Apoyo a deudores con cargo al futuro: Zedillo
Ricardo Alemán Alemán Luego de atestiguar la firma de los programas de Vivienda 1995-2000 y de Beneficios Adicionales a los Deudores de Créditos para Vivienda, el presidente Ernesto Zedillo pidió a los mexicanos ``no engañarnos'', ya que el financiamiento de estos programas ``se hace con cargo a las posibilidades futuras de inversión social y productiva del país'', y apeló a que sean bien aplicados y apreciados por los beneficiarios.
El programa de ayuda a los deudores hipotecarios, dijo el Ejecutivo federal, ``representa un costo muy considerable para las finanzas públicas, y se adopta responsablemente para evitar costos mayores de la crisis y para contribuir a la recuperación''.
Sustentado en la llamada Alianza para la Vivienda, el programa 1995-2000 del ramo incorpora a los sectores público y privado en la construcción de vivienda, ``mediante modalidades de financiamiento sano'', a fin de que sean los sectores más desprotegidos, cuyos recursos provienen de la economía formal o informal, los que tengan acceso a la vivienda.
Ante representantes de los gobiernos federal, estatales y capitalino, de organismos nacionales de vivienda y agrupaciones empresariales, Ernesto Zedillo dijo que durante 1996 el gobierno federal otorgará más de 380 mil créditos para vivienda, además de los apoyos anunciados para los deudores hipotecarios de la banca.
El Ejecutivo federal explicó que el Programa de Vivienda tiene como objetivo central ``promover las condiciones para que las familias rurales y urbanas, en especial las de mayores carencias, cuenten con una vivienda digna, con espacios y servicios adecuados, calidad en su construcción y seguridad jurídica en su tenencia. Ello implica orientar el papel del Estado hacia la promoción y la coordinación de los esfuerzos de los sectores público, social y privado, en apoyo a la producción, el financiamiento, la comercialización y la titulación de viviendas''.
Al referirse a la Alianza para la Vivienda, Ernesto Zedillo señaló que se trata de un esfuerzo ``que nos beneficia a todos, que exige el concurso resuelto y tenaz de todos, un esfuerzo fundado en el consenso, con metas claras y compromisos específicos y que responde con oportunidad, flexibilidad y nuevos mecanismos a las demandas del momento para atender con eficacia los requerimientos de vivienda de los mexicanos al mediano plazo''.
La Alianza, insistió, contribuirá a estimular sanamente la economía, pues va dirigida a un sector altamente generador de empleos directos e indirectos, y toma en cuenta a todos aquellos que requieren vivienda, a quienes ya la tienen pero enfrentan problemas para su pago, a los que demandan financiamiento para adquirirla, y a los que no pueden pagar sus créditos.
Luego insistió en que el Programa de Vivienda ``representa un costo muy considerable para las finanzas públicas. Se adoptan estos programas de alivio a los deudores, responsablemente, para evitar costos mayores de la crisis y para contribuir a la recuperación''.
Por eso pidió: ``No nos engañemos, nadie debe hacerlo; el financiamiento de estos programas se hace con cargo a las posibilidades futuras de inversión social y productiva del país. De ahí la importancia de que el programa se aplique bien, sea apreciado por sus beneficiarios, y se aquilate el esfuerzo y el significado que tiene para todos los mexicanos''.
Ernesto Zedillo expuso que para garantizar la transparencia en las operaciones de los organismos públicos encargados de la vivienda, se uniformarán las reglas operativas y de certificación, se dará una importante desregulación en la construcción de vivienda, y se espera que para 1997 los pagos de permisos, licencias, derechos de construcción y escrituración sigan reduciéndose hasta llegar abajo del promedio del 4 por ciento del valor total de la vivienda de interés social.
En el mismo acto Carlos Rojas dijo que el Programa de Vivienda 1995-2000 establece metas y compromisos concretos para fomentar mejores condiciones en la producción, adquisición y titulación de vivienda.
Explicó las estrategias del programa:
--Fortalecer a los organismos promotores de la vivienda, manteniendo su vocación social. Mediante la reforma estructural se les podrá devolver el carácter financiero con el cual fueron creados y se ampliará su cobertura crediticia.
--Mejorar y ampliar los esquemas de financiamiento de la vivienda para promover un mayor flujo de recursos de largo plazo. Se buscan costos de intermediación competitivos y esquemas congruentes con la capacidad económica de la población beneficiaria, que promuevan el ahorro interno y el acceso al crédito hipotecario.
--Desregular y desgravar los trámites para construir vivienda, e incrementar la oferta de proyectos habitacionales a costos accesibles para la población, a través de impulsar a nivel federal y estatal un marco normativo que elimine trámites excesivos para estimular la producción y facilitar la oferta de vivienda a menores costos.
--Crear las reservas territoriales que permitan conducir un desarrollo urbano ordenado y equilibrado, al tiempo que se amplíe la oferta de suelo adecuado para la vivienda.
--Fortalecer la organización social para la autoconstrucción y mejoramiento de vivienda rural y urbana. Además del financiamiento para la vivienda nueva es indispensable aumentar la oferta de créditos para el mejoramiento, la ampliación, rehabilitación, equipamiento e introducción de servicios básicos, dando prioridad a los aspectos sanitarios y estructurales.
--Entre otras acciones se debe estimular la comercialización y producción de materiales de construcción, así como promover la asistencia técnica.
--Superar las limitaciones en la aplicación de los avances tecnológicos mediante el fomento a la investigación y el desarrollo, así como el uso de tecnologías alternativas que permitan mejorar la calidad de la vivienda, y reducir los tiempos y costos de edificación.