN maneja un doble lenguaje; está a la espera de que el PRD avance lo más posible para después beneficiarse y, a fin de cuentas, no le interesa la reforma electoral porque siente que con el marco jurídico vigente pueden seguir avanzando aún más''.

Al PAN, concluyeron, sólo le interesa el federalismo y el fortalecimiento municipal, ``porque eso tiene que ver con manejo de dinero y es lo que quieren''.

Muñoz Ledo en San Lázaro

El PRD tampoco se quedó quieto. Su dirigente nacional, Porfirio Muñoz Ledo, llegó hasta el recinto legislativo para dar a conocer que ``la Secretaría de Gobernación'' le ha dado ``garantías firmes'' de que esas 12 opiniones que emitió el gobierno ``no son parte de la negociación, no tienen nada que ver con ella y no afectan los acuerdos''. Remató: ``Yo supongo que es lo mínimo que pueden cumplir''.

En conferencia de prensa, acompañado de media docena de legisladores perredistas, encabezados por Jesús Ortega, dijo que para su partido ``los acuerdos alcanzados en la mesa de Bucareli son inamovibles'' y ``nosotros suponemos que van a sostener su palabra'' tanto el gobierno como el PRI.

``Vamos adelante en la reforma, estaremos elaborando los proyectos y luchando por las cuestiones que quedan pendientes'', agregó.

Más adelante, afirmó: ``Sería una situación muy difícil de la Secretaría de Gobernación y de la dirigencia del PRI si ellos públicamente rechazaran su palabra. Nosotros hemos hecho saber a las autoridades que la negociación sería una falla fundamental para el proceso político del país si uno solo de los acuerdos nodales que adoptamos no se cumple. Lo que está acordado está acordado y los temas que están bajo corchetes no son materia de discusión''.

El dirigente perredista recordó que durante las pláticas en Gobernación las autoridades intentaron intervenir en las negociaciones interpartidistas. En esos momentos el PRD se levantó momentáneamente de la mesa del diálogo y sólo regresó hasta obtener el compromiso del Presidente y del secretario de Gobernación de que el gobierno sólo sería testigo de los acuerdos.

Por lo tanto, afirmó, los textos que fueron puestos entre corchetes como opiniones de la Secretaría de Gobernación no tienen valor jurídico ni serán parte de la última etapa de la negociación para la reforma electoral.

Bromeó: ``Tal vez los miembros de la comisión del PRI no estén enterados de esto; es que algunos salieron de las catacumbas y apenas se están quitando el vendaje'', en alusión a que ese partido colocó en la mesa redactora a dos viejos militantes: Píndaro Urióstegui y Saúl González Herrera.

Cuando se le preguntó si el PRD no considera que exista el riesgo de que ``el fantasma de la concertacesión en Huejotzingo'' los haga un lado en la reforma, repuso de buen humor: ``A nosotros no nos rezagan los fantasmas! Ese es un signo psicológico de la primera edad, según dicen los teóricos de la psicología infantil. A nosotros no nos podría rezagar ningún hecho ajeno al partido porque hemos propuesto desde 1989 las mismas tesis. Nosotros no aspiramos a una alianza con el gobierno ni con el PRI, mientras que el PRI, el gobierno y el PAN tienen modalidades de coalición política y las mantienen hasta la fecha''.

Desencuentros

Las fuentes priístas consultadas confirmaron que los 12 temas encorchetados por Gobernación tendrán que discutirse en el Congreso. ``Están ahí, forman parte del documento''.

Regresaron las acusaciones: ``El que mete ruido a la negociación es el PRD. Uno de sus tantos grupos tiene mucha prisa por presionar y que se firme, porque teme que en el relevo se encaramen a la dirigencia las corrientes más radicales. Además, López Obrador ha dado señales de que no va a respetar los acuerdos y, hagamos lo que hagamos, en la fracción del PRD está el Grupo de los 15, que siempre va a votar en contra''.

El PRD, en voz de Jesús Zambrano, devolvió al PRI: ``Con tanto obstáculo que están poniendo, la reforma corre el riesgo de amorcillarse.

``Por eso pedimos que Gobernación aclare si efectivamente encorchetó temas para dar tiempo al regreso del PAN. Que digan en Bucareli si esa dependencia le hizo el trabajo sucio al blanquiazul y que los priístas definan si van a respetar lo que su dirigente nacional firmó o lo que les ordenen en el gobierno. ``De igual forma, Muñoz Ledo protestó por las declaraciones de Ernesto Zedillo acerca de que no será hasta el 2003 cuando los ciudadanos del Distrito Federal puedan elegir a los delegados políticos. Aseguró que en Gobernación ya le dijeron que había sido una ``mala interpretación de los medios'' y deseó que ``en los hechos el gobierno desmienta tal versión''.

Lo cierto es que ayer los representantes del PRI ante la Comisión Redactora que se reunió por la tarde para conocer oficialmente los acuerdos de la Comisión Plural no llevaron propuesta alguna sobre este tema, lo que causó escozor entre los opositores.

Pero algo se logró en esa doble vía: la Comisión Redactora se dispuso a comenzar a elaborar los textos de reformas de 19 artículos en las que, al parecer, hay coincidencia entre las tres fuerzas que negocian, coincidencia que se limita a que debe haber cambios, pero aún no entran al terreno del contenido. Eso lo harán el próximo miércoles.