La Jornada 18 de mayo de 1996

Reforzar la vigilancia en el DF, pide Luis de la Barreda

Miriam Posada y Raúl Llanos ``La inseguridad no se va a combatir encendiendo veladoras'', afirmó el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis de la Barreda, y llamó a las autoridades policiacas a reforzar las operaciones de vigilancia en la ciudad de México.

El ombudsman capitalino destacó que el mayor número de quejas que llegan a la Comisión a su cargo están relacionadas con la dilación en la procuración de justicia, lo cual sólo podrá combatirse con la denuncia y participación de la sociedad, dijo.

Advirtió que no es posible atribuirle ``autoría'' a los hechos violentos que se han generado en los últimos días en la ciudad, ``eso sería muy ligero'', sin embargo, se debe hacer justicia y (ello) sólo se va a lograr con autoridades comprometidas, que actúen apegadas a derecho y con vocación de servicio.

En entrevista, luego de participar en la reunión de Patronos y Directivos de Instituciones de Asistencia Privada, De la Barreda Solórzano indicó que los altos índices delincuenciales que sufren los capitalinos, las ejecuciones y hechos violentos que hoy en día se ven con mayor frecuencia en la ciudad, ``no se van a combatir encendiendo veladoras, por lo que las autoridades deben reforzar los operativos de vigilancia y los programas de seguridad pública''.

En su ponencia, La asistencia social y los derechos humanos, De la Barreda considera que, entre los límites de la imperfección, una sociedad y el régimen dentro del que se desenvuelve deben ejercer la libertad, la justicia, respetar la dignidad y ofrecer asistencia para cumplir cabalmente con sus funciones.

Sin embargo, advirtió, la asistencia social no se debe condicionar a cambio de simpatías con una ideología, con un partido político o sectas (sic).

Enfatizó que dentro de las dictaduras suelen reprimirse ``hasta las libertades más íntimas, por lo que debemos cuidarnos de las autoridades que pregonan que todos somos víctimas o culpables de las circunstancias''.

El presidente de la CDHDF aclaró que ``a pesar de las circunstancias'' todas las personas merecen ser tratadas como tales, por lo que ``cualquier régimen político decente debe defender la justicia con leyes y medidas administrativas adecuadas''.

Abundó que darle un trato justo aun al peor de los criminales, se traduce en el respeto a su dignidad y es parte de la humanización. ``Un ser humano tiene dignidad y no precio, por eso cuando se le castiga por haber cometido un delito aborrecible sigue siendo acreedor a miramientos''.

Empero, dijo que en México ``los derechos humanos más que logros son un catálogo de buenos propósitos. Existen enormes rezagos que saltan a la vista y golpean la conciencia en la forma de un niño que pide limosna en la calle a altas horas de la noche o en los cinturones de miseria''.

Finalmente, el ombudsman pidió que el gobierno cumpla con su obligación de proporcionar asistencia ``sobre todo en esta época de adelgazamiento, pero en la medida de sus recursos''. Esto puede ser a través de apoyo en materia fiscal y administrativa, pero con determinaciones más sólidas, señaló.

Concluyó: ``La justicia y la asistencia no deben ser pretexto para que restrinjamos la libertad''.